Buen
día, Venezuela es un país extraño, donde cualquier cosa pasa y a nadie se le
mueve un pelo, acá los políticos son tan descarados que así se les ven las
costuras a sus excesos tienen la desfachatez de salir por televisión, armando
el alboroto del siglo, vía cadena de radio y Tv, imagino que como demostración
de poder, por ejemplo, con todo este lio hay muchos que piden cuentas claras,
pues ayer se quemó el archivo del ministerio de comercio y seguramente allí
reposaban todos los expedientes de las transas por los dólares, los registros
perfectos para que comerciantes y prensa pudiesen recamar por el abuso al que
se les está sometiendo, también, en otro orden de ideas, dicen con bombos y
platillos que están poniendo presos a los especuladores, pero solo hablan de
unos gerentes y encargados de tienda, pero por ninguna parte he leído que
hablan de los dueños de esos locales, lo que falta es que igual que con el fulano
chino del mal recordado Recadi, pongan preso a algún vigilante o vendedor
comisionista por usura, mientras los dueños de las tiendas están traquilitos y
a buen recaudo en cualquier país adonde sea menos complicado eso de hacer
dinero, así tengan más vigilancia gubernamental, cosas de este tiempo de payasos y boberas.
Todo
eso nos lleva a una pregunta, ¿de dónde venimos?, ¿a qué razón se debe que exista
tanta gente, a pesar de ser tan victimas como oros, aplauden la cosa?,¿ese
demonio interno de muchos venezolanos que huele a envidia, odio social y a rapiña,
de donde sale?. Algunos amigos de esos muy sabios, con bastante mundo y mejor
inteligencia, hacen algunas aproximaciones a esa razón, sumados claro a otros
que no conozco pero que a través de sus textos he podido medio asomarme tras
esa cornisa de la venezolanidad, con sus virtudes y defectos.
Ahí
voy, según Francisco Herrera Luque, en sus tesis doctoral llamada “Los viajeros
de indias” , pinta un panorama psicopático de herencias genéticas, no muy
halagador que, sumado al olvido de leyes y hombres por ser una simple
capitanía, creó una nación adonde la ley es un adorno muy bonito usado solo
para ser aplicada a los pendejos, mientras los fuertes pues se ríen de todos
sin pudor alguno, una suerte de derecho divino los ampara, claro, igual pasa
con los de escasos recursos económicos (gente como yo pues, económicamente
hablando, nada más) que siente que cualquier burla al orden establecido es una
especie de guiño al poder que siempre han deseado, la viveza criolla tan mal
vista pero tan común. Uslar Pietri, aseguraba un muy mal futuro a la Venezuela saudita,
decía que si no se diversificaba la inversión y la producción más allá de la
petroparranda, en algún momento Venezuela pagaría cara su estupidez de dinero
fácil y futuro siempre incierto, dependiendo siempre de un ingreso artificial
que al final da más beneficios a sus explotadores que a eso que llaman Pueblo,
si quieren léanlo, se llama “De una a otra Venezuela” profética la cosa y
escrita mucho antes de Pdvsa.
Hoy
hasta me voy a arriesgar a sumar un punto más a estas teorías, claro, jamás me
igualaría con los señores que he nombrado, sin embargo, con estos hechos
vandálicos de estos días, el hampa que no tiene comparación con casi nadie en
el continente al menos, sobre todo por su violencia y voracidad, las payasadas
de gente que prefiere no comer pero tienen un Smartphone de última generación,
los ranchitos con Tv de plasma, equipos de sonido como para hacer una fiesta en
una carpa de circo, los zapatos más espantosos que valen más de un sueldo
básico, repitiendo la viveza criolla y hasta el odio de clases que estos
tipejos han revivido, pues nunca ha estado muerto.
Resulta
que el siglo XIX fue una sola y eterna guerra, desde la independencia hasta que
bajaron los andinos de sus montañas e invadieron el país, fueron un ejército de
ocupación pleno de los infaltables genuflexos y con un tino para la violencia,
la tortura y el asesinato como nadie más en nuestro historia republicana, pero,
pagaron la deuda externa que tenía poco más de 70 años atormentando al país y
de paso ocasionó el bloqueo de nuestros puertos, pues Gómez los solucionó. En fin,
ustedes lectores, se imaginan cuanta violencia, rabia y odio hubo en esos años
de guerra, ¿Cuántos de los venezolanos de a pie descienden de los mismos
soldados (tropa) que hoy son motivo honores cada fecha patria?, ¿sabían ustedes
que ellos igual cometieron actos vandálicos durante toda la guerra?, ¿el
saqueo, el petateo (violación), asesinato y quien sabe cuántas cosas más? Eran asunto
de todos los días en esos tiempos, ¿piensan que las tropas de José Tomás Boves
eran los únicos “malos” de la partida?, saben por ejemplo que esas mismas
tropas a la muerte del taita Boves se pasaron al bando patriota y pelearon bajo
las ordenes de Paez y Bolivar, si me extiendo va a ser demasiado largo el artículo.
Ahora
toca preguntarse, cuantos de nosotros tenemos en nuestros genes esa carga de
violencia soterrada, cuanto de eso ha pervivido en el inconsciente colectivo de
muchas familias, no sé, pero sería interesante asomar algunas hipótesis para
encontrarle razón a tanto atraso, tanta locura, tanto loco, y tanto sin futuro
que veo todos los días, tanta tristeza en las calles pero lo que más preocupa,
el futuro tan extraño que se le ofrece a nuestros hijos, sin futuro, con la
patria dividida, pero con una extensa epidemia de falta de cerebro que a aquejado a
gran parte de la población de mi querido país.
José
Ramón Briceño Diwan, 2013
@jbdiwancomeback