Hoy
es 14 de febrero, la verdad no sé la razón para que le hayan endilgado el
asunto este del día del amor y la amistad, creo que eso último, lo de la
amistad, algún benévolo lo agregó para reducir el estrés de quienes por alguna
razón no tienen pareja, aunque para muchos sea algo natural, al parecer estar
sin pareja no es tan raro como uno se figura, cosas de la modernidad donde ya
tampoco es tan común eso de los matrimonios largos, es más, cada día es más
extraño que la gente se case, sin embargo algunos valientes hay que se tiran al
agua varias veces, como es en el caso de mucha gente de mi edad (43), casi
todos son sobrevivientes de varios divorcios y otras tantas rupturas con la
cola de gente con la que le ha tocado en suerte tener algo más que una
conversa.
Hoy
he decidido no hablar de política, aunque ya ella se ha colado dentro del seno
de la sociedad, muchos son los amigos que han dejado de serlo por motivos
políticos, a decir verdad en muchos casos ha sido un asunto de sanidad mental
eso de desechar conocidos y hasta familia por ser incompatibles con las ideas
políticas, hasta la familia ha cobrado lo suyo en eso de dejar de verse o de
hablarse por la preferencia política.
En
fin, más allá de los regalos que no podemos dar pues la quincena no alcanza
para tanto, la angustia de vivir por acá, los apuros naturales de esta crisis
que está llegando a todos por igual, con sus excepciones claro, sin embargo
hasta esos que uno considera “más cómodos” no la están pasando fácil, tengo la
impresión que días como este son más para pensar en nuestros afectos, agradecer
a quienes tenemos cerca, visitar a los hijos si no se vive con ellos, hacerle
aunque sea la cena a la mujer que aman, abrazar al perro, al gato así sean de
los vecinos, sonreírle a la joven de la panadería , esa que nos vende a diario
el pan para la cena o el café para el desayuno, escribirle a los amigos de toda
la vida para mentirse diciendo que se van a encontrar este lunes de carnaval y
beberse hasta el agua de los floreros como hace 20 años que no lo hacen.
A
pesar de todo lo malo que nos sucede como país, en mi caso soy un tipo
afortunado, sin ser un fulano simpático ni tener grandes habilidades para
socializar tengo un numero grande de amigos de toda la vida, de muchas
tendencias políticas, de muchos modos de vida diferentes, desde aquel que no
bebe gota de alcohol, café o cigarrillo pues se dio a la tarea de sr un tipo
sano, hasta aquel que aún se bebe cualquier cosa que le pongan por el frente,
aquel que le ha dado por dejar las cosas legales para abrazar la religión de la
yerba santa, las amigas y amigos que se casaron e hicieron vida lejos, sin
embargo aún apartan unos minutos al día para leerme, como si fuese poco, de
paso escribir sus opiniones. Tengo un padre que
se comporta como una madre y con los años se ha vuelto más un amigo de
tragos que la figura severa que supone
ha de ser, una hermosísima hija que me mantiene en vilo por aquello de las
preguntas sobre todas las cosas, su ánimo de aprender esas cosas que no se
enseñan en ningún lado y que ha terminado por aceptar que su papá no es un fulano
normal de salsa, merengue, reguetón, cerveza, telenovela y película de
silvester estalone, tengo una novia muy bella que se ha dado a la tarea de
quererme a pesar de mis neurosis constantes y eso vale agradecerlo de mil
maneras pues en estos tiempos donde la chequera vale más que la inteligencia,
tener una hermosa mujer cerca de uno es algo excepcional.
Puedo
darme el lujo de escoger con quienes reunirme para las conversas insustanciales
que hacen falta de vez en cuando, los amigos catedráticos con quienes me reúno
en “la oficina” de los chinos para tener una conversa sobre el romanticismo del
siglo XIX o el avance de la fotografía venezolana entre tercio y tercio, con
risas y verbos que la concurrencia no entiende (ni le interesa), los amigos
para conversar sobre la situación política, económica y social del país, lo
otros para recordar cuando éramos flacos, teníamos cabello y el Ron decente un
lujo exótico, por cierto aun 25 años después seguimos siendo amigos del alma,
ya no bebemos tanto pero conversa siempre hay, los amigos digitales a quienes
jamás les he oído la voz pero con quienes mantengo largas conversas que van
desde la natural mentada de madre contra el gobierno hasta la terapia
psicológica gratuita, a todos, Feliz día, se les recuerda, se les quiere y se
les extraña, ya vendrán tiempos mejores para cerrar algún bar solo para los
amigos, sus novias, sus hijos y hasta sus padres que en muchos casos fueron cómplices
obligados de nuestra adolescencia.
A
quienes estén solos piensen que siempre hay alguien pensando en uno, a los
presos que injustamente están en ese limbo espantoso de las rejas vaya mi
solidaridad, a quienes no tienen pareja ni familia váyanse al primer bar e
inviten unas cervezas que en este país es fácil hacer amigos de siempre a los
20 minutos y tres cervezas, quienes tienen hijos visítenlos y abrácenlos que al
final no hay amor más grande que ese, también aplica visitar a la familia sin olvidar
a los viejos que se resienten de su olvido y agradecerán profundamente un
abrazo, si no pueden comprarle nada a la esposa o la novia, no importa, háganle
el amor como la primera vez hasta que se desmaye de contento, en fin, seamos
felices por unas horas que igual la economía, la política, el gobierno, los
malandros, la pobreza, el calor, las suegras (las malvadas claro, hasta en eso
he tenido suerte) y todo aquello que nos desagrada está esperando a que lo
miremos para atormentarnos.
FELIZ
DÍA DE SAN VALENTIN
José
Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback