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jueves, junio 30, 2016

Ficción y política en Venezuela

Fabular es un arte, creo que es una manera bastante elegante de mentir, sobre todo cuando quien te lee o escucha sabe de antemano que estas mintiendo, de eso viven los escritores. Sin embargo la regla básica para que cualquier ficción se sostenga es la “verosimilitud” , cualidad que obliga a la fantasía a cumplir ciertas reglas para hacer las acciones solamente una consecuencia lógica del espacio/tiempo ficcional del entorno donde el escritor haya colocado a sus personajes, en toda ficción ha de existir un antecedente previo que otorgue una explicación plausible a los hechos que se cuentan.

Si no hubiese cuevas mágicas que se abren gracias a un conjuro, tampoco pudieren existir genios que salen de botellas para cumplir deseos ni alfombras voladoras con lo que las posteriores ficciones desde las mil y una noches hasta nuestros días serian un total y absoluto bodrio de realidad gris. Si Hércules no hubiese sido hijo de Zeus con una mortal el héroe no podría ser excepcionalmente fuerte y así un muy largo etcétera de cuentos cuya veracidad dista mucho de la realidad pero que sus autores han dotado de razones válidas para explicar sus superpoderes , de eso está llena nuestra historia y me arriesgaría a asegurar que hasta la religión pues las similitudes entre todos los mitos Griegos, Latinos y esa rara mescolanza tipo todo-en-uno de la tradición católica dan fe por si mismos, creencias aparte claro.

A pesar de lo mal que uno hable de los representantes del gobierno, las maldiciones que se ganan cada segundo TODOS los colaboradores de este régimen asqueroso y que solo son equiparables a la cantidad de bolívares que se han robado a punta de su discurso estúpido, sin olvidar la culpa de los también muy idiotas seguidores del mismo (por favor oféndanse, es mi intención). Como fabulador no puedo hacer más que maravillarme con la manera tan simple y fluida con la que ministros y ministras hacen frente a las cámaras del mundo entero. Es pasmosa la facilidad con la que hilan una fantasía paranoica de invasiones, injerencismo, maldiciones gitanas, invasiones intergalácticas, ondas de radio con emisiones negativas (proyecto HAARP), conjuras internacionales y hasta guerras mediáticas de mentira pues el  90% de los medios de comunicación están dominados por ellos, solo para decir que su gestión es maravillosa.

El gran mal de los mentirosos es que no saben cubrir su rastro y en su nerviosismo se olvidan de la “Verosimilitud” que ya expliqué líneas arriba. Ejemplos sobran, como aquel alcalde que hizo un decreto para prohibirle al presidente de Estados Unidos el paso por Mariaria estado Carabobo, por donde a decir verdad ni a mí me gustaría ir mucho menos el señor Obama quien imagino sabe de Venezuela por el ruido de estos años mucho menos ha de saber dónde carrizo queda Mariara y dudo mucho que quiera ir a comer cochino frito al borde de la carretera. La canciller, caramba, LA CANCILLER  en la OEA negando con vehemencia la veracidad del informe de la presidencia de ese ente , creo que a la señora esa nadie le ha dicho de la existencia de redes sociales , de que las noticias no solo salen por la prensa que ellos controlan, ahora los ciudadanos pueden ser reporteros y material para inculparlos de todo hay de sobra como para que esa pobre mujer pase a la historia como la más infame (luego de Chaderton) funcionaria que alguna vez fue representante de algún gobiernucho venezolano.

La ministra de salud negando la ausencia de medicinas cuando todos sufrimos su escasez, el presidente negando la crisis humanitaria, los acólitos menores inventando cuentos para convencer a los imbéciles que se contentan con su bolsita de comida cada 45 dias , los sindicatos vendiéndose por el “negocio” de distribuir las bolsitas y la propaganda oficial contando de un país que solo existe en su imaginación y una revolución que ni a manifiesto se acerca pues, lo único revolucionario que se pudiera hacer en este país es sincerarse, acabar con todo este bodrio espantoso, meter presos y olvidar la llave a tanto mandamás millonario , genocida, truhan, ladrón, narcotraficante , culpable por acción u omisión del descalabro nacional así eso requiera que quien se abrogue esa tarea sepa que mata su futuro político pero que el futuro de nuestros hijos no esté contaminado por esta época de hambre y miseria programada desde Miraflores.

Quizás el único aporte que dejara esa gentuza al futuro nacional será una historia tan espantosa que solo quienes la vivimos la creeremos pues tengo la certeza que la verdad de todo dejará pálida cualquier ficción escrita hasta este momento.
José Ramón Briceño, 2016
@jbdiwancomeback




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