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domingo, marzo 20, 2016

Nosotros los pobres

Hay muchísimas cosas que me molestan, es normal ser necio a esta edad, todavía más en este país donde toca ser lo suficientemente pragmático para sobrevivir. Una de las cosas que más me energumenizan es esa manía estúpida de la izquierda idiota de adjetivar a todos con la etiqueta de “pobrecito”, como si la gente fuese idiota y la labor de esa izquierda imbécil es “ayudarlos” pero regalándole todo sin que los beneficiados tengan que hacer nada más que esperar la dadiva oficial de manos de los bienintencionados aunque de dudosa inteligencia que fungen como “lideres” locales o aspirantes a serlo, es un mal que se da sobre todo en los estudiantes  de universidades pro oficialistas o esos que tienen el sarampión de la izquierda y que supuestamente saben de todo por medio de sus guríes pseudo marxistas.

Siempre he tenido amigos de todas las tendencias políticas, aunque la verdad en estos tiempos he desechado todo vínculo con aquellos que hacen vida dentro de las instituciones del gobierno, tanto más si esos están en posiciones de poder pues por lo general han recorrido un largo y tortuoso camino por los laberintos del vasallaje , cosa que niega su inteligencia, hace rato deje de tratar a quien no considero inteligente, necesidad de supervivencia y a estas alturas ya no tengo mucho estomago para hacer concesiones a nadie.

Hace unos días me tropecé a un profesor de la universidad, un militante viejo que aun dentro de su decepción se niega a dejar de lado su mal vicio de no querer creer que puede estar equivocado, como es costumbre el encuentro fortuito terminó en un bar, allí se encontró con un joven de esos de franelita del che, barbita rala , cabello largo y estampa de que no le agrada mucho eso del baño, el fulano se pasó a la mesa, naturalmente le ofrecí una cerveza para no pasar por ser (tan) maleducado ya que mi cara no escondía mi repugnancia por el personaje. En fin, conversaban sobre un supuesto proyecto de formación socio-productiva, hasta me pidieron ayuda pues tengo alguna experiencia en esos menesteres, presté mi colaboración hasta que uno de los dos soltó la frase que terminó la conversa “es que los pobres no saben que trabajando se pueden ganar la vida, por eso roban”, por un momento pensé haber oído mal, así que pedí que me repitiera la frase para  poder contestar con todos los datos (es que me sabe muy mal hacer supuestos), efectivamente había oído bien.

Alcé la voz, lo suficiente como para que la gente del bar voltease a ver, magino que esperaban disfrutar de una pelea. Debo confesar que tenía ganas de golpear a alguno y preferiblemente al que no era amigo mío, que sé que desde ese día nunca podrá ser mi amigo pues lo insulté por insultar la inteligencia de todos al soltar tal barbaridad.

Si quienes hacen la política nacional piensan en los pobres como disminuidos mentales a los que tenemos que ayudar ara que no sigan en el error de malvivir, estaremos mal como país, no es posible que gente inteligente, que me consta ha trabajado, estudiado, leído y hasta hecho mil cosas sin caer en la ilegalidad para levantar a su familia pueda pensar que es un caso excepcional pues al comienzo era igual de pobre que todos pero se propuso estudiar y trabajar para lograr levantar a la familia, no creo que eso sea la gran cosa pues es lo que se espera de todos.

En ese pensamiento tonto de pensar que por no tener grandes bienes de fortuna, nacer en una barriada, no tener acceso a las cosas básicas pues la economía familiar no da para mucho, tengas que ser un mantenido del estado y soportar la lástima de otros para sobrevivir, en vez de enseriarse con la vida, trabajar, estudiar, aprender un oficio y jamás dejarse caer en el lugar común del hampa para sobrevivir, no trae nada bueno a ningún país.

No me mal interpreten, pero es que todo lo que nos está pasando como nación sale de ese resentimiento de la gente sin ánimos que prefiere vivir de la dadiva gubernamental que de su intelecto, esa que dice que la culpa es de la derecha internacional, la guerra económica, que son víctimas de la segregación de la oligarquía. el estado debe proveer las condiciones de seguridad en las áreas económicas, políticas  y sociales, el individuo debe poner de su parte para poder lograr sus metas.

El concepto del retraso mental como efecto de la pobreza solo causa más retraso, alguien que no cree poder jamás podrá nada, claro es ganancia para que los políticos sigan desfalcando las arcas del estado tal y como lo han venido haciendo desde hace rato, los aspirantes seguirán llevando el mensaje a las barriadas, los flojos sin ganas de nada seguirán creyendo la versión simple de que los licenciados son los enemigos que el estudio no es necesario si se es amigo de algún fulano influyente.
Mientras los pendejos soñadores sigan diciendo “pobrecitos es que ellos no saben ni pueden” seguiremos siendo los pobrecitos que por mucho que quieran no podrán pues estaremos siempre ocupados entre intentar escapar, sobrevivir o comer.
José Ramón Briceño 2016

@jbdiwancomeback
Articulo patrocinado por Ediciones clandestinas

De la serie "Alucinaciones personakes" autor @plurifotos

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