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domingo, marzo 08, 2015

A propósito del “Día de la mujer”


Hace tiempo había decidido no hacer nada más que hacer nada, es el único día en que uno se puede dar ciertos lujos, sin embargo me he dado cuenta que hoy es el día de la mujer. Lo que más me molesta de estos tiempos de la era digital es que uno no puede hacerse el desentendido, hasta hace unos años simplemente con no comprar la prensa ni encender la televisión ya uno estaba desconectado y con la excusa perfecta para no saber de nada, ahora pues al encender el teléfono o la computadora uno se ve en la “obligación” de leer cientos de opiniones sobre el día de tal o cual cosa.
Alguien me preguntó vía Facebook que haría yo si fuese mujer por un día, mi primera respuesta es que sería lesbiana ya que me gustan tanto que me costaría pensar en que no me gustasen, cuando recobré la sensatez, contesté como debía, que es una pregunta muy complicada para responderla muy pronto, aunque la verdad creo que si fuese por un día me encerraría en mi casa y tomaría un par de pastillas para levantarme cuando recupere mi condición de hombre, con la que en realidad me siento muy cómodo.

Las mujeres son una bendición, ciertamente el mundo sería aún más espantoso sin ellas, tanto que imaginármelo me llena de espanto, disculpen quienes por su condición sexual piensan diferente pero la mujer es un asunto bastante especial, cada edad tiene su encanto, cada una un perfume diferente, un tacto igualmente diferente, pero seamos claros, no todo es color de rosas con ellas.

Crecí rodeado de mujeres, me crió una abuela, viví con varias tías, tuve tres hermanas y para colofón tengo una hija, sin hablar de una novia (o de varias si lo vemos en retrospectiva), todas son un caso, todas saben cómo hacer que uno pierda la paciencia, sobre todo la gente como yo, que pretende que todo sucede por una razón y somos incapaces de hilar fino entre el discurso femenino, la verdad no sé cómo he sobrevivido estos 43 años entre tanta fémina a mi alrededor (las novias no aplican pues a esas se les pierde de vista), creo que de ahí mi alergia al matrimonio.

Las mujeres no la tienen fácil, es verdad, eso de tener la responsabilidad de engendrar vida además de tener que lidiar con la manga de irresponsables que se dedican a hacer hijos y después olvidarlos es cosa fea. A pesar de que no creo para nada en eso del machismo, tampoco me agrada la cosa esa del feminismo, me parece lo mismo solo que sin que les salga barba a las militantes, aunque algunas he visto que tienen más bigote y músculos que yo, la verdad creo que todos somos iguales, con iguales deberes y obligaciones, quizás el único reclamo que le hago a muchas mujeres es el uso intensivo que hacen de sus encantos para lograr sus metas, esas me desagradan muchísimo, he sido grosero con más de una mujer, de esas que creen que por que están buenísimas (y de verdad lo están) uno termina haciendo lo que ellas quieran, como me desagradan tanto pues me deshago de ellas pronto, no me refiero al asunto sexual ni nada por el estilo, eso está tácito, es a las que uno se ha tropezado en la vida estudiantil, las del entorno laboral y hasta las desconocidas que uno se cruza en la calle, esas no merecen una segunda mirada.

En cambio esas que son bellas e inteligentes me encantan, me gusta hablar con una mujer que sepa de qué habla, de esas que leen, que estudian, que hacen comentarios interesantes, que trabajan por una meta, que jamás se quedan quietas y que saben que todo conocimiento es finito, si de paso son bellas pues me rindo a sus pies. Así estoy educando a mi hija, nada es fácil en este mundo y por lo general lo muy fácil tampoco es muy bueno, como padre me toca dar el ejemplo, así cuando sea mujer y deje atrás la niñez, se sacudirá a los bobos que pululan por ahí.

He tenido la suerte de cruzarme con muchas interesantes, desde las madres de mis amigotes que me dieron cobijo en las parrandas pantagruélicas donde todos amanecíamos como atropellados por el camión del licor barato y ellas, muy amables, tenían sopa junto a cualquier cosa fría para espantar la resaca juvenil, que nos dieron sabios consejos y que hoy día saben que siempre estaremos dispuestos a ayudarlas en lo que podamos (los amigotes y yo claro), las que me criaron, la que está conmigo en estos días y que sus besos son el bálsamo para sobrevivir a este país, a mi hija pues sin ella la verdad todo sería mucho más difícil y que me enseño lo que en verdad es sentir amor por alguien, en fin a todas, que la vida les sonría, que el futuro las complazca, que alguien por favor escriba un libro que ayude a entenderlas y que sus deseos (los buenos claro) se hagan realidad.
José Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback




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