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lunes, mayo 06, 2013

Cuando los complices se ofenden




La semana pasada, paseándome por Twitter, me sorprendí con un post de alguien que protestaba por que todos los días escuchaba a alguien maldiciendo a los chavistas, el como buen oficialista se ofendía pues asumía el asunto como cosa personal y a su vez devolvía la maldición a los opositores con el sucesivo mantra ese de “no volverán”.
En ese momento me provocó responder ese tuiteo con otro un poco más contundente que le refutase lo que decía o cuando menos le ilustrase el porqué de la maldición generalizada a los chavistas por parte de los opositores, la verdad no lo hice por dos razones, la primera pues 140 caracteres son muy poquitos para lo que quiero decir y la segunda es que me parece de muy mal gusto andar insultando por esta vía y en ese momento me provocó, sin embargo mejor que no lo hice pues me da chance para explayarme por acá hoy.
Usualmente procuro no responder lo que los oficialistas postean pues los que veo en mis redes son usualmente amigos de años pues de otra no hay razón para tener que leer las barbaridades y pendejadas que a diario escriben y a los panas se les acepta como son (si son realmente panas) de otra no lo son tanto y se eliminan. Sin anestesia para que no halla resentimiento, pero pese a mi negativa mejor lo escribo por acá y me descargo completo. Toca estar claro en que muchos panas de esos que expresan su fanatismo y amor por el muerto o por el puesto no tienen  injerencia alguna en las políticas públicas y por tanto se sienten libres de toda culpa, pero la verdad es que son tan culpables los unos como los otros, los del gobierno ´por aplicar todas sus burradas magistralmente orquestadas para ellos ganar y TODOS los demás perder y los fanáticos por ser cómplices, justificadores y aguantadores de todas sus vagabunderías.
Quizás si fuesen observadores objetivos y se pusieran serios con el tema político haciendo acto de critica cuando sea pertinente, esa visión de cómplices comprometidos cambiaria un poco, sin embargo no es así, las razones de eso son muchas, unos por sus anhelo de justicia social y algo de fantasía infantil pues con todo lo que en estos años ha pasado sabemos que la cosa al parecer no da para más, otros por defender su espacio de trabajo, bien sea por que están bajo la mirada vigilante de los jefes y secuaces de la revolución y ven peligrando su quincena pues reconocen que sin el asunto político de sumisión no van a encontrar ningún empleo que les pague ni cerca de lo que cobran, además el poder y la chapa son buenos incentivos a su mirar, los menos pues son aquellos que buscan desesperadamente un espacio político que conquistar para lograr un buen empleo o cuando menos un empleo que les pague algo más allá de la beca o de la fantasía de un crédito para trabajar.
Seguramente hay más ejemplos y explicaciones pero por el momento voy a dejarlo de ese tamaño, el país está dividido, aunque con todo este desbarajuste de las elecciones trucadas se descubre que al parecer está menos dividida de lo que pensaba, sin embargo los fanáticos aún son muchos, en este país de solo cuarenta millones de habitantes cuatro millones son un bulto bastante grande de gente y si a eso le sumamos los miles que andan armados para “defender la revolución” pues la cosa toma otro cariz, sin embargo cada día es más notoria la fuerza que pierden, ellos se retroalimentan sus mentiras y se las creen sin verificar, se han inventado su panteón místico de enemigos invisibles con cineastas que son unos altos espías internacionales, contingentes enteros de mercenarios viajando por la selva cuya misión es la de matar al presidente, autogolpes en la asamblea nacional con golpes físicos incluidos Además de orgullo patrio desbordado por sus medios de comunicación haciendo apología de su valor al golpear mujeres, eso señores debería ser  vetado por todos.
Pero los oficialistas lo celebran, hombres y mujeres, es más hasta las mujeres que conozco, de esas que han luchado por el lenguaje de género y se suponen súper feministas aplauden a los diputados que golpearon a Maria Corina y sentencian que se lo tenía merecido por ser una cochina apátrida de mierda/llena de odio contra los pobres/burguesita desgraciada que no entiende que la revolución es de puro amor pero armada.
Coño, eso sorprende, lo que no tiene sorpresa alguna es que los opositores odien a los chavistas, no tanto por lo que hacen, es por lo que tenemos que pasar todos con el día a día, la escases, el miedo a la delincuencia que aun anda libre y feliz, el altísimo costo de la vida, las medicinas que no se encuentran, los repuestos de los vehículos que son misión imposible, la educación que no va muy bien que digamos, los sueldos de muchos que no alcanzan más que para fantasear el cómo sería tener un sueldo que alcance, los empleos que no son cosa sencilla en estos días , la devaluación continuada de nuestra moneda y de paso la persecución política que muchos sufren, unos en silencio y otros a gritos, todo eso implica un gran descontento y a falta de oportunidades para gritarlo a la cara de los responsables pues lo cómplices aplican.
No creo en el insulto como forma de expresión, sin embargo cuando ya no queda más que expresar el descontento hay quienes se acogen a su libertad individual y la emprenden con los cómplices y señores la expresión más genuina de la complicidad está en las acciones de los oficialistas, quienes entre otras cosas jamás osan criticar ninguna de las barbaridades cometidas, prefieren aguantar callados, imagino que su bronca la gritaran con la sordina de su almohada para que nadie se entere que ellos están tan jodidos como todos, no creo que nadie sea feliz entre tanta peladera de bola, no me entra en la cabeza que alguien pueda convalidar los hechos de corrupción, las promesas incumplidas, los cientos de millones de dólares perdidos mientras que en la calle hay cada día más mendigos, en los hospitales menos cosas, en las tiendas menos comida, en las cuentas bancarias ya ni los intereses se acumulan pues son espacios de paso para el dinero pues no creo que ya nadie ahorre, para que si a fin de mes ya ese dinero vale la mitad que cuando lo depositaste, la verdad yo creo9 en la inteligencia aunque las pruebas me indiquen lo contrario, la próxima vez, amigo chavista que escuche a un ciudadano maldecir a los oficialistas con la saña de costumbre, haga un arqueo de los males del país e intente ponerse en el lugar del que maldice, a lo mejor le encuentra una razón válida y quizás hasta lo embargue la vergüenza pues el cómplice es tan culpable como el reo, lo que pasa es que en esta nació los criminales están en el poder y por ser jueces y partes se reparten mientras los otros vivimos presos entre los barrotes de nuestras casas no vaya a ser que alguno se antoje y hasta allí la historia para uno, tal y como les pasa a los miles que se mudan a las morgues cada mes.
José Ramón Briceño, 2013
@jbdiwancomeback




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