Venezuela
se ha vuelto un país de gente que se queja, ya parecemos una telenovela
mexicana pero en formato de reality show, no hay un sitio donde vayas en que no
escuches algún lamento por la situación, si por casualidad tiene algún
trastorno depresivo lo más factible es que se agudice casi que por osmosis, eso
sin contar que uno mismo pueda ser una víctima más del país. Como soy de esos
que están pasando trabajo por el deterioro constante de la economía no hago más
que pensar en cómo hago para producir más, aunque aún no encuentro la forma ,
hoy me he levantado con la certeza de que ya aparecerá la solución, ¿Cómo?¿de qué
manera? No sé.
Hagamos
un ejercicio de buena vibra a ver si quizás así podemos encontrar un poco de
tranquilidad para pensar en esas soluciones posibles, olvidemos por un rato que
el SENIAT robó descaradamente a todos los contribuyentes incluyendo de manera “sutil”
un error en el cálculo de los impuestos de quienes tienen que pagar, así quien
sabe cuánto de la recaudación es un fraude, también que TODOS los grandes y
medianos jerarcas de este gobierno tienen fortunas de difícil explicación
mientras el 99.999% de la población está en pobreza critica ni que no hay
medicinas, los hospitales son ahora morideros de pobres y las clónicas no te
atienden a menos que cuentas con un millón de bolívares para poder sufragar los
gastos de cualquier emergencia, sin contar que nadie gana ni el 50% del valor
de la canasta básica con lo que tenemos un país subalimentado.
Hoy
voy a razonar como los voceros del gobierno a ver si paso el resto del día con
un poco menos de odio y mi depresión me deja en paz un rato. Deberíamos ser
felices pues estamos en camino a ser un país sin obesidad, nadie que coma una
vez al día puede ser obeso y si lo es de seguro está en camino a dejar de serlo
y con ello todos los beneficios de ser personas delgadas, sin exceso de grasa
lo que nos hace una nación de gente sin los problemas del primer mundo. Los primeros
que deberían hacer marchas por la felicidad son los que abogan por los derechos
de los animales, con el precio de la carne o del pollo seguramente su consumo
ha decaído notablemente, con lo que muchas vidas de animales se deben salvar, también
habrá beneficios de la eliminación de proteínas animales de la alimentación del
venezolano común.
El
alcoholismo también ha de haber recibido el impacto de la economía, seguramente
hay todavía muchos borrachos pues la costumbre nacional es difícil erradicarla
de un plumazo, pero cada día son menos, hay muchas familias agradecidas de que
sus miembros ya no hagan fiestas pantagruélicas con litros de alcohol, muchos
señores mayores de cuarenta han de someterse a una vida sana pues su tensión
arterial no soporta la ingesta de ningún licor barato y el wisky está muy lejos
de sus posibilidades, sumergiéndose en una sobriedad desconocida hasta hace
poco.
Las
señoras casadas con señores poco serios, esos que vivían buscando excusas para
escaparse con la amante de turno ahora pueden ser felices, ya el sueldo de su
marido no le va a alcanzar ni para invitar un café a cualquier dama con lo que
la revolución hace un aporte a la estabilidad familiar.
Estos
son solo algunos beneficios pues no hemos contado la vuelta a la naturaleza ya
que por la escasez de medicinas muchos han vuelto a la “medicina” natural para
mantener sus males a raya, el renacimiento del espíritu religioso ya que muchos
compatriotas volvieron la mirada hacia los altares en búsqueda de alguna salida
razonable, el olvido del mercantilismo desaforado de quienes vivían pendientes
de las novedades para gastar de manera indiscriminada su dinero y así un largo etcétera
de costumbres “perniciosas” que la revolución ha borrado de la psique del
ciudadano de a pie.
Aunque
la verdad no creo que ninguno de estos “beneficios” sea realmente causa de ningún
bien para el país ya que estoy seguro de que son el génesis de mucha de la
violencia que reina en las calles y hogares, creí necesario escribir un intento
de humor solo para comprobar que ya no me sale. Por cierto, si alguno de mis
lectores conoce alguna solución que no implique ejércitos, balas, protestas,
algo ilegal, bachaqueo, prostitución o aviones para poder encontrar la salida a
la crisis elevando el ingreso personal se agradece que me lo cuente.
Saludos
desde mi esquina.
José
Ramón Briceño, 2016
@jbdiwancomeback
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