Mi
abuela, que en paz descanse, al principio era simpatizante del galáctico, igual mi viejo. Eso fue hace mucho
tiempo, yo era apenas un fulano que solo quería beber y salir con las amigas de
turno además claro de los infaltables amigotes, para ese tiempo ya las promesas
del galáctico me sonaban a papelillo de fiesta infantil, pura bulla y nada de
cumplir, esa abuela y mi viejo me regañaban pues “Tú eres muy joven y no sabes
nada, nosotros los viejos sabemos más y ese tipo es el hombre”, años después el
tiempo me dio la razón, hoy me he levantado pensando en esa época, sobre todo
por el desconsuelo de no haber cobrado ni la quincena ni los efímeros “aguinaldos”
aun.
Me
ha dado por imaginar cómo sería la vida de todos si lo prometido hubiese sido
verdad y quisiera compartirlo con todos a ver si con un ejercicio imaginativo
logran (si es que algún oficialista me lee) la tristeza de este país, más allá
de la fiesta y las mujeres hermosas.
En
unos días vienen las vacaciones navideñas, esta tarde comparé el pasaje a
Margarita para celebrar la navidad con mi novia y los hijos (el de ella y la mía)
a la orilla del mar, menos mal que me dio por seguir la profesión docente, así
tengo trabajo fijo y el sueldo me alcanzará para todo lo que deseo, el día de
navidad le daré la sorpresa de la casa que compré, tal como la soñé, montada
sobre una montaña sin vecinos ni regeton, la acabo de financiar por el
ministerio de educación a 25 años sin intereses y las cuotas apenas se llevarán
el 10% de mi sueldo, no me preocupa la cosa pues si nos enfermamos vamos al
hospital y listo, sin colas ni tramites complicados nos atenderán, tenemos la
vejez ya planificada pues lo que más preocupa lo tengo listo, pensión y gastos
de medicinas corren por cuenta del estado, para eso tenemos petróleo a
borbotones.
Debo
pensar además en cambiar el carro este año no vaya a ser que se deprecie, he
visto varios modelos y me interesa uno pequeño con aire acondicionado, el que
tengo se lo regalaré a mi hija para que vaya a la universidad, mientras tanto
se quedará en casa para tenerlo de repuesto por si el de diario se daña y toca
llevarlo al mecánico, menos mal que eso de los repuestos lo resuelvo por
internet y el mismo vendedor se lo lleva al mecánico, así no tengo que salir de
mi casa a nada, total, como hay de todo lo más preocupante es encontrar un buen
precio por el repuesto.
La
verdad no sé qué haré este año, ya me tienen harto familiares y amigos pidiéndome
medicinas o alojamiento todas las vacaciones, la verdad los quiero pero cada
navidad tengo un gentío en mi casa, el problema no es darles de comer o de
beber, eso es hasta agradable, el problema es que ya la casa no aguanta más
gente en ese eterno peregrinar de gente entre el sofá y las hamacas, todos esos
que esperan turno para viajar por tierra, hasta un muy buen amigo se viene
todos los años a pasar el año nuevo con su familia y amigotes en la orilla del
mar, siempre se trae una carpa inmensa con todos los peroles para el camping,
la deja en mi garaje para irse a Choroní o a Ocumare de la costa, dice que acá
todo es tan seguro que pagar hotel es un desperdicio de dinero.
Llegan
a mi ciudad en un tren que cruza el país de frontera a frontera, del mar hasta
la selva, transita las 24 horas por todo el territorio nacional y es más barato
y cómodo que andar en carro propio o en bus, todos te respetan, no hay
malvivientes y hasta la policía es servicial.
En
cuanto a mis aficiones, me propondré hacer un par de exposiciones individuales
este año, espero vender la mitad de las fotos cuando menos para sufragar parte
de los gastos del viaje de vacaciones de agosto, quiero ir a Grecia con mi
novia, eso lo pago en 24 meses con un interés casi ridículo, los muchachos verán
que se inventan a mi edad ya puedo planificar lo que quiera, hoy espero no
olvidarme de llamar al editor a ver que ha pasado con los libros que quiero
publicar, si no se venden no importa, cumplí una meta y eso es lo importante
así toque regalar al mayor para que algun día uno de mis nietos se tropiece con
algo escrito por el abuelo y pueda envanecerse por alguna cosa de su familia y
mi hija lo use en la universidad para aterrorizar a profesores y compañeros de
clase como usualmente hace desde pequeña.
Hay
más cosas que se pudieran imaginar pero el espacio es poco, las carencias
muchas y las esperanzas como el jabón de lavar, el champú, el enjuague, el
jabón de baño o la leche en polvo a precio regulado, escasas y caras.
José
Ramón Briceño Diwan
@jbdiwancomeback