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domingo, noviembre 03, 2013

2 caras, un mismo personaje

Hace mil años, cuando tenía edad y no existía el cable acá en mi país, yo era fanático de las caricaturas estas de la Warner, creo que de la década de los cincuenta, recuerdo con especial atención una del gato Silvestre y el canario Piolín, como todos sabemos, al igual que el pobre coyote, este gato tiene siglos intentando comerse al mentado pajarito, en este capítulo en especial, el canario y el gato tenían su encuentro en un laboratorio científico, donde su respectivo científico loco había inventado la formula tipo Dr. Jeckyl y Mr. Hide, esa donde un mortal cualquiera . Inofensivo y común, se transforma en un monstruo malvado y peligrosísimo.
Esta tarde de domingo con lluvia me desperté acordándome de la tal caricatura, claro, tengo la televisión por cable cortada, pero no es esa la razón, es que me tiene muy incómodo lo que está sucediendo en nuestra sociedad, resulta que todos se han vuelto un emulo del Dr. Jeckyl pero en vez de fórmula, su Mr. Hide sale por la política, es decir, todos se transforman en monstruos política por medio.
Muchos se dicen patriotas de machete al cinto, pero rápidamente, rodilla en tierra saludan la bandera cubana y hasta hablan de su “comandante Fidel”, sí, lo puse en minúsculas adrede, no ha sido un accidente. Hablan en contra de la corrupción, fabrican miles de centímetros en publicidad sobre su “heroica lucha en contra de la corrupción” pero exhiben un estilo de vida difícilmente sostenible con seis mil Bolívares de sueldo que es lo que supuestamente ganan en sus puestos administrativos, pero además son adalides de la revolución.
Se dicen demócratas a carta cabal, achacan a otros el terrorífico adjetivo de fascista pero aplauden con un entusiasmo raro que pongan presos a periodistas por que reportan lo que sucede en las calles, oficinas y morgues de este país. Son nacionalistas ultrosos, hablan pestes de imperio malvado que los odia con inusitada saña, pero se mueren por viajar a Disney para comer en Macdonald´s, tomarse fotos con Mickey Mouse, beberse un café en Starbucks, comprar juegos de vídeo impagables por estos lares, tener un Smart TV para ver el cable de CANTV. Hablan pestes de los que venden sus cupos CADIVI, el dólar negro y otras linduras de estos tiempos pero publican por tuiter “tengo lechugas frescas a 60 bolívares cada una, preguntar por DM”.
Muchos por ahí son marxistas, hasta dan catedra, viven haciendo apoteosis de lo que aquel alemán inventó desde su biblioteca, pero son santeros, babalaos que cobran un ojo de la cara por quitar “un trabajo”, también los hay evangélicos, testigos de jehová, pentecostales y hasta van a pare de sufrir, la iglesia rara esa brasilera, pero no se dan cuenta que entre otras cosas Marx decía que la religión era un cáncer, ellos pues creo que les han contado mal esa historia. Los que tienen carros, le ponen su calco manía del Psuv, de Alí Primera, son ultranacionalistas pero tienen en el Mp10 arrechisimo de su 4X4 un septiterno regeton solo intercalado con el vallenato tipo bus de Choroní a volumen inaudible.
Hablan malísimo de los supermercados, pero ni de  vaina hacen una cola en Mercal, para eso está el camarada fulano que les vende, con algo de sobreprecio, “pa ganarse algo el pobre”, los mismos productos por los que algunos hacen hasta seis horas de cola y lo peor, sin límites, sin colas, es que estar con la revolución tiene su encanto.
Hablan de un tal amor revolucionario, que ellos son la garantía de la estabilidad, garantes de la paz planetaria y demás chorradas, pero si ven la cosa medio incómoda, es el odio de los desgraciados escuálidos de mierda que quieren volver a llevar el país a el barranco perenne en que vivíamos antes de Chavez, así no se acuerden muy bien del asunto. Aseguran ser “del pueblo” pero apenas ascienden se olvidan de los panas y de quienes los llevaron hasta allí, cosas del olvido revolucionario.
Lo que quizás más me sorprende es que no existan más moscas y enfermedades en estas tierras, es que con tanta caca parlante pues lo común sería una eterna nube de moscas en las oficinas y espacios gubernamentales en vez de este cielo azul pleno de trópico y calor.
José Ramón Briceño, 2013
@jbdiwancomeback










1 comentario:

Unknown dijo...

Muy bueno!!! Se necesita buscar la manera de hacer que el proletaariado salga de su letargo!!!