En
Latinoamérica la deserción escolar siempre ha existido, desde hace años, aun
antes de que este gobierno se entronizara en el poder ya las cifras eran
alarmantes, sin embargo en estos tiempos lo es aún más, pues la propaganda
oficial anuncia con bombos y platillos una situación muy diferente a lo que la
realidad dispone. Unos amigos me mostraron unas estadísticas que ponen los
pelos de punta, en ellas se veía reflejado el gravísimo problema que afecta al
país, aunque en estas cifras solo se reflejaban las realidades de dos estados
centrales no dudo que sean un fiel reflejo de lo que sucede en el resto de la
nación.
Comenzando
por la deserción escolar que según estos amigos va por el orden del 60%, eso
quiere decir, tecnicismos aparte, que de cada diez jóvenes que entran en el
sistema educativo solamente cuatro llegan a bachilleres, ¿las razones? Muchas,
sin embargo y a pesar de los esfuerzos gubernamentales por evitarlo, que van
desde becas hasta facilitar de manera pasmosa la promoción de los alumnos al
grado inmediato superior, aun a costa de la calidad educativa para “suavizar”
esas estadísticas han fracasado todos los programas. Eso nos aroja algunas
luces en torno a la criminalidad, veamos, el promedio de edad de los presos en
la penitenciaria de “Tocorón” en el estado Aragua, es de 28 años, si a esto le
sumamos que los cuerpos de seguridad a duras penas solo resuelven el 5% de los
delitos (siendo benevolentes con el porcentaje) y que el mencionado penal tiene
una sobrepoblación de aproximadamente 300%, nos da un panorama no solo
pavoroso, también aterrador de lo que queda en las calles.
Pensando
en lo que expresé en los párrafos superiores, se hace más lógica la tendencia
estatal a suavizar el proceso educativo a niveles de estupidez supina pues si
bien debo reconocer que la LOPNA es un instrumento legal de avanzada, también
debemos ver que se ha transformado en una camisa de fuerza para los docentes, volviéndolos
las victimas de todo el proceso educativo pues los colegios oficiales (en su mayoría)
se han vuelto guetos del hampa, donde los muchachos cometen cualquier tropelía y
el sistema se niega a tomar acciones pues la dichosa ley los ampara convirtiéndose
en una patente de corso para que se cometan todos los delitos posibles, por
ejemplo, en días pasados me enteré que un joven que había quemado una papelera
en su escuela, cuando el director le llamó la atención y le hizo la sanción
correspondiente, se puso violento y de un golpe le saco un diente al docente, la
sanción para el infractor fue realizar una cartelera sobre la violencia. En otro
caso de otra escuela, otro joven por dárselas de gracioso quemó el jardín del
liceo, intoxicando a sus compañeros de clase y causando un incendio que no
trascendió a mayores gracias al pronto movimiento de alumnos y docentes para
apagar las llamas mientras llegaban los
bomberos, en ese caso el cuerpo docente expulsó al joven sin embargo ese mismo
cuerpo docente ahora es cuestionado por las autoridades escolares pues
sostienen que la sanción fue excesiva.
No
sé, si los señores profesores, colegas, hemos visto de todo en las aulas, sabemos
de sobra las diferentes problemáticas que allí suceden, de paso estamos conscientes
de que el proceso educativo, por mucho esfuerzo que hagamos está destinado a
llevar a las mayorías al fracaso académico no levantamos la voz somos tan cómplices
como el estado en la avalancha de fracasados universitarios que existe en
nuestro país y que desde hace más de diez años va en franco aumento, lo que
conlleva a dos cosas, la primera un retraso grave en el desarrollo nacional, la
otra no menos grave una profunda división social entre quienes tienen una buena
educación dentro y fuera de las aulas, bien sea por que van a un colegio
privado o porque sus padres son lo suficientemente sabios como para apuntalar
desde casa toda esa educación necesaria con vistas a que ese niño o niña se
labre un mejor futuro.
Los
padres también deben estar alertas, levantar su voz y dejar de ser esos sinvergüenzas
que aun a sabiendas de que tienen un muchacho(a) que es promovido sin que tenga
los conocimientos mínimos acepte tal idiotez solo por sacarse de encima el
problema, cuando si es una persona clara lo inscribiría otra vez en el grado
perdido para que aprenda que el estudio solamente es la única posibilidad de
avance en este mundo globalizado, miren que las cárceles y las morgues están
llenas de jóvenes que deciden tomar el atajo fácil del hampa para evitar
trabajar, al estado le importa un cuerno que los jóvenes tengan futuro, ellos
con que más dependan de sus miserias mejor pues se aseguran el poder por un
rato, apoyados en idiotas formados exprofeso por ellos mismos, sus cómplices,
los docentes que por un cargo hacen el papel de imbéciles con título , padres y
representantes que viendo la situación no levantan su voz haciendo así más
profundo el hueco de miseria en el que la “revolución” ha transformado mi país.
José
Ramón Briceño Diwan, 2014
@jbdiwancomeback