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martes, enero 06, 2015

Reflexión desde la indigencia promedio

Enero siempre ha sido árido, mes de deudas, kilos extras y la resaca navideña, lo usual es que sea una suerte de inicio de ciclo económico. La verdad no sé si veo la calle más paupérrima que de costumbre bien sea por mi depresión y desesperanza o es que realmente está así, uno mira como a las cuatro de la tarde todos los negocios que no están en centros comerciales cierran sus puertas, es más tengo casi toda mi ropa sucia pues no encuentro lavandería abierta. Las noticias que se cuelan no son para nada alentadoras y el futuro inmediato es de una desolación complicada de explicar sin caer en el lugar común del insulto escatológico, cosa que de verdad quiero evitar, ya hay bastante negatividad flotando en el aire como para que uno se ponga a cargarlo un poco más.

Intento ser ecuánime, sonreír y ser feliz, sin embargo cuando consulto mi oráculo personal, la cuenta bancaria, miro los precios de todo y hasta pienso en lo que toca pagar para medio vivir se acaba el entusiasmo, la verdad he preferido andar casi con economía de mendigo y gastarme las tres lochas que gano en hacer felices a quienes me hacen feliz, cómo va la cosa va a sobrar espacio para las lágrimas en algún momento.

Alguno de mis lectores me dirá dramático, pero piensen en cuanta gente se ha ido del país, a mi cuando menos solo me quedan unos pocos amigos y todos dicen que apenas puedan se van, en mi caso me ataca la depresión pues quiero llevarme a mi hija y sé de antemano que no voy a poder, me niego a dejarla acá, aunque no se pueda hacer mucho realmente, toca estar presente, eso forma parte del desarrollo de los niños, a mi entristece muchísimo cada vez que mi hija me comenta sobre alguna compañera de clases que no tiene padre, bien por que murió o porque se fue y viene una vez al año, esa vaina no es vida para ningún niño, en mi caso lo viví y se cuan duro es no tener donde refugiarse cuando la vida se te pone chiquitica, no tener donde volver siempre es trágico.

Estoy harto de despedidas, me acojona la tristeza, de verdad me he vuelto algo más radical en mi posición, he dejado de tratar a amigos de años pues sigo sin entender como defienden esta porquería, puedo entender quizás que no tienen de otra, no estudiaron, nunca se formaron y la manera más fácil de ganarse la vida es ser lacayos de sus jefes, pero de ahí a que apoyen la mediocridad con argumentos manidos de marxistas imbéciles hay un camino bastante largo y la verdad no estoy ya para aceptar sus excusas ni sus boberas políticas que no son más que formas de amordazar su entendimiento y cegar su mirada ante la miseria. Es una suerte de “venganza” (la de ellos) con el mundo que nunca los entendió y una demostración evidente de su flojera mental por no intentar entender el mundo.

Cuando era niño tenía cosquillas, odiaba que me hicieran cosquillas pues perdía el aliento y al parecer era muy divertido ver azul al gordito, alguna vez (como a los cuatro años) escuché que si uno se concentraba lo suficiente perdía la sensibilidad y por tanto las cosquillas desaparecían, la verdad no sé qué hice pero nunca más tuve cosquillas, me enteré de la veracidad de eso pues le pregunté a un neurólogo y este se sorprendió diciendo que todo el mundo tenía cosquillas a menos que tuviese alguna anomalía, no seguí con la pregunta pues de seguro me iba a costar un ojo de la cara y no estoy para botar dinero solo por una curiosidad, en fin, todo esto viene al caso pues he intentado por todos los medios concentrarme para ignorar la situación, ser más amable con los politicuchos de medio pelo que pretenden que les crea las patrañas, con los fanáticos chavistoides, con el gobierno imbécil y hasta intentar terminar con la tristeza por el futuro, no he podido.

Mi texto de hoy no era para proponer ni apuntar, es más para descargar esta tristeza que me come y sé que a muchos también los pone en la misma situación, sin embargo, a los chavistas les propongo dividirnos el país, una Venezuela del norte y otra del sur, en diez años hablamos de reunificación cuando el bolívar valga menos que una hoja de mango seca y su situación económica esté al borde de la guerra, mientras que en el lado que nos toque a quienes pensamos en futuro la cosa nos lleve más al futuro y no en esta involución permanente, a quienes se espanten por favor piensen un segundo en sus hijos, familiares y querencias, si de verdad este toque de queda de todos los días, esta hampa desbordada, este eterno peregrinar de miserias entre colas y buhoneros a pesar del trabajo y los estudias vale la pena, si este aislamiento absoluto donde viajar es solo en un solo sentido para nunca más volver, esta eterna persecución a la que estamos sometidos pues déjense de pajas TODOS los que no estamos con el gobierno somos supervisados por el desde todos los frentes posibles con el peligro inminente de dos disparos en la cara “para robarte el teléfono” o un secuestro express directo a la penitenciaria más cercana vale la pena, si no se quieren ir les regalo su parte del país, creo que es una solución salomónica antes de terminar en el suicidio colectivo de una guerra civil inminente, donde nadie ganará, las guerras no se ganan solo es la apariencia del bando que mata más gente.
José Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback



lunes, enero 05, 2015

El golpe anunciado


Tengo días leyendo en las redes unos fulanos avisos de un tal grupo o movimiento #UNO, donde avisan a la colectividad de la posibilidad de un golpe de estado, en varios comunicados han ido solicitando que todos hagamos acopio de alimentos no perecederos, agua, medicinas y hasta que organicemos una red de información entre los vecinos, además que faciliten vía redes sociales información sobre los movimientos de ciertos personajes, imagino que para su posterior captura.

Por otro lado también he leído a otros tantos haciendo anuncios sobre supuestas reuniones del alto mando para solicitarle al presidente su renuncia, movimientos apocalípticos de gente “gritando” por internet lo imperativo e inminente de un golpe militar que dé al traste con esta tal revolución (cosa interesante por demás), así un largo rosario de anuncios cuyo fin no entiendo muy bien.

Una vez le pregunté a un militar retirado si eso que dicen es verdad, el, muy sonreído me decía que no lo creía pues los movimientos de esa naturaleza han de mantenerse en secreto ya el hecho de que lo conociéramos era indicativo de que nada era cierto, yo concluí que tiene razón.

 Si estos animales parlantes ponen presa a la gente solo por protestar, gente que ni siquiera tiene un cortaúñas encima como para que digan que andaban haciendo alguna cosa violenta ¿Cómo se comportarían si de verdad encuentran a una decena de personas armadas con armas largas y en plan de pelea? (y no son colectivos), cuando eso suceda, si es que en verdad sucede, la cosa no va a variar mucho, igual los supermercados ya no tienen nada, todos vivimos en un toque de queda pues el transporte público deja de trabajar temprano por el hampa y los ciudadanos hacen lo propio por las mismas razones con excepción de algunos valientes que apuestan su vida en la ruleta rusa que se ha vuelto la calle, los muertos pues quizás suban en un diez por ciento, suena feo pero ya tenemos cientos de muertos al día sin que ninguna guerra declarada exista.

