Va
más de un mes en protestas, el saldo ha sido trágico, casi 30 muertes y cuando
menos 2000 detenidos, sin hablar de los que cumplen sentencias
desproporcionadas ni de los bienes dañados por ambos bandos. Hay varios estados
en guerra frontal, la escasez más allá de lo que dicen existe en todos lados,
la devaluación y la inflación ya son verbos que pertenecen al habla diaria de
todos, el lado oscuro, ese que se presentía ha hecho acto de presencia, total
ya Venezuela dejó de ser un país para ser un gueto donde la mayoría de sus
habitantes se encierran al caer la noche pues si no son las bombas lacrimógenas
o la policía, son las bandas armadas de mal vivientes que bien sea en lote
protegido por las fuerzas de (in)seguridad lo hacen a título personal te
asaltan o te roban sin que ningún ente te salvaguarde de tales desafueros.
Vemos
como un hombre que ha pagado su condena por delitos tan graves como el
secuestro afirma ser funcionario, dispara “al aire” en una manifestación y su
arma mata a una joven embarazada pero se “escapa” del país sin embargo otro
solamente se pelea con un tal que ahora tiene cargo de director de un canal de
tv y le dictan sentencia en tiempo record de 8 años de prisión, demostrando así
el estado que es todo poderoso pues solo resuelve los crímenes que le interesan
ya que si los afectados no están con ellos pues no existen.
Solamente
al nombrar estos pocos ejemplos nos espantamos de lo que sucede, sin tocar el
punto de los más de 3000 muertes que van por el hampa en lo que va de año o el
asunto este espantoso de la economía que colabora menos cada día. Ahora andan
en campaña por un fulano dialogo y la verdad no estoy ni cerca de estar de
acuerdo con eso, no creo en monólogos para que los responsables estén cómodos,
no creo en hablar con ese poder que se presume omnímodo y mucho menos en
conversaciones que traicionen el movimiento que se gesta en las calles.
Me
disculpan los que están con la MUD pero esos señores no me representan ni si
quiera son dignos de mi confianza, así mismo sé que muchos venezolanos sienten,
así que es una lástima que no se sumen a las protestas, tampoco levanten la voz
para decir nada productivo, me importa nada sus argumentos, algunos con cierto
criterio pero la mayoría destila un olor de miedo en sus declaraciones, quizás
hasta podría exagerar y decir que más bien apesten a eso que mientan rabo de
paja, uno nunca sabe con esos políticos de oficio que bien pueden vender a sus
madres si de eso les sale algún provecho personal o los salva de algún mal.
No
puedo creer que esos señores y señoras que saben cómo va el país, que se supone
que están pendientes del acontecer nacional, que tienen contactos profundos en
todos los niveles gubernamentales, se hagan coparticipes del desastre nacional
para un tal dialogo que sabemos de sobra no va a ninguna parte y de paso tengan
el descaro de anunciar voz en cuello que ellos representan a la mayoría
opositora.
La
MUD tuvo su tiempo, ese ya se les venció, la molestia no pertenece a ningún partido
o facción política, la molestia junto a la rabia se han vuelto patrimonio de la
sociedad civil que al final es quien decide cómo y cuándo se termina esto, los
milicos, ministros, viceministros, alcaldes, gobernadores y funcionarios en
general son nada más que figuras que a más reprimen o cometen sus torpezas
acostumbradas van perdiendo legitimidad y poder frente a la sociedad civil
organizada, esa es la que les va a dar la sorpresa pues está en sus manos la
posibilidad de establecer diálogos, no los señores de la moribunda MUD que cada
vez que abren la boca pierden más credibilidad, si no tienen nada que decir
mejor se quedan calladitos pues todo su discurso parece el telón de quienes
buscan espacios o cargos de poder amparados en la repartija colectiva típica de
los gobiernos que se sostienen a punta de dinero mientras el resto de la
población está al garete entre colas y sustos.
Se
vale tener temor, lo que no se vale es gritar como viejas miedosas ante la
adversidad, mientras cientos de jóvenes andan esgrimiendo su valor en las
calles, defendiendo sus espacios para que unos cuantos de traje y corbata,
amparados en una (ya vencida) bandera política andan haciéndose pasar por
voceros de una facción que ya ni los escucha ni los sigue, así que no
representan a nadie más que a ellos mismos, no convencen, no tienen
credibilidad y al igual que a los fanáticos de rojos la historia junto al país
los condenaran a ostracismo, desde mi esquina va mi repulsa contra ellos y mi
apoyo a los jóvenes y a quienes con visión de país hacen su sacrificio diario por
que alguna vez salgamos de este laberinto donde la salida, como en todos los
laberintos, toca buscarla con ánimo y fuerza pues no existe escape sencillo ni
medidas transitorias, si no nos apretamos los pantalones, abucheamos a los
vendidos de costumbre estaremos condenados a la miseria por muchos años más,
encerrados en este gran gueto llamado Venezuela.
José
Ramón biceño Diwan, 2014
@jbdiwancomeback
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