Mi
abuela tenía razón en muchas cosas, en otras tantas no, sin embargo había dos
cosas que ella repetía casi que como sentencias infalibles, la primera “todo
malo es cobarde” y la segunda “cada ladrón juzga por su condición”. Dando vueltas
y conversando con gente que por su trabajo está en constante contacto con
algunas realidades ajenas, no me puedo sacar de la cabeza aquellas dos
sentencias de mi difunta abuela Josefina.
Vayamos
con la primera, después que el jovencito Saleh fue deportado y posteriormente
secuestrado en el vecino país, cuando ningún funcionario ha emitido
declaraciones al respecto y al parecer aún está incomunicado, da que pensar y
ese pensamiento va en función de la cobardía de unos cuantos poderosos a quien
no les gusta que denuncien sus burradas, que de paso son públicas y notorias,
no es que son vicios secretos como ese de las famosas “jolibudenses” que salen
en cueros porque un ocioso hacker les desfalcó las memorias de sus celulares,
esas cosas son muy privadas, aunque debo admitir que me alegraron la vista y
estimularon mí ya desbocada imaginación, en fin, el asunto es que los jerarcas
andan muy pudorosos como dueña de burdel, todos saben de que vive pero le
incomoda profundamente que se lo recuerden, así un largo etcetera, tanto es el
problema que vivimos en una eterna censura, todos los periódicos andan
chorreados pues si se salen de la línea editorial pro estatal les suspenden los
dólares y se quedan sin papel, cuando no es alguna televisora a la que se le
quita la concesión o una emisora de radio, sobre todo las FM pues son las de
mayor audiencia, así que mi abuelita tenía razón, todo malo es cobarde y estos
como son la encarnación misma del mal, les espanta sobre manera que se comente
o recrimine, para eso son unos linces “interpretando” leyes e inventándose otras
para que no quede ni un resquicio de opinión libre.
Alguno
dirá que en tuiter se dicen muchas barbaridades, yo les responderé que allí la
censura se mueve con otros recursos y de paso el internet es un recurso
invaluable para el escrutinio de la vida privada de muchos, por tanto si lo
cierran se pierden una ayuda inmensa para espiar los movimientos de todos los
venezolanos y si por casualidad se tropiezan con una cuenta incomoda, sus redes
de tuiteros pagados se unen denunciándote hasta que el sistema te cierra la
cuenta, ya me ha pasado unas cuantas veces.
Lo
otro, eso de que cada ladrón juzga por su condición, la podemos entrever , sin
buscar mucho, por ejemplo, el presidente dijo hace unos días que una familia de
diez personas puede tranquilamente vivir con un sueldo de 10 mil bolívares, se
nota clarito que el hombre o su mujer tienen años sin saber lo que cuesta un
modesto mercado, para una sola persona medio comer se gasta poco más de tres
mil bolívares mensuales, entre lo que encuentra y lo que pueda comprar pues el presupuesto es complicadísimo
extenderlo más, pero todavía ese individuo no ha pagado alquiler, pasajes,
servicios, manutención ni del gato y afortunadamente no le tocó pagar ninguna
emergencia de esas atorrantes que nos asaltan de vez en cuando.
El
otro ministro, aquel del desaparecido “Cheverito” pues supone que hacer turismo
en este país es buenísimo, se nota que el amigo tiene destinos exclusivos,
salidas con una corte de guardaespaldas y una caravana de gente que los
protege, ellos jamás serán asaltados en plena carretera, tampoco tendrán temor cuando
una alcabala de cualquier cuerpo de seguridad te detiene en la carretera pues
sabes que puede ser alguno disfrazado o que los pobres agentes les toca hacer
mercado y como el sueldo no les alcanza les toca recolectar caros en la calle o
hacer algún secuestro para redondearse, como sucede a diario en este país, uno
nunca sabe. Eso sin hablar de los precios, por ejemplo una posada en Ocumare de
la costa te cuesta alrededor de mil trescientos por persona la noche, eso sin
incluir otros gastos, total la gracia te sale en no menos de ocho mil, que
suponen unos 160 dólares al cambio oficial, por pasar un sábado y parte del
domingo, sin licores exóticos ni langosta para la cena, mientras que al otro
lado de la realidad, en otros país como México, una semana todo incluido en
hotel cuatro estrellas, con piscina , bebidas, comidas y hasta paseos te cuesta
300 dólares por persona cinco días y cuatro noches, y es CANCUN en la Riviera Maya,
por lo menos allá no se va la electricidad tres veces al día ni te van a
asaltar a la orilla del mar para quitarte el celular que de paso te costó seis
meses de sueldo para reunir la primera cuota del crédito con la tarjeta.
Creo
que con esos dos ejemplos se ilustra la idea de la sabiduría de mi abuela,
aunque por ahí existe mucho acéfalo que aun pasando tanto trabajo como los
demás, al parecer les encanta que los traten mal y tener que padecer ese estado
de pobreza es su aspiración máxima.
José
Ramón Briceño 2014
@jbdiwancomeback
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