No sé qué pensar sobre tanto anuncio de guerra y golpe de estado, por un lado me alegra la cosa pues hay demasiada cuenta pendiente sin solución flotando en esta enrarecida atmósfera, por otro lado tengo mucha gente querida, incluyendo hijos, hijastros, sobrinos, primos y viejos que serán los más afectados, además del temor de tener que verme en la obligación de salir a la calle y poder ser una víctima más ya no del hampa desorganizada si no de esa otra que hasta rangos posee.

La verdad la navidad me dejó (como de costumbre) en la inopia económica, cosa que no me permite hacer acopio de nada, ya no me queda si no una pastilla de jabón de baño, un tubo de pasta dental y (creo) que un par de kilos de carne en el congelador, si de verdad sucede lo que anuncian comeré sábila que es lo único que obra en mi balcón, de resto respirare patria como todos hasta que todo pase, si no sucede nada pues comenzaré a trabajar y viviré más de cerca la paranoia que cunde por doquier, sobre todo en las instituciones públicas que es donde trabajo.

Estoy más que segur que de suceder algo así nos enteraremos de últimos pues la censura oficial recrudecerá y solo los disparos nos pondrán alertas, por si las moscas desde ya me ofrezco para colaborar en el nuevo tiempo si no igualmente los esbirros que leen mi blog ya saben que no me agradan, que de verdad si por mi fuese hace años me hubiese ido con mis amores de este moridero de pobres y que la suerte de TODOS los esbirros cuya función cerebral es más escatológica que lógica me vale madres (como dicen mis amigos Mexicanos), amanecerá y veremos, lo que pido entre otras cosas es que de ser verdad a nadie se le ocurra poner a Orlando Urdaneta ni de Ministro, ya estoy harto de funcionarios con carreras exóticas por decir lo menos.
José Ramón Briceño, 2014
@jbdiwancomeback


  



domingo, enero 04, 2015

Inteligencia y gobierno

Hace tiempo vengo pensando en la posibilidad de que en las filas oficialistas exista una epidemia de estupidez, me es difícil pensar que tanta gente esté equivocada, de paso no se necesite más comprobación que dar algunas vueltas por la ciudad y de remate alguna que otra morgue. En el caso de los mayores de 40 años, me cuesta pensar que no recuerden como era la vida hace 20, es verdad, jamás fue fácil la cosa pero tampoco era tan jodida como en estos días.

La conclusión a la que he llegado me ha asombrado, resulta que si eres inteligente, defiendes la lógica, presentas proyectos factibles y no te prestas para nada absurdo no tienes chance ni siquiera de ser portero de alguna institución, mucho menos llegar a tener poder que de paso es lo que todos buscan para acomodarse y acomodar a los suyos. Toca ser fanático ultroso, hacerse la vista gorda, decir a todo si mi comandante, jalar bolas diciéndole al jefe ingeniero, doctor, licenciado o cualquier otro título aunque sepan que el fulano ni siquiera es bachiller, también toca aprender el arte de hacer bolitas de moco para “trabajar” hasta altas horas de la noche, de esa forma te haces la fama de que trabajas por la revolución, también te toca pertenecer a algún colectivo, milicia o simplemente cargar una pistola al cinto para no dejar duda de que tu defenderás la revolución con tu vida de ser posible. La cosa de la gente armada es que quienes realmente ejercen el asunto ese de la violencia son malandros cuyo oficio es realmente el de usar el arma y no para amedrentar precisamente.

Ser inteligente usualmente va de la mano con la inconformidad, el ser inteligente jamás dice que si de gratis, toca convencerlo con argumentos de peso, cuestionan, se molestan, discuten y no se aguantan a cualquier imbécil que investido por algún padrinazgo reparta ordenes absurdas como si supiera alguna vaina, la gente inteligente no se fanatiza , tiene creencias pero hasta estas viven sumidas en dudas, todas las creencias son pasadas por el filtro de la duda, si pasan todas esas consideraciones pues son merecedoras de su creencia.

En cambio, aquellos cuya inteligencia no les da más que para no hacerse encima, hablar, caminar, medio leer y escribir, son fáciles presas del fanatismo, total esa es la única manera de que logren avanzar en la vida, si se someten absolutamente a todos los designios de los semidioses cuyo maná viene en forma de papel moneda, además te aseguran impunidad absoluta bajo la patente de “luchar por la revolución” , cuyo resentimiento por la inteligencia ajena los hace un bloque dispuesto a cualquier barbaridad para mantener sus privilegios, que dicho sea de paso no se creen los criminales que son pues o alegan defensa propia u obediencia debida, la culpa jamás es de ellos, esos son los que manejan el estado, no existe cabida para nada más.

Alguien me hablará de títulos universitarios, posgrados y hasta doctorados, yo les diré que en esos casos es más triste la vaina pues ellos se concentraron solo en aprobar materias no en abrir su cerebro, esos de paso son los más tristes pues se obligaron a perder lo aprendido, para involucionar en función de un “ideal” que los retrotraiga a la imbecilidad izquierdosa de la que tanto se ufanan, la historia no los absolverá, muy al contrario, cuando esto pase yo seré uno de los primeros que les arrojará piedras para que nunca nadie olvide que su posición de victimas es propia de los victimarios cuyo poder se les ha agotado.

Sé que algunos amigos se sentirán identificados y hasta ofendidos por mis letras, también saben que me importa nada, mejor me quitan hasta el saludo que no me hace falta, hace rato decidí no tratar pendejos y ellos, a pesar de que ganan cien veces más que yo, su intelecto los ubica como los más grandes pendejos de la historia, cuya falta de cerebro ha ayudado a maltratar a más de 40 millones de compatriotas, sin hablar de los muertos, exiliados y hasta presos políticos, mi repulsa es total.

En otro orden de ideas, la oposición tampoco es que se salva mucho, solamente que ellos no están en el poder pero algunos tránsfugas que brincaron la talanquera luego de que los votos opositores los pusieron allí también merecen que se les escupa un ojo (o los dos), su cerebro escaso y lleno de la misma materia fecal que el chavismo pudo más que la supuesta inteligencia que poseían.
José Ramón Briceño, 2014

@jbdiwancomeback



sábado, enero 03, 2015

Buen día lexotanil…



Desde que era adolescente me gustó la música, aunque debo admitir que jamás me ha gustado ni la salsa ni el merengue, eso solo me trajo cierto halo de “bicho raro” entre mis compañeros del bachillerato, quizás a esas sesiones intensivas (típicas de esos años) donde intentaba deshilvanar el discurso de gente como Fito Páez, Charly García, Luis Alberto Spinetta y un montón de gente más, fue cuando me di de bruces con eso que llamamos lenguaje poético, esa forma de decir muchas cosas e identificar muchos sentimientos con palabras que encierran discursos enteros en si mismas, sin recurrir a lo fácil del adjetivo muy claro.

