Este
domingo amanecí de carrera, mi hija de nueve años me levantó llorando y
diciendo que le duele todo el cuerpo, la toqué y casi que quema de tanta fiebre.
En tiempos normales no pasaría la gran cosa, ni me preocuparía mucho, total
ella es lo suficientemente sana como para que pudiera darse el lujo de una
gripecita de vez en cuando, sin embargo debo admitir que estoy en pánico total.
Los rumores vuelan, el miedo también pues tras los rumores hay verdades que
causan espanto.
Siempre
digo que Venezuela se ha transformado en un moridero de pobres, y así parece
ser, dicen las redes y algunos médicos que hay una epidemia, cuentan que es un
cuadro febril que termina en hemorragia masiva y de ahí al foso no hay mucha
distancia. Como a mí me gusta hablar con cierta certeza y tengo amigos médicos
a los que les tengo toda confianza, levanté mi teléfono y les pregunté, ambos
coinciden en que el problema de las bacterias extrañas tiene rato, uno me
confesó haber perdió dos pacientes en proceso post operatorio que murieron a
causa de la contaminación de las áreas hospitalarias y que el no tuvo más que
ver como se le morían los pacientes pues no existen los antibióticos en este país
para atacar tal virus.
Otra
coincidencia entre lo que aseguran está en que la gente si se está muriendo por
un cuadro febril agudo, puede ser un brote de Dengue Hemorrágico o el virus
Guanarito pero a ciencia cierta nadie sabe pues NO HAY reactivos en los
laboratorios y donde se hacen aun esos exámenes (en Caracas) tardan tanto en
llegar los resultados que cuando por fin saben de qué se trata la enfermedad no
hay posibilidad de salvación pues el paciente ya murió. En cualquier caso es un
asunto de lenidad gubernamental, su idiotez supina los hace cometer torpezas
como esas que al final pagamos todos, ya no importa si tiene o no dinero, el
asunto es que si no hay lo que necesitas para sobrevivir te mueres como un pendejo,
solo porque unos funcionarios decidieron que eso no era importante y cando les dio
la realidad en la nariz ya es tarde para hacer acomodos, así que ante la
avalancha de protestas prefieren negarlo todo.
Entonces
ya no es solo que si sales te matan, es que si no lo haces también te puedes
morir por la picada de un inocente zancudo, no hay ninguna medicación en el
mercado para combatir cualquier dolencia de ese tipo, si vas a un hospital
puede ser peor la cosa, allá es común que no existan insumos, pero por su
condición te puedes contaminar con cualquier bacteria exótica, una enfermedad aún
más rara.
Al
parecer hemos retrocedido al siglo XIX donde era más sano quedarse en casa que
ir a un hospital pues todo apuntaba que de allí no salías vivo. La verdad
señores hoy estoy algo más sensible, mientras escribo esto mi hija se ha
levantado de la cama para reclamar su derecho a usar mi computadora, le ha
bajado la fiebre, aunque tuve que bañarla con agua fría y dejarla vomitar, se
siente mejor, tanto como para levantarse cojeando pues le duelen las
articulaciones, respiro más tranquilo por eso y agradezco la suerte que tengo
pero estoy conciente que seguramente habrán otros tantos padres, hermanos, esposas,
esposos, nietos y hasta cuñados que no tienen esta suerte, mientras las
pantallas gritan que es una mentira las calles dicen lo contrario.
Ojalá
se contagien algunos hijos de esos funcionarios mezquinos que nos han llevado a
esta situación, aunque no me agrade eso de alegrarme del mal ajeno de seguro me
alegraré y haré publico mi contento, no es justo que eso que ellos laman “PUEBLO”
se muera mientras ellos que se erigen sus defensores dejan que se mueran solo
por ser los seres imbéciles que son, disculpen si mi artículo de hoy supura
rabia pero ante tanta iniquidad e impotencia no queda más que el odio y la
resistencia.
José
Ramón Briceño, 2014
@jbdiwancomeback