Pensando
como siempre en esta extraña situación pre-apocalíptica en la que vivimos los
venezolanos, uno se pregunta muchísimas cosas, de hecho hasta he llegado al
extremo de pensar que estoy equivocado de medio a medio en mis apreciaciones,
pues la verdad últimamente han dejado de agradarme muchos de los actores
opositores pues sus acciones, bien sea por omisión o por estupidez dejan mucho
que desear.
Desde
mis tiempos de universidad he tenido que cargar con el “estigma” de parecer un
tipo de izquierda, sin embargo los de izquierda me rechazan pues me es muy
complicado tragarme sus boberas revolucionarias que suenan tanto a panfleto
estupidizador y me dan tan mala espina que se me dificulta ser un fulano de
esos “fieles” al ideal, además la ignorancia selectiva que presentan los amigos
en cuanto al fracaso de esa ideología ya los ponen fuera de mi alcance, la
derecha ultrosa no me es más simpática, eso de tradición, moral y buenas
costumbres me suenan casi que a
cantaleta militarosa que, como decía mi abuelo, no te lava el cerebro te lo
llena de excretas (para ponerlo en palabras bonitas), ellos solo difieren de la
izquierda pues “respetan” la propiedad privada pero todo lo demás les huele a
herejía y como tales pretenden quemar a todos en una gran pira.
La
historia está llena de ejemplos, es más, alguno de los grandes escritores de
Latinoamérica dijo alguna vez que la izquierda y la derecha se dan las manos en
la espalda, en otras palabras más criollas, son versiones del mismo fulano pero
con distinto disfraz, en ambos casos una elite se apodera de todo y no permite
que nadie se salte sus esquemas, por ejemplo, realmente a nadie se le impide
salir del país (aun) pero te ponen los pasajes tan caros y tan escasos que se
hace complicado el intento, sobre todo para el ciudadano promedio que apenas
gana lo suficiente para comer (como más del 95% del país), no hay censura
oficial pero si no publicas loas al régimen lo más factible es que ni papel
para imprimir en formato A4 puedan tener los pocos medios no oficialistas que
quedan, amén de que los anunciantes cada día escaseen más pues lo mismo aplica
para las divisas o la importación de repuestos para maquinarias o simplemente
para reponer el stock de sus empresas, si es por las redes pues ya es público y
notorio que existen unos cuantos tuiteros presos por escribir 140 caracteres
por vez sobre las idioteces gubernamentales, la lista es larga, así que lo voy
a dejar allí.
La
derecha no hace menos, sin embargo he de reconocerle al bárbaro malvado del tal
Pinochet, quien debe estar ardiendo en la paila número 13 del primer círculo
del infierno junto a la pléyade de mandatarios cuyos gobiernos estuvieron
bañados en sangre (quizás hasta comparta cuarto y castigo con el galáctico, uno
nunca sabe) pero en este caso dejó a Chile con una economía que de verdad
envidio, una nación siempre en crecimiento y si me pongo a comparar 40 mil
muertos en 20 años es mucho menos que los 150 mil de estos últimos catorce
donde se supone que ya deberíamos ser una potencia que bebe agua del Guaire y
se baña los fines de semana en el lago de Valencia.
En
cambio por acá la cosa se ha tragado la vida de cientos de miles de mis
compatriotas y todos los días se suman varias decenas sin hablar de los otros
muertos por la desidia de las autoridades sanitarias. En serio, si la gentuza
esa que gobierna mi país no fuese tan bruta y mal intencionada yo hasta podría
creer en ellos, pero quienes expropian el 80% de las tierras cultivables para
dejarlas perder sin siquiera sembrar caraotas, los rebaños se han perdido en su
mayoría poniendo la carne vacuna fuera del alcance de todos, además de la
desaparición de muchos productos de primera necesidad, sin contar claro con
esta feroz devaluación y el asesinato con premeditación alevosa de todo el
aparato productivo, además de verdadero magnicidio que está incluido en esa
lenta agonía de la única industria nacional que nos representaba “PDVSA” si no
me creen miren que en casi cien años jamás habíamos comprado petróleo a ningún
país extranjero, hasta la semana pasada.
Ahora
enfrentan sus propias filas, veo todo extremadamente mal, ya no es que en estos
momentos de mi quincena lo que queda es el recuerdo, es que de paso no hay
salidas posibles, ya se nota el descontento en todos lados, el hampa que alguna
vez se hizo aliado del estado ya se está distanciando pues en estos días han
matado a varios, hasta un diputado ha muerto de una forma bastante macabra y la
explicación oficial es un buen guion para una película malosa de esas de espías
de los años 80 pero que en estos días, con esta situación no es muy creíble que
digamos, tanto así que los funcionarios del estado han entrado en pánico y
ofrecen “pruebas” de lo efectiva de su gestión, desde “Museos” con armas
incautadas en los penales, invocaciones a la paz, el amor y la buena voluntad
por si se asoma el virus ebola por estos lares, maldiciones en do mayor para la
tal derecha inexistente y cualquier otro chivo que les de la “sensación” de
poder ser expiatorio, amanecerá y veremos, por lo pronto, igual no me comeré
las tres latas de lo que sea que tengo en mi despensa, la próxima quincena compro
tres más y así sucesivamente pues el diablo anda bailando en todas las
esquinas.
José
Ramón Briceño Diwan