En
estas tardes estaba conversando por ahí, cuando, no sé por cual razón la
conversación giró en torno a algunos emigrantes que conocemos de manera
cercana, como por las redes me da cierta vergüenza meterme en sus actividades
pues lo que publican me da la impresión de que lo hacen solo para convencer a
los demás que haber huido de su tierra fue lo mejor que les ha pasado. La
verdad sí creo que emigrar es un gran paso para muchos, sobre todo en esto de
vivir pues en este país, vivir está cada día más complicado, tanto que creo
firmemente en pensar que lo más usual acá es no llegar a viejo, mientras que en
otras tierras lo usual es una longeva vida sin la posibilidad de que ningún
imbécil armado se antoje de vaciar tu arma encima de ti, o estés en un mal
momento y en un peor lugar, tanto que termines preso y eso se parece mucho a
estar muerto, pero en vida.
Lo
que me entristece de irme es separarme de todo lo que he construido y comenzar
de cero, si es que comienzas alguna vez, he sabido de muchachos con futuros
brillantes o cuando menos de medianas posibilidades que al emigrar terminan de
jardineros, otros de baby sitter, vendedores de Herbalife, taxistas,
carpinteros y hasta vendedores de mostrador, ningún trabajo desmerita, sobre
todo si se hace de manera honesta pero seamos sinceros, pasar por la
universidad, hacer posgrado, cursos de especialización y hasta haber tenidos
cargos de muchísima responsabilidad y prestigio, para terminar de barrendero en
un país donde por lo general siempre te miraran por encima del hombro, es un
crimen de lesa humanidad.
Eso
sin hablar de que ha pedido su
jubilación y el arraigo tan importante de vivir en su suelo, si me dijeran que
uno se va y enseguida encuentra un empleo con la misma dignidad del que uno
tiene acá (solo por ser comedido en el sueño) no creo que lo pensaría tanto
pero eso de irme y tener de por vida la necesidad de trabajar, hasta cuando sea
un anciano solo para no morir de mengua, me espanta sobremanera, debe ser mi
crisis de los cuarenta que me ha dado por ser extrañamente intenso en mis
reflexiones en vez de ser como muchos que les da por perseguir veinteañeras,
hacerse una peluca para disimular la calvicie, se tiñen las canas y algunos
hasta hacen ejercicio para saberse aún activos, por lo pronto a mí solo me ha
dado por pensar y ahora pues por escribir.
La
verdad vivo en vilo cada vez que leo que tal o cual se van del país, otros que
se fueron para buscar un futuro mejor y lo mejor al final fue lo peor que
podían imaginar por acá, terminar haciendo las mismas cosas a las que uno le
saco el cuerpo y termino en la universidad, no es justo. Sé que a muchos de mis
amigos y familiares les va bien, sin grandes aspavientos en unos casos, unas
fanfarrias muy grandes por su éxito a otros, sin embargo se dé buena fuente que
todos serian felices aunque sea de vacaciones por acá, sin embargo le tienen un
pánico africano (totalmente razonable en muchos casos) que ni de vacaciones
vienen.
También
tengo la certeza de que acá la cosa está tan jodida que prefieren bajar sus
aspiraciones de vida y éxito a malvivir asustado en la tierra que los vio nacer,
no los critico, mucho menos los censuro pues uno nunca sabe cuándo le toque en
serte tener que huir y terminar de mesonero a los cuarenta, con dos premios
nacionales , una maestría en literatura, para terminar siendo un mesonero muy
culto que es feliz siendo infeliz por partida múltiple.
José
Ramón Briceño 2014
@jbdiwancomeback