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miércoles, marzo 20, 2013

La esvástica tricolor





Ayer andaba por la calle, vivo en una ciudad cercada de cuarteles por lo que es algo muy normal ver militares en las calles y en todas partes, la verdad nunca me han agradado pero por razones de convivencia y quizás costumbre he logrado ignorar su incomoda presencia pues en los últimos años se han vuelto una suerte de embajadores gubernamentales.
Antes, cuando era joven, los militares no tenían esa aura de intocables que tienen ahora, desde los sargentos hasta los generales se consideran una especie de raza aparte para quienes los civiles somos un poco menos que indeseables, imagino que por varias razones que detallaré en otros artículos pues la cosa seria larga de explicar, sin embargo últimamente dan miedo, no solo por las armas, es ese brazalete con la bandera que tienen en el brazo izquierdo, lo más temible es que también los civiles lo usan.
Alguien me dirá que se usa en homenaje luctuoso al muerto ilustre, el problema no es que le rindan homenaje, es que ciertos símbolos terminan por ser marcas que diferencian a unos de otros, pronto quizás aparecerá la juventud chavista y luego una milicia de voluntarios “guardianes de la revolución” , los CDR serán multiplicados y el aparato político exigirá una adhesión extrema al régimen y quienes no sean fanáticos con afiche en la sala de su casa, bandera en el brazo además de altar visible, se transformaran por obra y gracia de los jerarcas en parias.
Si revisamos los antecedentes de acciones totalitarias, todos fueron desestimados en principio con un “no creo que eso pase acá”, “el pueblo no permitirá”, “eso pasa solamente en otras tierras”, lo malo es que al final siempre pasa y siempre pierde mucha gente. El asunto es que la gran masa de votantes está ubicada en el estrato inferior de los indicadores socioculturales, esos que se mueren por tener algo de poder, los que realmente les importa poco el futuro y por lo general están más pendientes de resolver el día a día y para quienes la promesa de poder (aunque sea un poco), de dinero y privilegios –así estos sean solamente en su cuadra- los sacará de control y serán esclavos de un estado totalitario.
Cuando los gobernantes son torpes  usualmente terminan por cometer excesos, estos atornillados por la anuencia y el apoyo de un tribunal supremo, supremamente de rodillas siempre acompañado por una asamblea nacional de la misma calaña, como es el caso de Venezuela, terminarán cometiendo toda clase de estupideces amparados claro en el imperio de la ¿ley?.
Entonces nos obligaran a usar el fulano brazalete a todos, lo comenzaremos a ver en las escuelas, las oficinas públicas, las plazas, el barrio, la urbanización, los autobuses y hasta en el bar. Eso estimulará a la “inteligencia social” para levantar un padrón de quienes (seguramente yo seré uno de esos) son “enemigos del pueblo socialista” a quienes toca vigilar por el bien de la revolución, no importa que en menos de un año la moneda haya sido devaluada en más del 100%, que la inflación esté por sobre los records históricos, el hampa desbordada, los supermercados desabastecidos, los servicios públicos inservibles, las medicinas por las nubes, los alquileres impagables o inexistentes, los empleos  casi joyas por lo raros, pero siempre serán mentiras de la derecha malvada y los buenecitos del gobierno no hacen más que cuidar del pueblo como chavez les enseño.
Por tanto el brazalete será una especie de marca protectora para sus portador y los no-portadores unos parias malvados que odian al pueblo y por tanto toca hostigarlos a ver si por fin aceptan volver al redil de la redención socialista, así tengamos que comprar bicicletas a plazos y olvidarnos de la tecnología a la que solo tendrán acceso los jerarcas y sus acólitos.
Todo este asunto del brazalete me recuerda a la preguerra en Alemania con los nazis, en Italia con los camisas pardas, en China con aquella revolución cultural y tantos excesos que alguna vez se han cometi9do en el mundo, que al parecer están renaciendo por aquí pues entre otras cosas el caldo de cultivo ya está produciendo (desde hace un rato por cierto) bacterias antropófagas que se alimentan del odio político y que cuan perros rabiosos están en su jaula esperando el momento de entrar en acción para salvaguardar la “dignidad nacional” que ellos mismos han aprendido a violar, así que TODOS estamos al borde del abismo, nadie está exento de tener que portar el brazalete que ya parece una esvástica tricolor.
José Ramón Briceño, 2013
@jbdiwancomeback


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Todas las desgracias que hizo Hitler eran "Legales" en la Alemania nazi

Anónimo dijo...

Al parecer mi pana vamos por ese camino, lo mas triste es que nadie parece importarle ya que pronto vendrá la semana santa, o juega la vinotinto, o después vendrá la temporada de baseball y así continuamente mientras caen mas y mas en el vació...

Opiniones desde esta esquina dijo...

El problema amigos , es que en este país nunca pasa nada, hasta que pasa...

A.C. Temeshy dijo...

En este mundo para hacer se requiere uno que lo haga y un otro que deje que lo hagan.