De aquellos años recuerdo mucho una canción que hoy día define más o menos los sentimientos encontrados con los que toca batallar día a día en este país, la canta aun Fito en todos los conciertos, se llama “Ciudad de pobres corazones”, en ella hay unos versos que cualquier venezolano puede entender sin mayor problema “En esta puta ciudad todo se incendia y se va”, el otro “Buen día lexotanil, buen día señora, buen día doctor”.

El primero es de fácil comprobación, solo con abrir cualquier medio de comunicación digital o físico, a pesar de la censura oficial, todas las muertes sin sentido que suceden a diario, todo este barullo económico  que nos tiene en ascuas constantes, el estress de jamás saber si el amigo del bus se suba para robarte, matarte o simplemente ser un pasajero más, si la moto que escuchas será lo último que oirás, que los disparos que se oyen a lo lejos no segaran alguna de vida de un ser querido, en fin, tantas variantes del mismo tema que te espantan de solo pensarlos.

Sin escapatoria posible más que por el aeropuerto y ahí si se acaba todo, debo admitir que la posibilidad de tener que escapar hacia otra tierra me espanta un mundo, de perder lo poquito que tengo me aterra, dejar solo a mi viejo, a su suerte y sin que yo pueda socorrerlo tantas veces como me ha socorrido el a mí, quien quita hasta la imposibilidad de despedirlo cuando le toque su hora y conformarme con llorarlo desde la distancia solo porque unos hijos de puta les dio por destrozarlo todo, al final todo se quema, como dice ese poeta.

Lo segundo “Buen día lexotanil…”, es el mantra de muchos que lo consumen al abrigo de su legalidad como forma de vivir en este caos, yo tengo por ahí algunas pastillas aunque de verdad muy pocas son las veces que las tomo ya que entiendo su potencial peligro y en esta tierra andar desprevenido muchas veces se paga con la vida, pero en días cuando mi ansiedad anda desbocada, lo que produce que mi humor esté de capa caída y a punto de explotar por cualquier cosa, se hace necesaria la pastilla mágica que te relaja un poco, es también cuestión de supervivencia en esta hojilla en que se ha convertido la calle.

Se dé buena fuente que mucha gente lo hace, sobre todo cuando la carrera, el fitness, los maratones, las pesas y el gimnasio ya no ayudan tanto, el carácter legal de ese fármaco logra que cualquiera con una receta médica haga su peregrinación por las farmacias hasta encontrar la panacea, por cierto que Prozac no ayuda nada pues su precio lo hace prohibitivo para muchos (incluyéndome claro). Alguno me dirá que con un par de tragos se baja la tensión, pero a mí me parece que andar apestoso a alcohol todo el tiempo es de muy mal gusto, otros me hablaran de la marihuana y sus beneficios yo les respondería que con mucho gusto si eso no me acarrease problemas legales si me lo fumo a mediodía a la salida de mi trabajo para ir a buscar a mi hija y volver a las labores, además eso me pone muy distraído, cosa que (repito) no debe suceder cuando transitamos cualquier calle venezolana, se puede pagar con la vida.

Hoy me he despertado con la canción esa sonandome en la cabeza, mi estrés por no saber hacia dónde vamos o por saber hacia dónde y tener que verme obligado a decisiones cruciales que cambiaran mi vida a esta edad madura cuando todo es más cuesta arriba (sobre todo después de la chikungunya) además de incluir en mis planes a más gente, me aterra el futuro cercano y saber que “En esta puta ciudad todo se incendia y se va…” para tener que terminar diciendo a diario, junto con mi café, “Buen día lexotanil…”
José Ramón Briceño, 2014
@jbdiwancomeback




viernes, enero 02, 2015

La (mala) atención al cliente


Entre los misterios del universo está eso de la relación precio-beneficio, se supone que mientras más caro es el producto o servicio, mejor será este, ahora, en Venezuela eso no es del todo cierta, entre las vueltas de fin de año y navidad, esas donde toca hacer las compras de último minuto o simplemente los procastinadores como yo dejamos para el último momento. Por ejemplo, en mi ciudad hay una panadería bastante famosa que tiene  hasta nombre de Rey francés “Luis I”, allí el traro de verdad deja mucho que desear, puedo entender que existe gente de todo tipo y es complicado saber quién anda con malas intenciones y quien no, uno que pertenece a este último lote de gente no debería pasar por el escarnio de la grosería de la revisión de tickets y facturas.

Una joven que imagino ha de ser hija de los dueños se puso como loca a revisar facturas pues hicimos más de una compra al mismo tiempo ya que mientras andábamos ahí nos dio hambre y pedimos una piza extragigante para comer y traer el resto a casa a fin de que quienes se habían quedado comiesen antes de la cena de navidad, para la cual faltaban más de seis horas (no hay estomago que aguante esa espera) , en fin, al salir llevábamos pan de jamón, panetone y hasta licor, mientras pagaba la cuenta la señorita en cuestión notó que yo pagaba una factura, entre mi novia y mi hija tenían otros paquetes que no estaban en la cuenta que estaba cancelando, entró en pánico y exigió de la manera más grosera posible que le mostrasen los documentos que demostraban que lo que llevábamos no era robado.

Hasta allí todo normal, el asunto es que la grosería no lo fue tanto y una vez comprobadas las facturas ni siquiera se disculpó, desde ese momento por mi que se metan su negocio por donde mejor les quepa, la educación jamás ha de estar reñida con el trato al público y la verdad creo merecer (al igual que todos) un trato amable en donde sea que decida gastar mi dinero.

Otras experiencias feas las llevamos en sitios como “Tiendas Macuto” donde a la salida de la tienda estaban dos fulanas desarmando las bolsas de la compra y cotejando las facturas con una pantalla en un PC, en iguales condiciones de grosería pues la forma en que llevan su acto deja muy claro desde el primer movimiento que ya te están acusando de culpable, con todo y la hora de cola en la caja para pagar.

