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jueves, junio 04, 2015

Estrés y olvido en Venezuela

Hay días en los que uno se cansa de mirar a los lados buscando calma, a veces se encuentra, otras solamente se entretiene y olvida por un rato, entre esos entretenimientos de olvido están los periodos en que se ingiere alcohol , se hablan tonterías, hasta se puede perder la conciencia y terminar haciendo alguna bobera solo por ebrio feliz. Claro hay quienes al no ser felices de ninguna manera, se emborrachan y son un peligro para todos, incluidos ellos mismos, afortunadamente no soy de esos.

Desde que llegue a la adultez y comencé a vivir solo, con las preocupaciones propias de quien tiene hijos además de casa que mantener, sumándole las desventuras propias de cualquier ciudadano venezolano, he de asumir que cuando la cosa se pone intensa, ese periodo en que hasta el gato rehúye mi contacto por andar de mal humor, es  momento de llamar a un amigo y atragantarse de cerveza, las amigas son para otra cosa más amable aunque también funcionan, en estos momentos no hay ninguna a la vista y la economía no colabora en lo más mínimo para lograr ese fin, total, salgo a beberme unas cuantas cervezas y llego a casa a desmayarme en mi cama, me olvido de todo por unas horas, cosa que se agradece.

Algunas ocasiones no hay ni tiempo ni dinero, entonces aparecen las providenciales tías que sufren de insomnio y me regalan un par de pastillas mágicas, esas las divido en partes y cuando la paciencia se me agota pues me tomo una y baja la neurosis, no se olvida nada pero el estrés baja. Me han recomendado hacer ejercicio pero debo ser sincero, a mí me gusta sudar solo si hay endorfinas de por medio o toca caminar, de resto no me interesa andar agotándome por puro gusto, aunque no critico a quien lo hace, cada quien se rasca las pulgas como bien puede.

Viendo el mundo y pensando desde esta esquina, termino siempre pensando en una novela que leí hace un rato, se llama “Un mundo feliz” del inglés Aldous Huxley , a pesar de haber sido escrita en 1932, cuenta de un mundo muy parecido a lo que muchos adorarían como el mundo perfecto, sin angustias, sin vejez, sin enfermedades, con todo delimitado genéticamente para que nadie sea triste , el asunto se enturbia por culpa de la naturaleza humana. En ese mundo inventado por aquel inglés, la gente es impulsada por el estado a ser unos hedonistas, sin pensamientos negativos ni límites de ningún tipo, cuando la cosa se pone estresante pues se toman una droga llamada Soma y se van de “vacaciones” hasta que los malos pensamientos desaparezcan.

Esa droga está en todas las presentaciones posibles ya que hasta como elemento para controlar las masas se usa. Traigo a colación el libro pues en estos tiempos de violencias y pobrezas es fácil pensar en desconectarse de todo y de todos, la verdad provoca dormirse hasta que todo pase, solamente para evitar el incordio de lidiar con este país, que en el fondo no es tan malo.

Lo realmente malo es mucha de la gente que acá vive, el egoísmo es un asunto de proporciones bíblicas, aquí todo el mundo pareciera solo pendiente de su parcelita y lo demás que se vuelva mierda mientras no interfiera en sus planes inmediatos, el futuro no existe.

Así vemos como acaban con la selva los mineros en connivencia con las autoridades, las fuentes de agua dulce son cloacas en su mayoría por la desidia de unos gobernantes más pendientes de sus bolsillos que del bienestar del pueblo, la profesión docente casi es un oficio vil por sus sueldos de miseria, la educación ha sido suplantada por la ausencia de eso gracias a una ley que prima la vagancia en vez de impulsar la excelencia estudiantil pues a los políticos les importan más las estadísticas que la realidad de tener una juventud de gente sin capacidad de análisis y mucho menos los conocimientos reales para hacer de mi país algo mejor en el futuro, los hospitales en el piso por el olvido oficial así como los médicos peor pagados del mundo, la economía más triste del planeta , la violencia con protección oficial solo para ser usada como arma de control social donde se utiliza al hampa solo con el fin de lavarse las manos y tener más espacio para sus fechorías, total un desesperanzador panorama.

Todo sería más sencillo si nos dedicáramos a drogarnos con Soma, nos olvidemos de todo hasta que por incineración espontanea todo acabe y podamos tener un buen sitio donde vivir, no este eterno trajinar, contar, hacer planes para luego caer en la realidad que el único plan posible es sobrevivir, si hay algo más, eso será una ganancia pero como van las cosas…
José Ramón Briceño, 2015

@jbdiwancomeback


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