Descargo
Hoy no pienso hablar de política, no es que no tenga
temas, es que la verdad me tiene agotado el tema, ya me fastidia remachar y
estrellarme contra las paredes con el fulano tópico que ahora nos persigue
hasta en el baño, claro la escases de pasta dental y jabones con este calor
infernal que nos obliga a bañarnos varias veces al día, hace obligatoria la
reflexión y hasta la mentada de madre.
Pero hasta allí, hoy hablaré del mercado laboral,
como mis lectores saben soy profesor y me gusta pensar que artista, pero esta búsqueda
de empleo me tiene seco ya, estoy a tres minutos de considerar buscar empleo
como vigilante en algún centro comercial, esos de uniforme, gorra y radio en el
bolsillo, los que hacen de todo pues según me han dicho hasta de conserjes
hacen para llenar las horas de ocio vigilante en sus lugares de empleo, ¿por
qué me hablo de ser vigilante?, la respuesta es que ganan más que en la educación
pública y privada, aunque no se requieren estudios superiores la calma de la
quincena fija y las responsabilidades cubiertas
lo hace interesante, otro oficio es el de parqueador, fíjense como esos señores
se ganan el dinero casi que en horario de oficina y seguramente más que en algún
empleo fijo y de seguro muchísimo más que de profesor o administrador de los
millones que andamos por acá desempleados.
Es más, si alguno de los panas (cosa muy difícil) me
ofreciera trabajo en el gobierno, sería muy capaz de aceptarlo, claro, con una
cantimplora llena de té de manzanilla reforzado con valeriana y en el maletín unas
tres cajas de lexotanil por si las moscas y el humor no aguante muchas de las
incongruencias de trabajar, pero repito, la calma de la quincena es difícil soslayarla.
Ya estoy harto de enviar TODOS los días hasta diez currículos a cuanto aviso
sale en todas las páginas de empleo y clasificado sale, en el último año ni una
entrevista me ha salido y el medio empleo que tengo (unas horitas en una
universidad privada) salió gracias a la colaboración de un pana con el cual
estoy muy agradecido pero que realmente no cubre ni lo mínimo (el empleo claro).-
Estoy a tres minutos de comenzar a hacer yoga, tai
chi o cualquier vaina que baje el estrés de la cuenta vacía y los malabarismos
propios de quien tiene un ingreso muy bajo, ya le debo hasta al señor de las
fotocopias en la universidad y eso a mi edad es un asunto muy triste.
Quisiera no recomendar a nadie no estudiar, pero la
verdad es que deberían estudiar cosas útiles en esta tierra de regeton y Ron,
donde la cultura y el arte van de la mano con un mecenas político. La literatura
y eso del arte son un asunto muy sublime pero poco entendido por las empresas
tanto públicas como privadas, nadie parece interesarse en ninguna cosa, el
estado pues se siente tranquilo con su folklore olvidando lo demás, la empresa
privada pues ni eso y cuando lo hacen quieren que lo hagas de gratis para “colaborar”
con su labor social. Otras cosas están en que sin plata para invertir igual
estas jodido como artista, pues ya nadie quiere (ni puede) patrocinar ningún evento
de esa naturaleza, a menos que en la cosa vaya mezclada música popular y
muchachas en tangas que sean émulos de una diosa, pero la canales, eso que a la
menor provocación se quita la ropa y se mueve de verdad como diosa, pero de
valor cultural poco menos que ínfimo.
Disculpen la descarga, hoy ando de pocos amigos y
mucha preocupación, por el presente, por el futuro y por mi bolsillo, aun no sé
hasta dónde va, por ahí hablan que el tiempo de dios es perfecto, el problema
es que él tiene la eternidad y yo no, así como tampoco el universo que no se
detiene a esperar ni la vida te hace más joven.
@jbdiwancomeback
José Ramón Briceño Diwan 2013
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