Quizás la peor demostración de servicio la tiene el “Centro Médico Maracay”, clínica de rancio abolengo y costos principescos que está en mi ciudad. El primero de enero mi novia decidió ponerle atención a un cuadro febril que mezclado con un extraño dolor ya la tenía una semana molesta y a punta de analgésicos para engañar al cuerpo y no aguarse la fiesta, en fin, ella tiene un excelente seguro, a la siete de la noche nos aparecimos por la clínica, una vez adentro, antes de la evaluación médica por supuesto hubo que pasar por admisión para dejar claro quien cargaría con la cuenta, una vez que las jóvenes de admisión ya tienen todos los datos del seguro, así como la luz verde para aceptar al paciente nos invitan a sentaros y a esperar que nos atendiese un médico. El asunto es que entre el momento en que entramos por la EMERGENCIA y el que nos atendieron pasaron casi cuatro horas, en ese interludio hubo no menos de dos escaramuzas entre pacientes molestos por la espera y el personal, incluyéndome a mí.

A las tres horas de espera, mi novia que ya le dolía en exceso (aún no sabemos con exactitud donde pues adivinar con ciertos órganos es difícil) y se recostó en una camilla que estaba libre, cuando el joven residente la llama para atenderla la reprende pues en ese sitio no la podría revisar y se retiraba, como la verdad ya estaba harto de la espera le pregunté (de modo no muy amable ni en tono conciliador) si no la iba a atender, me dijo que ya volvia y que se moviese de allí que ese no era sitio de revisión, la cosa subió de nivel, hubo gritos, salieron dos médicos cuya estampa y edad los ponía como los jefes, todos discutían y al final volví a intervenir solicitando que se dejasen de pendejadas y atendieran a la mujer, que gritando no íbamos a llegar a ningún lado, los médicos asintieron y el joven decidió a atender a la señora, salí de la consulta para luego enterarme que al final la atendió una jovencita con estampa de recién graduada quien la revisó y le recetó algunos medicamentos que le redujeron la dolencia., ya eran las tres de la mañana.

Los casos citados fueron amargas experiencias en sitios donde se supone que por el precio te atenderán mejor, cosa falsa. Uno quizás pueda entender que en el caso de las tiendas, el trabajo es excesivo, la temporada a pesar de lo escaso de la oferta así lo exige, en el de la clínica no hay excusa que valga, si la EMERGENCIA tarda tres horas para recibir un caso que de paso le genera dividendos al centro médico, a nadie le da placer ir de noche a una emergencia para pasar el rato y gastar el seguro, se supone que si hay gente allí es porque algo les duele y quien sabe qué pueda ser, sus procesos de admisión han de ser revisados y optimizados.

Para todos, el cliente paga, si va a su negocio, clínica, zapatería, carnicería , supermercado, farmacia, bodega o abasto es porque lo prefiere, va a gastar su dinero, nada les cuesta ser amables pues los clientes serios se espantan y ustedes viven de ellos, allá los masoquistas que no les hacen mucho caso al maltrato solo por la faramalleria de decir a sus amistades que compró tal o cual cosa en tal sitio, yo por lo pronto no volveré por allá, ojalá alguien cercano a esa gente me lea, por favor muéstrenle este texto y si quieren me escriben que no modificaré mi posición , ser antipático en tu empleo equivale a que no te gusta lo que haces, es como que yo voy a maltratar a mis alumnos porque el sueldo de profesor es una porquería, a mí me gusta mi trabajo, me quejo, me molesto, lo grito pero cumplo con mis alumnos.
Saludos desde mi esquina.
José Ramón Briceño, 2014
@jbdiwancomeback




miércoles, diciembre 31, 2014

Fin de año

La expresión “sentimiento agridulce” nunca ha sido tan real para mí como esta noche, tengo tanta gente regada por el mundo, tantos amigos que no están, tanta angustia de mañana que la verdad es complicado estar absolutamente feliz. Las próximas  48 horas serán un asunto difícil de digerir para muchos, sabemos que a partir de este nuevo año tendremos papel higiénico en vez de billetes en el banco, nuestro sueldo será más o menos barro que tocará administrar a fin de lograr sobrevivir, quien sabe cuanta violencia hay esperando explotar gracias a las gracias de una pandilla de inútiles malvados cuyo sino es solamente ser una suerte de bacterias tragadores de dinero, mientras los demás solo somos unos seres vivos ansiosos de vida.

Esta noche ha sido de profundas reflexiones y quizás más dudas que otra cosa, hay nuevos proyectos, la misma angustia del 2014 pero agravada por una pobreza aún más difícil, sin embargo estamos forzados a resistir, a pensar, a construir y a hacer resistencia contra la epidemia de imbecilidad supina que infecta las calles de mi tierra.

Hoy estoy triste por las sillas vacías, las almas sin esperanza, los hogares sin alegría, pero estoy alegre pues mi familia y amores están cerca, completos y sanos, lo otro pues es accesorio, a pesar de tener ya una botella de vodka en mi torrente sanguíneo y a la espera de más, con la sombra terrible de la resaca matutina. Creo que nos toca apretar los dientes (y algunas vísceras) para enfrentar el alud que nos llega, la vida son dos días, los amores y afectos toca cuidarlos, el alma alimentarla, mañana debe amanecer, todos disfrutemos la vida, para la tristeza hay demasiado tiempo, en cambio la delgria nunca es muy duradera que digamos.

Me emborracharé, gritaré, besaré y de seguro lloraré por mi hija que no me abrazará esta noche, mis hermanas y madre que beberán esta noche con sus hijos a la sombra de una luna extranjera, mis amigotes que se fueron lejos, mis primos que hablan inglés porque no tienen de otra en esa tierra, mis tíos que lloran no estar con sus hijos, las familias con presos que piensan, los que tienen muertos por culpa de aquellos imbéciles que no piensan si no en sí mismos, en fin, los miles que no celebraran hoy, los millones que lloraremos mañana.

Cuando amanezca seré feliz solo por estar vivo y amanecer en los brazos de la mujer que amo, espero que todos tengan algo por lo cual celebrar, los que no pues mi corazón los piensa, apenas amanezca vistámonos de valientes, la vida lo exige, la patria lo necesita y el futuro nos lo preguntará, feliz año desde esta esquina.
José Ramón Briceño 2014

@jbdiwancomeback

martes, diciembre 30, 2014

Preguntas necesarias


Después de más de cuarenta días donde la temperatura ha subió a más de 40 grados centígrados en mi ciudad, por fin amanece lloviendo, no sé a ustedes pero a mí la lluvia me gusta, sobre todo cuando da fresco en este pandemónium tropical donde tener un aire acondicionado (cuando menos para mí) es un lujo complicado. Ver el cielo gris me pone algo melancólico y comienzo a hacerme preguntas incomodas, como recurso de supervivencia me porto mal conmigo mismo, haciéndome esas preguntas incomodas que por lo general quedan en suspenso, en especial las referentes al futuro, prefiero apegarme a eso de que mejor disfrutamos el hoy, eso del futuro en este país es difícil de definir pues la verdad nadie sabe y lo poquito que sabemos tiene más aroma de harakiri (ritual suicida) que de otra cosa.

Para no contaminar a nadie con mis demonios personales mejor les hablaré de cosas compartidas, de las dudas que deja el gobierno y sus acólitos en el aire, de esos raros fanatismos que disfrazan de justicia pero que “olvidan” otros casos de justicia que al parecer a nadie interesan por afinidades ideológicas, lo que me hace pensar en el verdadero significado del socialismo del siglo XXI.

Por ejemplo, todos los días veo en alguna parte una pinta sobre “Palestina libre”, aún no he oído que nadie, voz en cuello hable de las barbaries del tal Boko Haram ni del ISIS, los escucho hablar de cómo los gringos matan a su gente pero ni de vaina hablan de esa costumbre espantosa de matar “infieles” que tienen los patanes musulmanes o esa otra de vender niñas y mujeres como esclavas para lo que sea, a buen precio y en mercado público, imagino que es por el trasfondo religioso que a los fulanos les da culillo exponerse con los “hermanos” que quizás les den alojamiento cuando les provoque escapar de este moridero de pobres, eso sí, con las maletas y las cuentas repletas, a disfrutar lo usufructuado en lo que les haya tocado de la parranda de petrodólares que ya no están.

Los acólitos ignoran olímpicamente la existencia de presos políticos, los fulanos defensores del pueblo aseguran que es totalmente legal la tortura, es más, es necesaria para conseguir información, por tanto no es un quebrantamiento de ninguna ley, sin embargo he oído a muchísimos funcionarios reclamar a los mismos gringos que ellos si torturen a sus presos políticos, no me mal entiendan por favor, jamás estaré de acuerdo con eso de poner presa a la gente por pensar y muchísimo menos de torturarla (para eso no hay excusas, las que hay son solo para justificar a los gorilas de verde, su barbarismo no diferencia idiomas ni culturas, en todos lados hay animales felices con la tortura). El asunto en vez en darles pena, al parecer les emociona pues encuentran a otros a quienes criticar y los imbéciles le siguen el juego solo por no pensar, hasta que les toque si no es que se convierten en (más) descerebrados.

Todos hablan de felicidad, paz, amor pero NADIE habla de la impunidad evidente del hampa, hasta la fulana fiscal dice que deja su gestión cero impunidad, pero el observatorio de violencia habla de 24.000 muertos en el 2013 producto de la violencia, eso en un país de apenas 40 millones de habitantes, sin guerras declaradas, sin frentes ni siquiera con bombardeos, pero los palestinos son los que está jodidos.

Estas son solo algunas de las preguntas que me encantaría que me respondiese algún revolucionario, quizás estoy equivocado y todo sea un espejismo, ahora que ni siquiera se puede pensar en ir a la playa pues lo más seguro es que quizás ese día algún grupo extraña y profusamente armado con rifles de asalto te asalte a la orilla del mar, con el beneplácito (tácito) del tal cheverito (Izarra dixit).
José Ramón Briceño, 2014
@jbdiwancomeback



domingo, diciembre 28, 2014

Feliz 28 de diciembre


Esta mañana me he levantado y he visto el cielo de un extraño tono azul cobalto, al ver a mi derecha descubro que mi Smartphone creció y hasta mutó de un Android 1.0 a un Windows phone de quinientos dólares, mientras estoy perdido en este extraño despertar, mi novia, desde la cocina me reclama que no vuelva otra vez con esos regalos tan caros, que andar con un anillo de diamantes acá en este país es un suicidio, uno acostumbrado a no discutir por nimiedades tan temprano, le respondí que en enero resolvíamos eso.

Escucho un extraño ruido que llega de la cocina, entre el aroma del café y el del pan tostado se cuela un raro zumbido, cuando pregunto, me responde muy risueña mi novia que hoy nos tocaba desayunar pan con jamón serrano, que sale comernos la pierna que habíamos comprado para las navidades pues odiaba el aire de tasca gallega que le daba a la cocina la fulana pierna de cerco colgada, que había preparado unos paquetes para compartir con la familia y sacar de una vez por todas tan feo adorno de su mirada. Pedí a mi novia que por favor acompañase en desayuno con algo de tomates secos en aceite extra virgen con orégano fresco y lo tostase en el horno.

A todas estas aún no había salido de la cama, revisé el aparato este que mi novia asegura es mi teléfono y tengo una llamada perdida de mi hija, devuelvo la llamada y resulta que me llama es para pedirme prestado el chofer pues quiere hacer una piscinada en el hotel más caro de la ciudad, no quiere llegar a pie o tener que pagar taxi pues  ella considera que la gente de nuestra alcurnia no debe andar tocando esos horribles transportes públicos que usa la plebe, como la verdad todavía sigo sin entender y para ganar tiempo le digo que si, que llame al fulano pero le doy instrucciones para que después vuelva a buscarnos a mi novia y a mí para que almorcemos todos juntos a la orilla de la piscina, le encargué que hablase con el restaurante para organizar una comida para todos, con una amplia muestra de vinos, es que los domingos toca beberse unos buenos tintos para pasar el calor de la tarde.

La verdad me gusta más esta vida que la otra, esta de colas, autobuses, taxis y cuentas para llegar a fin de mes, esta misma de incertidumbre. Busco con la mirada el maletín de mi laptop pero lo único que veo es algo parecido pero con el símbolo de la manzanita, mi novia me dice que no sea bobo que ese es mi laptop, yo vuelvo a preguntar y ella me dice desde la cocina que ese lo compré hacia un mes apenas, en la última visita que hicimos a nueva york, en la misma tienda donde compré mi cámara (la cual tampoco recuerdo), tomo el bolso y me doy cuenta de que casi no pesa nada, es un mac cosa, ultradelgado e imagino que ultrarrápido, al encenderlo veo el icono de los programas que antes usaba, de origen menos que bastardo pues los compro a un joven que se para en la esquina de mi trabajo con na caja de software que se cuestan miles de dólares y el los vende a menos que un dólar, pero  en Venezuela uno solamente puede aspirar a eso ya que los programas son excesivamente caros. Me convenzo de que es mi computador pues el protector de pantalla es una foto de mi familia, mi hija, mi novia y yo, al fondo se ve la estatua de la libertad, detrás de ella la ciudad se ve muy al fondo con sus inconfundibles edificios, hasta donde se solo les había visto en la tele y siempre había soñado con viajar allá.

Siento frio y me doy cuenta que la habitación está cambiada, muebles Ikea, sabanas de algodón egipcio, televisor de plasma, de esos curvos ultra delgados. Siento frio pero no veo el aire acondicionado ni siento el ya tradicional ronroneo del ventilador de todos los días, mi novia ya avisa que va con la bandeja a la habitación, lo que aprovecha para decirme que por el calor ella ha bajado tres grados el aire central a fin de que estemos cómodos pues hoy no saldremos para ningún lado, me recomienda leer la prensa la cual por cierto ha “limpiado”, es decir a botado los cuerpos de deporte y farándula que a nadie interesan en mi casa.

