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sábado, diciembre 28, 2013

Censura+política= revolución del siglo XXI

Venezuela es un caso muy particular, acá aún se sigue con la guachafita esta del “yo no fui” institucionalizado, premiado, apoyado y hasta festejado desde donde se supone, no deberían hacer más que obligar a TODOS a cumplir las leyes de la república sin distingo de color político, pero en esta dimensión desconocida cualquier cosa, por ridícula que parezca, igual sucede y a nadie parece importarle más que seguir el jueguecito mediático de hacerse las víctimas.

En estos últimos días anduve sin Internet, por tanto no sabía mucho en realidad de lo que estaba pasando en el país. Para quienes no viven por acá es difícil saber a ciencia cierta si lo que desde mi esquina grito es mera exageración o si en verdad es posible que en alguna nación pasen cosas como las que por acá suceden. Por ejemplo, en estos días anda roan do una noticia sobre unos muertos en unas minas al sur del país, ciertamente la fotografía que acompañaba a la nota es impactante por no decir que espantosa, pero a los señores del gobierno, representados por una ministra sospechosa de no poseer cerebro como casi todos, hace alharaca sobre la foto, exige que se cierre al medio, se pongan presos a los editores, expropien las cámaras fotográficas, expulsen del país a los periodistas, en fin que hasta el tribunal supremo tome cartas en el asunto, pero nadie dice nada sobre presos, investigaciones, sanciones ni nada por el estilo, el crimen no son las muertes, es reportarlo en público, que la gente lo sepa, no la muerte (siempre sin sentido) de manera violenta.

La excusa que esgrimen es que la mente de los niños y niñas de la patria sufre mucha impresión gracias a esas fotografías, ahora digo yo, mejor, pregunto, ¿es que cerrando el año con 24.000 muertes por violencia hay algún espacio para que los niños y niñas de la patria grande no estén angustiados?, ¿en un país pequeño como este supone que 24.000 muertos indican que cuando menos un muy alto porcentaje de las familias venezolanas han sido víctimas del hampa?, todos tenemos un familiar, conocido, amigo o uno mismo ha sido violentado por un hampa que tiene visos de ser protegida desde el olimpo miraflorino y milico, pero lo realmente grave es que un diario digital publica la foto de unos muertos, terrible sí, pero casi cotidiano al igual que las ráfagas de metralla de los fines de semana.

Lo que si angustia a los niños, niñas, ancianos, gente joven y todo aquel que hace vida en este país es el hampa desatada e impune, 24.000 personas equivalen al 6% de la nación, que según el último censo era de poco más de 38 millones de habitantes, esa cifra es “digna” de una guerra civil, sin embargo no existen esos muertos y es necesario obligar a todos los medios a no reportar los crímenes, dizque para bajar el índice de delitos, muy rara la cosa. El 6% de un país es una cifra que espanta, quiere decir que 6 de cada 100 habitantes cae cada día víctima de la locura colectiva, eso sin meter los muertos por mala praxis médica, los que no encontraron sus medicinas, esos que sucumbieron ante el estrés de un mundo cada día más pequeño pero con una economía más difícil y con visos de menestral, esos no existen.

Desde el gobierno nadie habla realmente de lo que pasa, sin embargo en las cárceles se siguen dando fiestas pantagruélicas, el narco está a la orden del día, los desfalcos cada día más escandalosos,  la miseria probando maneras de ser más miseria y en el medio todo un país de gente con ganas de vivir, navegando en este mar de mierda y balas que no deja a nadie respirar en paz, ya nadie pasea con calma, todos tienen la mirada esquiva y el andar apurado del miedo en las calles, el hampa hace de las suyas cuan escena de algún apocalipsis, pero el real crimen lo cometen los periodistas al “instigar a la violencia con sus notas” cuando el verdadero crimen está en la calle, por más que se esfuercen en pretender no verlo, el monstruo sigue allí, mirándonos, haciendo presencia desde la oscuridad, mientras a nosotros solo nos queda encomendarnos al universo  para que ese monstruo no se interese en nosotros.

Todo ese mensaje de paz y progreso revolucionario lo mata la realidad, no es con dibujitos, cadenas, propagandas, insultos y berejeterias que se avanza, eso se hace con justicia, orden y predicando con el ejemplo. Acá todos se hacen los locos diciendo que el hampa es un cuento inventado por la oposición y el imperio, ero ni de vaina salen a la calle sin su rosario de escoltas, carros blindados y hasta chalecos antibalas, pero la inseguridad es solo una sensación. Todos ven a funcionarios millonarios de manera súbita, acusados hasta por la santa sede de pillaje, hurto, narcotráfico, tráfico de influencias y hasta de sicariato, pero ninguna denuncia procede y son premiados con altos cargos. Mal nos veo, el mensaje a la juventud es que el estudio no tiene sentido, mejor no te esfuerzas más que en jalar bolas, en ser lo más habilidoso posible, en robar de manera equitativa (sin olvidar repartir el botín con jefes y subalternos) que el futuro es un asunto individual y que la verdadera revolución es sobrevivir sin tener cerebro, los otros, los que pensamos pues nos jodemos.
José Ramón Briceño, 2013
@jbdiwancomeback









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