Fabular
es un arte, creo que es una manera bastante elegante de mentir, sobre todo
cuando quien te lee o escucha sabe de antemano que estas mintiendo, de eso
viven los escritores. Sin embargo la regla básica para que cualquier ficción se
sostenga es la “verosimilitud” , cualidad que obliga a la fantasía a cumplir
ciertas reglas para hacer las acciones solamente una consecuencia lógica del
espacio/tiempo ficcional del entorno donde el escritor haya colocado a sus
personajes, en toda ficción ha de existir un antecedente previo que otorgue una
explicación plausible a los hechos que se cuentan.
Si
no hubiese cuevas mágicas que se abren gracias a un conjuro, tampoco pudieren
existir genios que salen de botellas para cumplir deseos ni alfombras voladoras
con lo que las posteriores ficciones desde las mil y una noches hasta nuestros
días serian un total y absoluto bodrio de realidad gris. Si Hércules no hubiese
sido hijo de Zeus con una mortal el héroe no podría ser excepcionalmente fuerte
y así un muy largo etcétera de cuentos cuya veracidad dista mucho de la
realidad pero que sus autores han dotado de razones válidas para explicar sus
superpoderes , de eso está llena nuestra historia y me arriesgaría a asegurar
que hasta la religión pues las similitudes entre todos los mitos Griegos,
Latinos y esa rara mescolanza tipo todo-en-uno de la tradición católica dan fe
por si mismos, creencias aparte claro.
A
pesar de lo mal que uno hable de los representantes del gobierno, las
maldiciones que se ganan cada segundo TODOS los colaboradores de este régimen
asqueroso y que solo son equiparables a la cantidad de bolívares que se han
robado a punta de su discurso estúpido, sin olvidar la culpa de los también muy
idiotas seguidores del mismo (por favor oféndanse, es mi intención). Como
fabulador no puedo hacer más que maravillarme con la manera tan simple y fluida
con la que ministros y ministras hacen frente a las cámaras del mundo entero.
Es pasmosa la facilidad con la que hilan una fantasía paranoica de invasiones,
injerencismo, maldiciones gitanas, invasiones intergalácticas, ondas de radio
con emisiones negativas (proyecto HAARP), conjuras internacionales y hasta
guerras mediáticas de mentira pues el
90% de los medios de comunicación están dominados por ellos, solo para
decir que su gestión es maravillosa.
El
gran mal de los mentirosos es que no saben cubrir su rastro y en su nerviosismo
se olvidan de la “Verosimilitud” que ya expliqué líneas arriba. Ejemplos
sobran, como aquel alcalde que hizo un decreto para prohibirle al presidente de
Estados Unidos el paso por Mariaria estado Carabobo, por donde a decir verdad
ni a mí me gustaría ir mucho menos el señor Obama quien imagino sabe de
Venezuela por el ruido de estos años mucho menos ha de saber dónde carrizo
queda Mariara y dudo mucho que quiera ir a comer cochino frito al borde de la
carretera. La canciller, caramba, LA CANCILLER
en la OEA negando con vehemencia la veracidad del informe de la
presidencia de ese ente , creo que a la señora esa nadie le ha dicho de la
existencia de redes sociales , de que las noticias no solo salen por la prensa
que ellos controlan, ahora los ciudadanos pueden ser reporteros y material para
inculparlos de todo hay de sobra como para que esa pobre mujer pase a la
historia como la más infame (luego de Chaderton) funcionaria que alguna vez fue
representante de algún gobiernucho venezolano.
La
ministra de salud negando la ausencia de medicinas cuando todos sufrimos su
escasez, el presidente negando la crisis humanitaria, los acólitos menores
inventando cuentos para convencer a los imbéciles que se contentan con su
bolsita de comida cada 45 dias , los sindicatos vendiéndose por el “negocio” de
distribuir las bolsitas y la propaganda oficial contando de un país que solo
existe en su imaginación y una revolución que ni a manifiesto se acerca pues,
lo único revolucionario que se pudiera hacer en este país es sincerarse, acabar
con todo este bodrio espantoso, meter presos y olvidar la llave a tanto
mandamás millonario , genocida, truhan, ladrón, narcotraficante , culpable por
acción u omisión del descalabro nacional así eso requiera que quien se abrogue
esa tarea sepa que mata su futuro político pero que el futuro de nuestros hijos
no esté contaminado por esta época de hambre y miseria programada desde
Miraflores.
Quizás
el único aporte que dejara esa gentuza al futuro nacional será una historia tan
espantosa que solo quienes la vivimos la creeremos pues tengo la certeza que la
verdad de todo dejará pálida cualquier ficción escrita hasta este momento.
José
Ramón Briceño, 2016
@jbdiwancomeback
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