El
día viernes hubo un gran tiroteo en Caracas, la verdad entre tanto horror de
muertos y balas unos disparos ya no asustan a nadie, en cualquier parte te
puede tocar, acá todos andamos mirando siempre encima del hombro, solamente en
nuestras casas, bajo siete llaves, forrados en rejas y candados podemos darnos
el lujo de no andar paranoicos, pero cada mañana toca salir a comenzar otra vez
el circulo vicioso del miedo.
Hace
un par de tardes salí a visitar a unos amigos, ellos viven en una urbanización
grande, como todos los urbanismos de mi ciudad, esos de clase media baja para
arriba, viven encerrados en sus casas muertos de miedo (muy justificadamente
por cierto) lo que hace a las urbanizaciones los sitios más peligrosos, pues
sus calles están desiertas a todas horas. Mientras esperaba que mi amigo bajase
a buscarme, salió un señor mayor que me sonrió y me comentó que apenas hace
diez minutos habían atracado a alguien a veinte metros de donde estaba parado,
lo único que me salió contestar fue un “menos mal que no vino por acá”, el
señor se fue y me quedé pensando en lo que dije.
Me
imaginé a un fulano puñal o revolver en mano exigiéndome plata y teléfono, también
me imaginé mi suerte cuando el fulano se diera cuenta de que dinero no tenía y
mi teléfono aunque no es del todo feo, tampoco vale la gran cosa, eso
seguramente me hubiese valido una reprimenda acompañada de un disparo y en el
mejor de los casos un amago de puñalada, quizás me hubiese defendido, a lo
mejor el fulano hampón se hubiese cobrado de mi parte toda la bronca que tengo
encima por las mil cosas que pasan y las que no pasan, terminara preso por agredir a quien me quisiera agredir,
uno nunca sabe por dónde salta la adrenalina, aunque prefiero pensar que no va
a pasar nada, como los que van a la guerra, saben que muchos no volverán pero
tienen la esperanza que a ellos no les tocará, algo así es salir a la calle en Venezuela.
Comenzaba
este articulo hablando de un hecho sucedido en Caracas, a cien kilómetros de
donde vivo, sin embargo llama la atención el saldo, un policía muerto, nueve
motos quemadas, mucho miedo pero nada en ningún lado sobre lo que sucedió allí,
no sabemos ni siquiera quienes cayeron del lado de los atacantes. Hace un mes
hubo algo similar en mi ciudad y el saldo de muertos según gente de mucha
credibilidad sobrepasó los cuarenta pero en la prensa se habló de tres apenas,
esta gente del gobierno miente hasta cuando dice la verdad, nunca jamás dirán
nada para seguir haciéndose los locos.
Desde
hace días vengo pensando en que no habrá ningún estallido social, tampoco
elecciones y de esas si las hubiere serán manidas y fraudulentas como todas, no
importa lo que me digan, no creo nada.
La
cosa de la violencia desatada, esa que se lleva 24 mil compatriotas o más cada
año, que los idiotas del gobierno al verse sin poder responder, por un asunto
político (recordemos que en las barriadas están los votos duros así como los
posibles defensores en caso de que algo suceda) decidieron firmar unos “tratados
de paz” con las bandas armadas, de paso a muchas les dieron armas de fuego con
potencia de guerra, les dieron zonas desmilitarizadas que llamaros
ostentosamente “zonas de paz”, les han permitido acumular poder desde las cárceles
mismas apuntalando a los fulanos “Pranes” quienes gobiernan con la anuencia de
las autoridades desde los penales, ahora les ha vuelto la espalda y se han
sacado la verdadera naturaleza maléfica, lo que pensaban usar contra la
oposición ahora les mata a su gente.
Todo
este embrollo político se ha extendido hacia quienes deberían ser los enemigos
de TODOS, pero los chavistas en su eterno idiotismo ideológico que les da por
tomar atajos en contra de toda lógica y cuando la cosa sale mal resulta ser
culpa de la derecha, los para militares, el imperio, la oposición y hasta el
Papa Francisco, pero ni de vaina se enserian, prefieren poner presos a los
estudiantes, matar niños con pancartas, encerrar alcaldes y hasta tirar a camarógrafos
desde las azoteas, pero al momento de enfrentar un enemigo de verdad salen con
las tablas en la cabeza, así es fácil ser muy malo, tener un arma y un pelotón para
golpear, matar y maltratar a gente desarmada pero con la gente armada prefieren voltear hacia otro lado y en muchos
casos hasta colaborar para tener parte del botín.
Ojalá
esté equivocado y la guerra no comience por ahí, bajará de los cerros a lomo de
moto, no para defender a nadie, los harán para instaurar un régimen donde todo
se vale, tendremos que armarnos de valor, hacer frente como podamos pues ya
está demostrado que las policías poco valen frente a tal amenaza, mientras al
otro lado de la realidad el presidente y sus acólitos seguirán jugando al zorro
y la gallina mientras, nosotros, la gente, estaremos pecho a tierra esquivando
balas y lamentando no haber huido mientras pudimos.
José
Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback