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domingo, marzo 31, 2013

Breve manual para entender a los votantes rojos




Siempre me pregunté por qué el gobierno tiene seguidores, si de verdad la ha puesto tantas veces, si cada vez que leo la sección económica de los medios de información, veo que mi país está más cerca de o existir – en materia económica cuando menos- con una devaluación más grosera de la que nunca hubo, un desabastecimiento que tiene niveles increíbles. Usualmente las respuestas que uno escucha siempre son altisonantes y para nada halagadoras.

Pues bien, luego de conversar aquí y allá, de leer algunas cosas además de revisar las redes sociales, me quedó claro que tal ceguera responde a cuatro posibilidades, la primera mantener el sueldo y el cargo, la cosa está muy complicada como para andar perdiendo el empleo por una gente que ni los conoce pero que tiene muchos esbirros pendientes de poner a sus amigos en su empleo. La segunda, esperanza, si estás pendiente de un cambio en la vida, tienes los “amigos” correctos, esos que te dicen que si gana fulano o zutano te van a dar e empleo que necesitas (o quieres) haces campaña, mientes, estimulas el odio, cualquier cosa para lograr el objetivo de que tu candidato gane y después reclamas. La tercera, es quizás la más simple, son unos fanáticos comunistas con sueños de guerrillero y deseas que eso que creíste durante tu juventud aún es posible, la justicia social solo puede existir tal como la imaginas y los demás (nosotros) somos el enemigo a derrotar, muchos son profesores universitarios y tienen sus seguidores allí, dirigen “colectivos” creen en la violencia como partera de la historia y secretamente desean un muy alto cargo oficial que les permita viajar para conocer esos sitios que nunca han podido ver, comprar sus trajes muy caros y no los de Dorsay que les toca comprar a plazos, además del muy burgués sueño de tener cómoda a la familia y evitar que los hijos pasen por las mismas penurias que les han tocado en la vida.

La cuarta, a la que pienso dedicarle más espacio, es la más común pues amalgama las otras tres posibilidades pero con un añadido muy especial, el futuro no existe más allá de la comida de mañana. Estando de visita en alguna parte, el dueño de esa casa  al no tener estacionamiento alquila uno a un vecino, en ese sitio, las veces que he visto solo veo a gente tomando licor a toda hora, todos borrachos y contentos siempre, contando y reuniendo para comprar la próxima botella de cocuy, no del exquisito de penca, del industrial que ni para tortas sirve. Un día pregunté si esa gente no pensaba en el futuro, si no trabajaban, si no sabían que vivir así era morir de a poquito, la respuesta a todas esas interrogantes fue positiva, me dijeron que si lo sabían pero que al final no importaba, que lo importante era el día después y de cómo comerían, para lo demás ellos resolverían alguna cosa.

He allí la respuesta, resulta que la gran masa de gente que se  aglutina en ese grupo social de nominado clase baja (extremamente baja diría yo) que de paso suma un muy alto porcentaje de votantes, no le interesa si el dólar sube, si la inflación está por los cielos,  si hay Harina Pan en el supermercado, si sus hijos logran estudiar un posgrado o si Cadivi es una mierda. A ellos lo que les interesa es comer la próxima vez que les de hambre, lo demás son entelequias de los políticos o necedades de sifrinos que no les tocan.
La razón de tal desatino es simple, después de “vivir” en la pobreza extrema llega un momento que lo importante es cómo se resuelve la vida, la mayoría acepta su destino sin mayores sueños, total el sueldo (si lo tuvieren) igual no dura dos días y el resto de la quincena toca hacer malabares. El futuro de la mayoría de los jóvenes termina a bala y el de las niñas con una barriga del malandro de turno que de seguro tampoco llega a cumplir los treinta gracias a que algún proyectil le quita la vida además de la moto y el arma, todo un panorama de desesperanza.

Allí llega el brazo de la “revolución”, sus médicos cubanos o comunitarios aunque no sirvan cuando menos les da la ilusión de que son atendidos por ¿médicos? Allí mismo en el barrio, Pdval o mercal, les resuelven el pollo del día, ese a mitad o menos del precio al que lo vende el portugués de la esquina, el que vengan cada quince días, que toque hacer cola de cuatro horas, que te obliguen a llevar mostaza, pasta de tomate, caraotas blancas, arroz partido y espagueti cuando lo que querías era pollo y leche en polvo, es solamente un detalle, no les parece una falta de respeto, por eso en años anteriores los adecos y copeyanos ganaban elecciones regalando bolsas de comida en las zonas marginales, esa es la prueba palpable de que los del gobernó no son más que adecos pintados de rojo.

Expropiar un terreno con la falsa premisa de que nos van a ayudar a salir del barrio sin tener que trabajar mucho para conseguirlo es suficiente para ganarse sus votos, una vez, en uno de esos procesos locales salieron los promotores del gobierno a decir que si votaban por el gobernador de su partido les iban a dar un crédito para línea blanca o reparaciones del hogar, hasta un acto público con apertura de cuentas bancarias para depositar el supuesto crédito hubo, hoy seis años después aún están esperando ese crédito pero el gobernador ganó y otro llego, cosas ininteligibles pero que pasan en mi país.

Por esas cosas y otras más el partido rojo nos ha venido ganando, la gente en esos sitios está ávida de mentiras, de tener resuelta la comida de mañana, el futuro puede no llegarles por mil razones, hasta una bala, la necesidad de buscar una salida los políticos la pintan de rojo y asío se aprovechan de la desesperanza para luego olvidarlos. Claro, no todos son así, conozco gente que salió de allí y hoy día viven muy bien sin tener que haber recurrido a la política como tabla de salvación, sin embargo las estadísticas son implacables y esos que salen, los que piensan en el futuro y que saben que trabajando duro, con estudio y esfuerzo es que se supera, son una minoría, lo que los hace invisibles ante la masa de inmensas ´proporciones que vive como puede y come lo que encuentre.

El día que lo oposición se sintonice con las razones ciertas del por qué siguen siendo chavistas aun cuando lo que respiran es estiércol de burro económicamente hablando, inviertan esfuerzos por llevar a esa gente un mensaje de futuro con atención y planes que los hagan sentir importantes, con ofertas de empleo ciertas y apuntalar la educación ya de por si paupérrima con políticas (no promesas) acordes con los tiempos, seguiremos en este problema de nunca acabar.

Cuando entiendan la razón real de por qué los barrios pobres son los que primero se suman a la izquierda y le encuentren la vuelta para neutralizar ese discurso aparatoso, mentiroso , pernicioso además de peligroso para la paz que manejan esbirros y creyentes, saldremos del marasmo e impulsaremos un país más allá de nuestros sueños.
José Ramón Briceño, 2013
@jbdiwan




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