Definitivamente
estos tiempos son de una velocidad increíble, nadie quiere leer, todo lo quieren
en capsulas, lo más fácil posible y de preferencia automático, tengo la
impresión de que no es solo en este país, más bien es un fenómeno global, por
ejemplo, mis alumnos, desde que existe la fotografía digital todos los que
pueden se compran la cámara más impresionante que su bolsillo les permita, el
fin de esto no es solo aprobar las clases, es impresionar a los amigos y
compañeros, todos invariablemente entran al aula de clase mostrando su flamante
cámara réflex, la comparan a otros modelos, imagino que juegan a ser
periodistas o fotógrafos, hasta que se acercan a mi escritorio y me preguntan ¿Cómo
se usa esta cámara profesor?, cuando les respondo que la primera parte de la
tarea es leerse el manual casi se ofenden, responden , no profesor eso es muy
largo, mejor usted que sabe me lo resume y salgo de acá haciendo fotos, para
algo me he gastado mil dólares de mi cupo CADIVI en esto. Lo usual es que se
incomoden cuando me burlo, claro de manera muy educada pues si no lees el
manual no sabrás nunca como se maneja a ciencia cierta, además, todas las
cámaras se parecen pero ninguna es igual.
Con
mis estudios universitarios, más de un
despistado conocido se me acerca y me pregunta que libros leer, ya a
estas alturas tengo en mente tres o cuatro títulos básicos que recomendar solo
para que dejen de molestar, sin embargo insisten pues al final lo que pretenden
es armarse un aura intelectual a fin de sorprender a alguien, cuando uno les
pregunta que han leído, así, como para saber exactamente que recomendar, salen
con que son fans de Paulo Coelho, “Quien se ha llevado mi queso” y cosas por el
estilo, aparte claro de lo obligatorio en el bachillerato o en la universidad,
al final todos se asustan cuando les despliego lo que creo yo debería ser el
cumulo de lecturas básicas para cualquier ser humano promedio, creo que son un
poco más de cincuenta textos , solo de narrativa clásica y contemporánea, si
mis lectores a su vez son lectores sabrán que es una cantidad menos que mínima
pero suficiente como para estimular el veneno del intelecto, a lo que
invariablemente me responden “No vale, eso es mucha letra, dame algo más
conciso”, como si la lectura fuese un recetario de cocina callejera.
Estos
dos ejemplos, que estoy muy seguro que todos han vivido en alguna medida, dan
un panorama de lo que viene sucediendo desde hace rato en el mundo, especialmente
en mi país (Venezuela), todos quieren lo fácil, rápido, que no tenga que pensar
pues para esa vaina están los tutoriales de youtube, la píldora milagrosa que
todo lo explica sin necesidad de esa aburrida manía de leer e interpretar.
La
consecuencia de esa situación la vivimos a diario y la sufrimos mucho más, hay
una explosión de ignorancia, muchas veces ilustrada con lecturas superficiales
y acomodadas a su comodidad “intelectual”, acá todos son alguna vaina pero
nadie sabe a ciencia cierta que son, así nos encontramos ante gurúes de barrio
con público y fanáticos, si estos son
apoyados con algún tinglado mediático tanto más fama tienen, pero de sustancia
nada.
Tenemos
una constitución realmente muy bonita pero que a fuerza de violentarla ha
terminado por ser un buen sustituto del papel higiénico para muchos, las leyes
y las normas son otra forma de papel higiénico pero a nadie parece molestarle
eso, todos son felices con un par de peliculitas y algunas arengas, de bolas si
nadie lee ni los manuales de uso de los aparatos electrónicos, puse el ejemplo
de las cámaras fotográficas que son aparatos complicados pero hasta donde se
nadie lee ni el de los televisores pues somos más inteligentes que nadie en el
planeta a diferencia de otras naciones adonde es primero leer las instrucciones
de todo antes de usar, tomar o comer cualquier cosa comprada.
Si
leyésemos más, fuésemos más cuidadosos al tomar decisiones, supiéramos que la
historia tiene ciclos y que las joyas de la política abusan de la ignorancia de
su pueblo, no porque los políticos sean más inteligentes, es que tienen equipos
de gente que lee, escribe y hace análisis
situacionales por ellos, al final hasta esos politicuchos son tan ignorantes
como muchos y por tanto contratan gente que les resuelva ese grave problema de
tener que pensar y como a los “asesores” les importa nada este país pues sus
decisiones van en función del beneficio de su jefe o jefes así vayan en contra
de este sentido común que cada vez es más sentido y menos común.
La
solución a toda esta situación forma parte de un esfuerzo común de los padres,
representantes, hermanos mayores, tíos, padrinos y hasta amigos de la familia,
en fin de todos los mayores pues todos tenemos amigos, primos, sobrinos,
ahijados con hijos a los cuales ir dando poco a poco el veneno del conocimiento
a cuenta gotas, sin apuro, estimulando la imaginación y con ello el intelecto
de los niños que al crecer verán sin sorpresa que la lectura es tanto a más
entretenida que la televisión o el cine, lo que les traerá como valor añadido
una velocidad de reacción y un modo de pensamiento superior al de sus pares no
lectores, ese sería un regalo muy valioso para las nuevas generaciones, una
parte de esta lucha por la libertad que aun continuamos, solo para que no
vuelva a pasar y en un futuro no muy lejano podamos decir que “NO VOLVERÁN”.
José
Ramón Briceño Diwan, 2014
@jbdiwancomeback