Hay
días en los que uno se cansa de mirar a los lados buscando calma, a veces se
encuentra, otras solamente se entretiene y olvida por un rato, entre esos
entretenimientos de olvido están los periodos en que se ingiere alcohol , se
hablan tonterías, hasta se puede perder la conciencia y terminar haciendo
alguna bobera solo por ebrio feliz. Claro hay quienes al no ser felices de
ninguna manera, se emborrachan y son un peligro para todos, incluidos ellos
mismos, afortunadamente no soy de esos.
Desde
que llegue a la adultez y comencé a vivir solo, con las preocupaciones propias
de quien tiene hijos además de casa que mantener, sumándole las desventuras
propias de cualquier ciudadano venezolano, he de asumir que cuando la cosa se
pone intensa, ese periodo en que hasta el gato rehúye mi contacto por andar de
mal humor, es momento de llamar a un amigo
y atragantarse de cerveza, las amigas son para otra cosa más amable aunque también
funcionan, en estos momentos no hay ninguna a la vista y la economía no
colabora en lo más mínimo para lograr ese fin, total, salgo a beberme unas cuantas
cervezas y llego a casa a desmayarme en mi cama, me olvido de todo por unas
horas, cosa que se agradece.
Algunas
ocasiones no hay ni tiempo ni dinero, entonces aparecen las providenciales tías
que sufren de insomnio y me regalan un par de pastillas mágicas, esas las
divido en partes y cuando la paciencia se me agota pues me tomo una y baja la
neurosis, no se olvida nada pero el estrés baja. Me han recomendado hacer
ejercicio pero debo ser sincero, a mí me gusta sudar solo si hay endorfinas de
por medio o toca caminar, de resto no me interesa andar agotándome por puro
gusto, aunque no critico a quien lo hace, cada quien se rasca las pulgas como
bien puede.
Viendo
el mundo y pensando desde esta esquina, termino siempre pensando en una novela
que leí hace un rato, se llama “Un mundo feliz” del inglés Aldous Huxley , a
pesar de haber sido escrita en 1932, cuenta de un mundo muy parecido a lo que
muchos adorarían como el mundo perfecto, sin angustias, sin vejez, sin
enfermedades, con todo delimitado genéticamente para que nadie sea triste , el
asunto se enturbia por culpa de la naturaleza humana. En ese mundo inventado
por aquel inglés, la gente es impulsada por el estado a ser unos hedonistas,
sin pensamientos negativos ni límites de ningún tipo, cuando la cosa se pone
estresante pues se toman una droga llamada Soma y se van de “vacaciones” hasta
que los malos pensamientos desaparezcan.
Esa
droga está en todas las presentaciones posibles ya que hasta como elemento para
controlar las masas se usa. Traigo a colación el libro pues en estos tiempos de
violencias y pobrezas es fácil pensar en desconectarse de todo y de todos, la
verdad provoca dormirse hasta que todo pase, solamente para evitar el incordio
de lidiar con este país, que en el fondo no es tan malo.
Lo
realmente malo es mucha de la gente que acá vive, el egoísmo es un asunto de
proporciones bíblicas, aquí todo el mundo pareciera solo pendiente de su
parcelita y lo demás que se vuelva mierda mientras no interfiera en sus planes
inmediatos, el futuro no existe.
Así
vemos como acaban con la selva los mineros en connivencia con las autoridades,
las fuentes de agua dulce son cloacas en su mayoría por la desidia de unos
gobernantes más pendientes de sus bolsillos que del bienestar del pueblo, la profesión
docente casi es un oficio vil por sus sueldos de miseria, la educación ha sido
suplantada por la ausencia de eso gracias a una ley que prima la vagancia en
vez de impulsar la excelencia estudiantil pues a los políticos les importan más
las estadísticas que la realidad de tener una juventud de gente sin capacidad
de análisis y mucho menos los conocimientos reales para hacer de mi país algo
mejor en el futuro, los hospitales en el piso por el olvido oficial así como
los médicos peor pagados del mundo, la economía más triste del planeta , la
violencia con protección oficial solo para ser usada como arma de control
social donde se utiliza al hampa solo con el fin de lavarse las manos y tener más
espacio para sus fechorías, total un desesperanzador panorama.
Todo
sería más sencillo si nos dedicáramos a drogarnos con Soma, nos olvidemos de
todo hasta que por incineración espontanea todo acabe y podamos tener un buen
sitio donde vivir, no este eterno trajinar, contar, hacer planes para luego
caer en la realidad que el único plan posible es sobrevivir, si hay algo más,
eso será una ganancia pero como van las cosas…
José
Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback
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