Mientras estoy maquinando que inventar esa semana y como averiguar que era realmente mi vida, oigo un llamado, mi novia llevándome un vaso de cocacola y hielo a la cama, recomendándome nunca jamás volver a beber un vodka que venga en tetra pack, por muy barato y rendidor que sea, siempre termino hablando en sueños y eso a ella le asusta mucho.

Feliz día de los inocentes desde esta esquina.
José Ramón Briceño, 2014
@jbdiwancomeback





miércoles, diciembre 24, 2014

Deseo de navidad

Nunca entendí la razón de que el día festivo fuese el 25 de diciembre, si yo esperaba con ansiedad el 24 para ver que cosa me regalaría el niño Jesús, con quien por cierto siempre tuve un reconcomio profundo pues jamás me trajo ni el Atari, el avión o barco a control remoto, ni siquiera una cámara réflex (ahora sé que se llaman así), es más, siempre me acostumbraron a que el fulano me traería cualquier cosa, al final, niño al fin me conformaba con cualquier cosa, quizás el mejor fue aquel en el que me trajo una bicicleta de cross, esa fue la culpable de que me enterase de la verdad, antes que descalabrase al primo que tuvo la genial idea de decirme que la había visto guardada y yo, ofendido, defendiendo mis creencias le zampé un gancho de derecha en pleno estómago, ante esa situación de violencia infantil, mi padre no tuvo más que decirme que él había comprado la fulana bicicleta. Ese día se formó definitivamente mi asco total a las mentiras, fue la gota que derramó el vaso.

Ahora de adulto entiendo perfectamente la razón de que me tocase conformarme, nunca fuimos gente de dinero y mi viejo hacia lo que podía, no había de otra, además la cuestión navideña no son los estrenos, las fiestas ni los fuegos artificiales. En casa la navidad fue siempre por y para los niños, quienes son los depositarios realmente de los regalos.

Como no soy perfecto, he caído también en la trampa de mentirle a mi hija con el asunto ese  del niño Jesús. Hace dos navidades casi me deprimo cuando ella aseguró haber visto una pierna infantil saliendo por la ventana justo cuando ella descubrió los juguetes, por suerte su mamá se asumió la tarea de decirle la verdad, yo no podría. Siempre hemos hecho lo posible por que los regalos sean si no lo que pide, cuando menos algo que le guste bastante, nunca se le han guardado juguetes, así cuesten más de un sueldo de profesor, se supone que los juguetes son para usarlos hasta que no den para más, este será el primer año en que papá y mamá le harán regalos, el niño Jesús  ha quedado atrás junto con su primera infancia, ha comenzado a transitar el camino cercano a la adolescencia, menos mal que soy calvo, de otra me hubiesen salido más canas este mes, aunque me niego a dejarme la barba que ha dejado de ser negra para tornarse gris (como corresponde a un señor de más de 40).
Hace dos días escribí sobre el asunto del agradecimiento, sé que a muchos les ha gustado y eso ya es , en principio, algo importante que agradecer pues entre la inmensa cantidad de gente que publica cosas en internet, me he tropezado con lectores que comparten mis venturas y desventuras por esta ventana electrónica.

Hoy, además de agradecer que aún tengo cosas que agradecer, ligando todas mis vibraciones a que el pernil que estoy cocinando quede tan bueno que nadie se queje y no toque dárselo al perro o al gato, que la patineta que le regalaré a mi hija esta noche le guste tanto como a mí a su edad, que la cena no me caiga mal ni el alcohol se me pase muy rápido a la cabeza para poder disfrutar al máximo la noche de navidad, que las balas cesen por una noche.

Mi deseo para todos es que el amanecer nos encuentre riéndonos, que volvamos a ser niños, (si la infancia no fue lo que hubiésemos querido pues nos la inventamos de nuevo), olvidemos por una noche los dramas de diario, que la violencia haga mutis por el foro, que sus regalos sean más de lo que esperaron, que la calle no se vacíe a media noche, es más, espero que nadie duerma en una orgia de felicidad y hermandad, donde niños, adultos, ancianos y hasta los animalitos festejen sin pausa ni violencia, que toda esa buena vibra inunde todos los hogares, oficinas, negocios, playas, campos y montañas para que hasta los que no creen se sientan bien, así, de puro milagro nomás.

En fin, que la felicidad los intoxique más que cualquier licor, droga o pastilla, que la mañana los sorprenda en la mesa compartiendo las maravillosas sobras de la noche anterior, que los hermanos vuelvan a ser hermanos, la familia olvide los bandos, recuerden a sus muertos con más alegría que nostalgia, que los exiliados vuelvan, los presos políticos vuelvan a sus casas, la economía deje de ser este sufrimiento tortuoso, en fin, que esta navidad sea el preludio de un futuro prometedor en vez de este abismo que nos traga, que  Buda, Calderon de la Barca y hasta Coelho tengan razón, la vida es un sueño y a nosotros nos toca olvidar las pesadillas y despertar alegres.
José Ramón Briceño, navidad del 2014
@jbdiwancomeback






lunes, diciembre 22, 2014

El espíritu navideño en tiempos de revolución

Nací en Maracay, hace más de cuarenta años, desde que tengo memoria me ha disgustado el centro de la ciudad, el bullicio, la música a volumen inaudible, esa que suena desde los puestos ambulantes donde venden discos piratas, hasta los de las tiendas que (suponen por una misteriosa teoría comercial) llama la atención de los potenciales clientes, el disgusto y el malestar sube unos diez niveles en temporada navideña. Lo normal es que sea un pandemónium de gente comprando regalos, ropa, comida y gastando sus utilidades pues el resto del año si acaso el sueldo.

Este año no es así, el centro cierra a la cinco de la tarde, los centros comerciales que se suponen seguros y alguna vez trabajaron hasta media noche, solo abren hasta las ocho y ya desde la siete van cerrando las puertas solo para atender a los clientes que están adentro. A eso le sumamos que la cantidad de gente ha mermado a menos de la cuarta parte, de verdad los centros comerciales y en las tiendas del centro el ambiente parece de un miércoles de febrero y no de la última quincena de diciembre.

