Relato de esta
normalidad anormal
Ayer discutía con unos
buenos amigos las posibilidades de dictar unas clases de fotografía de manera
privada, en un sector del área fotográfica no muy en boga para las masas pero
interesante para un grupo bastante selecto del país, el asunto es que quedamos en
trabajar con las clases una vez por mes, eso incluye trabajar dos fines de
semana, sábado y domingo, cuando le comenté a mi novia al respecto ella levantó
la ceja derecha indicándome que por que iba a trabajar los fines de semana si en
los días laborables no paro hasta caer cansado , bien sea dando clases,
escribiendo, haciendo otras actividades conducentes a lo que quiero hacer , la
respuesta es simple, mi sueldo no alcanza más que para pagar la renta y si acaso
un mercado de guerra, nada de pensar en ropa, zapatos, artículos personales ni manutención
para mi hija, mucho menos cena, cine, tragos o algún fin de semana en la playa.
Muchos amigos que viven
en el extranjero ven normal tener màs de
un empleo, de hecho conozco gente que tiene hasta tres, que no tienen vida
fuera del horario laboral y que envejecen prematuramente, sin embargo se de
unos pocos que tienen un solo empleo fijo, sin mayores lujos pero que comparándolos
con los venezolanos viven como potentados, tal es el caso de los profesores con
cargo fijo y los beneficios propios de la profesión docente, sin embargo acá en
Venezuela muchos profesionales universitarios con posgrados, doctorados y pos
doctorados tienen por obligación màs de dos empleos para medio palear la crisis
y darle una vida sin (tantas) limitaciones a su familia, pero en ningún caso se
pueden planificar por ejemplo la compra de un vehículo sin pensar en la
posibilidad de ser taxistas de fin de semana para poder pagar las cuotas al
banco, menos aun pensar en una casa, cena, cine, trago ni vacaciones frente al
mar así sea en carpa, en ese caso no es la economía si no el hampa quien no
colabora.
Con cierta sorna muchos
colegas me preguntan cuánto gano y al comentarles me dicen con preocupación “que
lástima”, acà nadie gana 700 Dolares mensuales que debería ser un sueldo mínimo
“decente”, eso equivaldría a ganar 56.000 bolívares mensuales, la verdad es que
un sueldo docente equivale a poco menos del 10% de esa cifra. No me mal interpreten,
me gusta mi trabajo, me encanta trabajar, sin embargo me da bronca dejar de
lado un tiempo valioso para pasar con mi hija, obtener las posibilidades que teóricamente
te pudiere dar el ser profesional universitario.
Me amarga en demasía
pensar en un puesto de comida ambulante para engrosar mí siempre escuálida cuenta
bancaria, mientras, al otro lado de la realidad hay políticos engrosando cuentas
en euros, haciendo malabares legales para justificar su ilegalidad sin parar
mientes a lo que sucede con todos, acà no es asunto de clases desposeídas pues
todos somos desposeídos en mayor o menor grado. El gran deseo de muchos es
emigrar, asì eso signifique olvidarse de
lo aprendido en la universidad, para terminar sin futuro pero con calma
en tierra ajena, algunos (los menos) tienen posibilidades de futuro, emigran
con todo en regla y hasta con empleo y se dan cuenta de lo miserable que es
todo en Venezuela en comparación con lo que viven en otras naciones, hasta se
de un músico de buena fama en este país, que ha preferido tocar a las puertas del
metro en Alemania cuan indigente que vivir al filo del temor en su paìs donde
es respetado.
Mientras en “MI” realidad,
nada parce funcionar, el futuro sigue siendo gris, hasta la ciudad está oscura,
desprolija y triste, los muchachos, mis alumnos, no hablan si no de como hacer
par emigrar con cierto éxito, nombran a fulano, sutano, perencejo o menganejo
que “les va del carajo” siendo poco más que limosneros en tierra extraña, nadie
piensa en función de futuro y los menos que hacen algo asì se enrolan en la `política
a esperar “que algo caiga”.
Hace rato por esta vía
un joven director de una publicación colombiana me preguntaba datos sobre lo
que acá pasa, luego me comenta que solo estaba constatando la información alarmante
que allá tienen, es decir, ya somos famosos por la violencia, la pobreza y el desamparo
de todos los venezolanos, nadie se salva, mientras, si algún lector quiere probar
con la Lomografìa lo invito a inscribirse, por aquí doy la información así
colaboramos, ustedes aprenden y yo pues gano dinero, para sobrevivir en esta
guerra innecesaria por la estupidez congénita de los rojos y la imbecilidad
inoculada por sus acólitos.
Josè Ramòn Briceño,
2014
@jbdiwancomeback
No hay comentarios.:
Publicar un comentario