Siempre
he visto con cierta reticencia el asunto ese de la religión y sus obligaciones,
la parte que me tocó, esa de misas, ave marias, padre nuestros, golpes de pecho
y aburrimiento extremo pues me hizo dar alergia a pesar de que cumplí todos los
rituales de la vida católica como bautizo (ese ni me enteré), primera comunión
y confirmación, el matrimonio pues entra en esas alergias que se volvieron
patológicas y hoy, a los cuarenta y tres años jamás me he casado, pero tengo
una hija preciosísima que heredó a partes iguales lo mejor de su familia y de
la mía.
Esa
alergia a los rituales religiosos me ha dado una equivoca aura de bicho de
izquierda, los de esa tendencia me tratan con efusividad hasta que le refuto
sus boberas ideológicas que más me parecen delirios de fracasado que otra cosa
y la derecha pues, tampoco termina de verme con simpatía pues tampoco me doy
mucho con eso de las misas, en ambos casos se ofenden cuando me preguntan sobre
los militares y les respondo con toda la sinceridad del mundo, ahí se acaban
las sonrisas.
Ayer
vi con estupor como cuatro animales de barba mataron a 12 personas solo porque
se sintieron ofendidos por unas caricaturas que satirizaban a Mahoma, vi el
video de los tipos bajándose de un vehículo y baleando hasta a un herido,
gritaban consignas sobre su religión y algo sobre una tal venganza por el
insulto. Puedo pensar que a los árabes del
desierto el sol los vuelva locos, el hambre ponga lo suyo, además de que la
ignorancia es caldo de cultivo para que cualquier aprovechado les diga cómo
vivir y que sentir, pero unos fulanos que se criaron en un país del primer
mundo, que han visto cómo se maneja la cosa de la contemporaneidad, que (teóricamente)
cuando menos estudiaron los diez años entre básica y media por no decir que
fueron a la universidad, han visto museos, no han conocido hambrunas ni
siquiera el desempleo terrorífico con que vivimos acá en Latinoamérica o sus
pares del desierto, se pongan en ese nivel de idiotez asesina.
La
idea de matar por una cosa que a final de cuentas nadie tiene certeza es una característica
de gente descerebrada, sería muy interesante saber de una vez por todas si de
verdad existe ese “otro lado” y mejor aún darse cuenta que ahí la religión es
otra cosa, quizás todos (incluido yo) somos candidatos al infierno musulman
pues no somos creyentes, a lo mejor los que van al infierno son ellos, quizás
hasta nada de eso exista y el castigo por el karma sea volver a nacer en las
mismas condiciones hasta que aprendas a ser gente y te ganes el derecho a otro
nivel de existencia, no sé, pero esa misma interrogante deberían de hacérselas todos.
Algo
paso en estos últimos cuatro siglos que los musulmanes mutaron en esa suerte de
cucarachas parlantes cuya lectura de su religión no parece otra que la de
exudar resentimiento a todo lo que no entienden, haciéndolos asesinos,
terroristas, traficantes de cuanta cosa existe y de paso, como si no fuese
poco, son socios de cuanto malviviente anda por ahí suelto, dejando un rastro
de sangre en la arena de la historia en vez de construir (PSUV es uno de sus
socios), si vemos los que dejó la cultura árabe en España, lo que le ha
aportado al idioma, las artes, las ciencias y hasta las matemáticas, es
complicado relacionarlos con los de ISIS que decapitan cristianos y cualquier
otro no musulmán, que venden esclavas, matan al por mayor sin piedad, los otros
tantos sumados a esas yihad absurdas, no sé qué pasó.
Lo
que sé que pasará es que estamos a las puertas de algo mucho más preocupante y diabólico
que la muerte de los caricaturistas, los miles de anónimos pobres que han
matado en su sed de venganzas absurdas, tengo la impresión de que pronto un
conflicto hará palidecer las dos guerras mundiales, la privacidad ya lesionada
despues del once de septiembre será peor tratada y los gobiernos tendrán la
obligación de tomar medidas drásticas si no quieren que el mosntruo islámico se
adueñe de todo, no habrá piedad con nadie y nadie pensará en eso hasta que los últimos
sobrevivientes queden en pie, mientras, al otro lado del mar seguimos los
venezolanos impávidos, gobernados por socios de esos animales, cuyo raciocinio
se parece muchísimo pues su resentimiento a flor de piel prefiere destruir que
construir y tener el cinismo necesario para decir cualquier babosada en público,
amanecerá y veremos cómo y de qué manera esa factura nos tocará, ojalá la
barbarie no triunfe.
José
Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback
No hay comentarios.:
Publicar un comentario