¿Las razones? Solo puedo especular en torno a eso, sin embargo cuando consulto con mi bolsillo me doy cuenta que no tengo mucho y si lo tomo por los profesores y maestros ya somos cuando menos unos dos mil menos en las calles, quienes ganan sueldo mínimo pues  han de estar ocupados haciendo cola para comprar las cosas reguladas a ver si los tres meses de aguinaldo le alcanzan para alguna cosa, comer es la primera preocupación de todos. La inseguridad pone su acento en la vida citadina, igualmente las noches parecen madrugadas de domingo de ramos, las calles antaño centros de vida nocturna están desiertas, ni taxis andan por ahí a altas horas de la noche y los pocos que andan trabajando cobran tarifas de limusina neoyorkina pero sin aire acondicionado y tan sospechosos como muchos transeúntes, de hecho, hace tres semanas uno de esos taxistas extraños de la ciudad asaltó a un amigo, el fulano tenía a otro tipo escondido en el asiento de atrás, cuando rodaban por alguna calle desierta el de atrás emergió pistola en mano, mi amigo se la jugó y saltó del carro en movimiento, se desmayó y amaneció tirado en la calle, sin conocimiento y sin billetera pues dos tipos que pasaban por ahí (según la chica que rescató a mi amigo) le vaciaron el bolso y se llevaron, celular, billetera y utilidades, así como su espíritu navideño, ya confiar es un asunto complicado.

Si por casualidad tienes suerte y tienes suficiente dinero para comprar, igual la oferta es escasa y los precios exagerados, lo que ayer costaba cien bolívares hoy debe estar al doble y así sucesivamente, eso quienes se salvan de las inspecciones de “precio justo”, lo que ninguno de los fulanos del tal precio justo dicen es que la oferta de divisas para importar es solo ara algunas cosas, juguetes, ropa, electrónicos y demás cosas para vivir no están en ella, amén de los productos de tocador, por ejemplo, a mí me gusta mucho una colonia que normalmente cuesta 80 dólares (no es barata pero se supone que para algo trabaja uno) que veo difícil de comprar pues ya cuesta dos meses de sueldo, mi hija quiere una Tablet de regalo de navidad, ella la verdad no exige marcas ni diseños pero igual las baratas, esas de marcas exóticas, de origen desconocido y dudosa calidad, que uno mira en Amazon en 60 dólares, acá cuestan también un mes de sueldo y en algunos casos un poco más, si hablamos de ropa o zapatos la cosa no es menos grave, una docena de ropa interior de hombre, de calidad baja, cuesta un mes de mi sueldo, los de verdad, esos de algodón que son extra cómodos cuestan el doble, si los consigues.

Tengo la impresión de que el espíritu de la navidad está en la frontera, nos ha evitado pues la última vez lo atracaron, igual estarán el niño Jesús y los reyes magos, cuando las cosas simples y baratas son inalcanzables para el común de los mortales, llegará un momento en que los mortales se olviden de eso y comiencen a pensar que la violencia es la única manera de sobrevivir, si de paso el estado propone más violencia, se burla de las necesidades del pueblo proponiendo cosas como esa de llevar vacas a las escuelas para que los niños tengan leche fresca a diario (CDSMCPP*), que las madres deben enseñar a sus niños a usar el baño desde el primer mes de nacidos, volver al “Conuco” (huerto familiar)  para la supervivencia, decir que tenemos un bloqueo internacional cuando la verdad es tan evidente es que le debemos a todos y a nadie se le paga nada, los jerarcas son los únicos sin carencias económicas mientras los demás estamos subpagados y sobrevivientes, para colofón los que pueden se van a donde sea con tal de no estar acá, los que nos quedamos estamos a dos aguas esperando un milagro que nos saque con todo y familia de este moridero de pobres.
 José Ramón Briceño, 2014

@jbdiwancomeback


domingo, diciembre 21, 2014

Antes del día de navidad


La verdad a mí las cosas de la “Nueva Era” me dan piquiña, eso de andar con rituales, címbalos, sahumerios, inciensos, profetas, feng shui y demás artilugios emocionales de estos tiempos me aburren un montón, aunque respeto quien crea en ellos pues la verdad no hacen mal a nadie, no comparto esas cosas. Sin embargo, más allá de cualquier ideología, religión, credo y creencia, tengo la firme creencia de que debemos mirar a nuestro alrededor y agradecer lo que tenemos.

Seguramente algún lector, a estas alturas del texto haya levantado su ceja izquierda y comience a esbozar una sonrisa sarcástica, pensando en que al profesor Briceño se le pasaron los tragos y aún no ha superado los vapores etílicos de la noche, total, él ya nos ha contado que no le queda más que beber licor barato por aquello de la economía. Tienen razón, bebo licor barato, pero hoy 21 de diciembre de 2014 a las nueve y media de la mañana, solamente llevo en mi estómago café y un par de cigarrillos  así que la tesis de los vapores etílicos no va.

Es verdad que el país está hecho un desastre, que el petróleo va camino de ser más negocio regalarlo que venderlo, que los funcionarios gubernamentales están todos asustados pues se huele y se siente en el aire un cambio inminente, que los presos políticos son una de las cosas más espantosas de estos animales parlantes disfrazados de rojo y lo que se disfrazan de verde oliva, la violencia del hampa es realmente la cosa más horrorosa de estos tiempos,  la nostalgia por los afectos que se fueron en avión para no volver, la impotencia de trabajar , estudiar y hacer siempre lo más honesto posible y al final pareciera que lo único valioso es precisamente lo contrario, tal como lo demuestra mucha riqueza fácil y evidente que vemos en personajes  cuya formación y actuación dista mucho de ser la “correcta”.

La verdad no tengo internet, me he comido el plan de seis gigas de Movistar en apenas 10 días, lo más seguro es que vuelva a estar en las redes mucho más allá del 25 de diciembre pues aún queda lo del niño Jesús, las comidas familiares, los amigotes, las cervezas y de alguna manera una breve dosis de holgazanería propia de los días festivos y no pienso hacer nada serio en los próximos días.

Sin embargo quiero compartir con ustedes, mis queridos lectores, todos esos que a pesar de los días largos y complicados, sacan quince minutos de su tiempo para leer las dos cuartillas de mis post que no pretenden ser más que un reflejo de estos días, con todos ustedes debo comenzar a agradecer, en estos tiempos en que la cosa no solo está difícil, también hay una epidemia de estupidez que ya tiene visos de epidemia global, tropezarse con gente inteligente, que piensa, discute, critica, propone y hasta acepta que no siempre tiene la razón, es algo para agradecer.

Tener como y donde comer, dormir, protegerse de la calle, tener afectos, que uno sepa dónde están los hijos, que podamos darles algún regalo de navidad, tener dinero para las cosas más básicas, o estar ni tener a nadie enfermo de gravedad en la familia, tener familia, tener amigos (dinero, bueno eso es un asunto diferente), conocer gente inteligente, no ser una víctima más de las cientos que diariamente sufren los embates del hampa, no ser un preso político, tener un empleo (a pesar del pago) que te guste, ser bueno en las cosas que realmente te gustan y compartir eso con otros, tener el abrazo de los hijos, hermanos, primos y padres, estar enamorado o haber superado un despecho atroz, en fin, todo eso que nos da alegría son cosas que tenemos que agradecer, entre tanta locura en el mundo, tanta pobreza en este país, tanto muerto a diario por la violencia, tanta víctima de cualquier cosa imaginable.

