Hoy
no pienso hablar de lo mal que lo está haciendo el gobierno, es más, tampoco me
quejaré de las vicisitudes de vivir acá o de como la quincena no me alcanzó
para comprar nada de comida, hoy voy a hacer un ejercicio dialectico para
sentirme un poco como los “amigos” oficialistas en su día a día sin que les dé
ni una pequeña molestia malvivir como todos vivimos.
Quiero
darle mis más profundas gracias al presidente actual y al anterior (Q.E.P.N.D)
por hacerme ver las cosas con claridad, eliminar este absurdo sentido mercantilista
de comer mucho deformando mi cuerpo con adiposidades
exageradas , también por eliminar ese sentido tan espantoso de la estética, ese
de obligarme a tener más de dos pares de zapatos en mi closet ya que ahora
tengo solo dos pares que intercalo a diario no vaya a ser que se me dañe alguno
de los dos primero y tenga que colaborar con algún buhonero para que me los
venda a plazos y quedarme sin mercado por cuando menos tres meses, lo mismo
aplica con la ropa de diario.
Tengo
que admitir que el gobierno ha hecho bastante por mi salud, obligándome a
caminar todos los días los míseros cuatro kilómetros hasta mi lugar de trabajo
pues toca ahorrar el pasaje diario, eso me permite compartir dos horas diarias
con mi hija en el bus que me lleva hasta su casa ya que tampoco el sueldo
alcanza para pagar el muy burgués transporte escolar que nos haría la vida
menos complicada. En el mismo orden de ideas debemos agradecer todos habernos
visto en la necesidad de ser más precavidos, de dejar esa absurda y poco sana
costumbre de ver a todos como potenciales amigos y comenzar con la muy
progresista costumbre de ignorar al que camina en la misma acera o se monta en
el mismo bus, hemos aprendido a vernos con desconfianza, a mirar a ambos lados
de la calle antes de abrir la puerta de la casa, bien sea al entrar o al salir,
en mi caso he descubierto una renovada fe en dios pues antes, cuando era muy
joven ni lo recordaba, ahora cuando menos seis veces al día me encomiendo a él
y todas las noches al acostarme le agradezco tener donde acostarme y que este
sitio no sea alguna morgue.
El
estado, muy eficientemente logró que tomásemos conciencia de la energía eléctrica
al cortarnos regularmente el servicio, también logra que colaboremos con la
reducción de los gases nocivos pues tener un carro en estos días es casi
imposible, sobre todo para quienes dependemos de un sueldito.
Los
profesores antaño tan engreídos han descubierto que el conocimiento no es la
gran cosa y se han visto obligados a sentirse pueblo, a tener en su ser todo el
conocimiento al servicio de quien lo pudiere utilizar sin ese engreimiento tan
feo que tiene la gente culta, el estudio no debe ser una razón para creerse
nada tal como lo podemos traducir de las políticas económicas aplicadas a los
diferentes gremios docentes. El mundo debería agradecer al gobierno venezolano
por compartir la dicha bolivariana con todos los países que han recibido a
nuestros emigrantes con los brazos abiertos, no importa que un fulano con PHD
limpie platos en Miami o Madrid, lo importante es que estamos allí haciendo
valer nuestro gentilicio, logrando, de esa manera que la patria grande de
nuestro glorioso comandante galáctico esté en la boca de muchos alrededor del
mundo sin hablar de lo que hemos comenzado a valorar al mundo desde otra
perspectiva menos particular y más socialista pues viajar e irse del terruño a triunfar
está en la boca y mente de muchos de los que aun moran en estas tierras.
Por
ultimo quiero agradecer al presidente por evitar que mi cuerpo se contamine con
medicinas y volver a nuestras raíces indígenas con cocidos hierbas que no
contaminan mi cuerpo con esos espantosos químicos, por limpiar mi cuerpo de
toxinas al dejar de comer carne o pollo porque los precios son prohibitivos, de
volver a querer conocer a mis vecinos en las interminables colas o de colaborar
con la economía endógena al gastar mi sueldo en cosas importantes que venden
algunos de ellos, si, realmente son más caras pero toca ser solidario con esas pobres
gentes que hacen colas, tanto que ahora tienen un gremio “Los Bachaqueros”.
Criticar
la fortuna súbita de muchos funcionarios no es más que pura y simple envidia,
la verdad es que apenas 400 millardos de dólares no son la gran cosa cuando
ellos han colaborado tanto con eso de sacarnos de lo que llaman “Zona de
Confort” y nos hacen pensar realmente en nuestra realidad más allá de lo que
nuestro sentido común dicta, por cierto, también debemos agradecer a la patriótica
censura que nos impide conocer las atrocidades que suceden a diario en la
nación ya que eso contribuye a elevar nuestro estrés y por tanto también contribuye
a la paz.
Muy
agradecido con todos por leerme y deseo con todo fervor que me lea algún
funcionario que entienda de sarcasmo a ver si de esta manera logro que
entiendan el drama de vivir en la patria del galáctico, saludos desde mi
esquina.
José
Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback
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