Tengo
años en una campaña personal en contra de la idiotez, no es que me crea más que
los demás pero creo que uno debe llegar a la madurez con cierta solidez
intelectual, eso no tiene nada que ver con libros ni con eso de ser
intelectual, es un asunto de comenzar a pensar con seriedad sobre asuntos
igualmente serios, sobre todo en un país donde todo es tan cuesta arriba que
cualquier cosa es difícil, hasta hacer mercado y rendir las compras hasta fin de
quincena es una cuestión de pensar, en la mayoría de los casos hasta
inventarse recetas para llenar el estómago de la familia.
Sin
embargo uno ve en la calle, en las redes sociales y hasta en el trabajo que la
seriedad no llega con igual contundencia a todos por igual, hablemos solo de
los mayores de cuarenta que son los que me tocan pues es el rango etario en el
que vivo. No puede ser que la gente a estas alturas ande gastándose lo que no
tiene en un celular que le cuesta más de seis meses de sueldo, tampoco creo que
si todo es tan complicado muchos anden gastando su tiempo en averiguar cómo
Lady gaga tiene amantes por todo el mundo.
Así
llegamos al asunto político, veo mucha gente adulta, con nietos que por
fanatismo anda diciendo pendejadas de lo especuladores que son todos en Venezuela,
aunque sea cierto creo que les toca preguntarse más bien el origen de tanto
desastre económico, así la cosa los deprima pues necesariamente se deben sentir
cómplices pues por asuntos absolutamente egoístas apoyaron esta barbarie que
hoy vivimos, me disculpan pero esa paja de “yo jamás creí que terminaríamos así”
“eso no fue lo que me prometieron” “yo creí en el comandante” o peor “si el comandante estuviese vivo no
estriamos así de mal”.
Caramba
si yo, apenas un profesor de castellano, que nunca se ha metido en la política
y a quien la matemática se le da tan mal que precisamente estudio cosas de letras
y libros para no verme metido entre cifras que me atormentan la vida, lo vi
venir desde hace años, muchos lo vieron, gritaron por los cuatro puntos
cardinales y TODOS dijeron “yo no creo, eso nunca pasaría acá” y pasó carajo,
pasó.
Desde
ayer andan con una joda sobre una fulana mata de “acetaminofen” que una fulana
candidata a diputada dijo en cadena nacional, lo peor es que el público
presente en la alocución de la mujer aplaudió como si hubiese notificado que alguien
ganó un Nobel, la ignorancia es un asunto colectivo entre esa gentuza. No sé si
el asunto de burlarse sea lo correcto, aunque es complicado no hacerlo, todas
las incongruencias terminan en humor, desdibujando la seriedad del asunto hasta
que sea aceptado y digerido como algo más para sobrevivir en este caos
nacional.
Tengo
la impresión de que parte de esos memes y burlas provienen del mismo aparato de
propaganda gubernamental a fin de minimizar los daños con vistas al exterior
pues allá, en otras fronteras, la propaganda es tan efectiva que hasta los
periodistas de izquierda, esos que no de vaina se mudan a los países comunistas,
escriben loas al gobierno venezolano, yo me he dado a la tarea de escribirle a
algunos, unos me responden y terminan asombrados pues no sabían de la tragedia
nacional, otros me ignoran, los menos me insultan a lo que les respondo de
igual manera para ver cómo se comportan, es una forma de hacer contrapeso a esa
propaganda que tan buen hace quedar a un gobierno empeñado en negar no solo su
incapacidad, también su maldad pues hacerse el ciego ante tanta complicidad
entre malhechores y los que teóricamente deberían adversarlos es una bajeza increíble.
Este
proceder me ha traído hasta la pérdida de oportunidades, familiares que me
borraron hasta de sus listas de teléfonos y a quienes yo mismo evito pues me
molesta su presencia, amigos que no lo son tanto desde el momento en que oí su
pensar sobre las cosas de sus jefes y quienes de paso disfrutaron su momento de
gloria cometiendo cualquier delito con la excusa de la revolución, haciendo de
paso sus bolsillos más grandes de tan llenos de dólares que los tienen.
Creo
que debemos medir el uso del “sentido del humor”, ya basta de banalizar la
tragedia, dejemos eso para nosotros, de consumo interno pues, si no ponemos
seriedad en el país terminaremos peor de lo que ya estamos, el asunto del
cambio de sistema político no es si estaremos mejor, es por cuanto tiempo
estaremos jodidos, con estos animales estaremos muchos años, si cambiamos
quizás sean unos pocos, veámonos al espejo y decidamos que hacer, no solo por
nosotros, también por nuestros hijos y posibles nietos, si es que nuestros
hijos o nosotros mismos llegamos a una edad en que podamos tenerlos, recordemos
que acá es más segura una bala que ganarnos la lotería, 25 mil muertos al año
así lo confirman.
José
Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback
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