Estar vivo y poder tener estos pensamientos son cosas que toca agradecer, cada asunto que funcione más o menos bien, toca agradecerle a quien usted quiera, Alá, Jehová, Yahvé, Jesús, Buda, Kukulkan, Supermán , Batman o la Diosa Canales, la religión que usted tenga o no tenga, hemos de agradecer al universo que todavía tenemos cosas que agradecer, uno jamás sabe cuándo ya no tenga tiempo de hacerlo pues la vida es corta, el plomo mucho y los dioses caprichosos.
José Ramón Briceño, 2014

@jbdiwancomeback



miércoles, diciembre 17, 2014

Vinos, licores y vicios, un lujo

A medida que se va envejeciendo, se supone que también se va ganando más en lo que sea que uno haga, bien sea por que te vuelves experto, has estudiado más, encontraste un mejor empleo, cambiaste de oficio o montaste negocio propio, eso de crecer económicamente debería ser la norma para todos. Sin embargo en Venezuela la cosa no es necesariamente así, me he dado cuenta de que a pesar de que gano más que hace un año, compro menos aun que cuando era solo profesor por horas en un tecnológico, cosa que todos los docentes sabemos es, económicamente hablando, el peor de los empleos pues los sueldos por hora de esos institutos son de lástima total.

Como estamos cerca del día de navidad, anduve buscando cosas, una suerte de pre-gira de compras para ver cuales detalles se pueden regalar a las poquísimas personas a las que uno les puede regalar, no es cuestión de ser tacaño, es que si les regalo a todos no me queda ni para los pasajes en bus y aún falta el fin de año. En esa gira no podía faltar el revisar el precio de los licores, esos si no son para regalar si no para consumo propio, no pienso en wiski que la verdad es inalcanzable una botella decente y no las cosas espantosas de nombres tan sospechosos que tengo la impresión que beberlos es un atentado directo al hígado y quizás hasta ciego puede uno quedar de tan malosos que se ven.

Por ejemplo, vi una botella que hace años compraba los fines de semana sin que me diera remordimiento de conciencia, en esa época (tres años atrás) eso costaba menos de cien bolívares y los amigos más afortunados arrugaban la nariz cuando veían que traía algo de eso, algunas marcas de Vodka, Ron y hasta Tequila, hoy día son incomparables pues ahora cuestan más de mil bolívares cada uno, eso que todavía no ha entrado en vigor esa ley sobre el impuesto al lujo.

Alguno me leerá y dirá “Que importa, por mí que el alcohol y los cigarros se vuelvan verdaderos lujos, eso mata gente”, yo le respondería que en un país donde la gente no se pueda costear sus vicios legales, la cosa pinta peor. Un país donde fumar marihuana sea más barato que un cigarrillo legal, donde ni el albañil o el obrero puedan reunirse a puerta de licorería para beberse unas cervezas, el maestro no pueda darse un trago al volver después de atender quince secciones de cuarenta y tantos muchachos cada día, el oficinista no pueda relajarse con un trago los fines de semana ni las señoras su respectivo coctel, los jubilados su wiski (por aquello de la tensión) , está a un tris de una explosión social, si muy pocos afortunados pueden bajarse el estrés a punta de tragos sin tener que pelear con una resaca atroz al día siguiente, lo más factible es que en algún momento empecemos a enterarnos de que el atraco a las licorerías está a la orden del día, no para vaciar la caja registradora como ya es costumbre, es para vaciar los anaqueles y terminar vendiendo eso tras bastidores con un precio más moderado.

Quizás comencemos a ver con espanto como los profesores y maestros al borde de un ataque de nervios terminen pateando a uno que otro adolescente (de esos que tienen motor de 16 y carrocería de 25, metro ochenta a los dieciséis) cuando estos se ponen necios dándoselas de vivos o a sus representantes que siempre van a defender a su “retoño” negando de paso todo lo mala conducta que son, los obreros terminarán matándose entre ellos por nimiedades , los profesores universitarios comenzaran a pelearse entre sí, terminando con los alumnos, caldeando un poco más esas últimas dos semanas de cada semestre donde alumnos y profesores casi ni se hablan pues los primeros están hasta el cuello de evaluaciones que lo más normal es que no los dejen dormir y vean a los docentes como culpables de sus desventuras, ahí ha de ser peor la cosa, imagínense por un segundo que los alumnos no tienen como liberar presión pues como gente sin gran preparación no ganan mucho (los que trabajan) y los docentes que necesariamente han de tener posgrado, tampoco, el ánimo será espantoso. Y de paso nadie sabe adónde carajo se invierten los impuestos monstruosos que genera eso del IVA, el fulano impuesto al lujo y el impuesto de cigarrillos y licores que dicho sea de paso es casi que el sesenta por ciento del valor de cada uno de esos productos, se los traga el gobierno y NADIE sabe en qué carajo los usan pues ni siquiera hay nada en ninguna parte.

Seguramente alguien dirá que es una maravilla, el gobierno quiere eliminar el vicio, yo creo que ahora van a desaparecer hasta las pastillas mágicas (Valium, ativan, lexotanil, bromazepan, lorazepam etc.etc) pues las señoras y muchos señores conocen las propiedades terapéuticas junto con un tecito de tilo o quizás hasta una cerveza para potenciarla, en vista de lo caro seguramente se harán fiestas de pastillas mágicas al abrigo de los hogares, la fulana Yerba (marihuana) será más popular pues hasta donde me han contado con 600 bolívares fumas un par de semanas y si lo restringes para los fines de semana te dura aún más, así solo la acompañas de jugo y dulces, serán más populares las matas de “Campanita”, los alambiques clandestinos y hasta las cervecerías artesanales, con el plus de que no le regalaría medio a un gobierno que nos chupa la sangre pero que no ofrece ni siquiera estabilidad emocional pues las poquitas cosas que te sirven para evitar reventarle la madre al vecino desgraciado del vallenato a todo volumen, el calor de los buses, la puta quincena que no alcanza, los sueños  truncados, la posibilidad de casa o carro , salir de vivir arrimado, los alquileres imposibles, la inseguridad galopante y hasta el susto constante de alguna “bala fría” que entre por tu techo, se vuelven imposibles.
Todo suma a esta olla de presión inmensa en que se ha vuelto mi país.

José Ramón Briceño, 2014
@jbdiwancomeback

P.D: por favor no me vengan con vainas de correr, hacer yoga, mantras ni meditación trascendental, bien por los que lo practican y le sirven, muchas neurosis no diagnosticadas andan por ahí caminando, incluyendo la mía, se reciben vinos, libros, marlboro rojo, licores varios como regalos de navidad, saludos desde mi esquina.