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miércoles, diciembre 01, 2021

Pandemia y caos económico venezolano

 

Venezuela es un país irreal donde todas las nociones de las teorías económicas se estrellan de frente con una realidad complicada de entender para quienes no viven en el país. más allá de las situaciones políticas que han polarizado a la población o estos mismos errores que bajo premisas exóticas han hecho creer a los pobres (90% según últimas mediciones) que la culpa de su miseria es debido a cualquier factor externo, algo que a fin de cuentas en realidad no tiene asidero lógico en vista de los acontecimientos, la lógica gubernamental es que no hay servicios públicos de calidad por culpa de saboteo externo por parte de extremistas opositores apoyados por las fuerzas del imperio, la verdad es mucho más compleja.

En ninguna parte del mundo los funcionarios públicos se hacen millonarios, de hecho, es una tendencia global que los estados reduzcan al mínimo su plantilla para optimizar el funcionamiento de esa inmensa organización que llamamos gobierno, sin embargo en este particular Venezuela es diferente al resto de los países vecinos, acá el estado es el mayor empleador de la nación, con ello lleva el peso completo de una administración absolutamente ineficiente, llena de empleados mal pagados cuya única alegría es el bono en alimentos que cada empresa otorga a sus empleados una vez al mes, sin importar cuánto esfuerzo se realice en establecer dinámicas laborales enfocadas en el servicio al cliente, inexorablemente todos terminan haciendo el trabajo más complicado, no solo como forma de protesta si no tambien como forma de presión para que quienes necesiten con urgencia algún tramite o documento terminen cancelando fuertes sumas solamente para obtener el documento a tiempo, elevando así el ingreso mensual hasta alguna cifra considerada como modesta pero suficiente para completar una canasta básica cuyo costo asciende a varios cientos de veces el ingreso por su salario, este bien puede ser el equivalente a tres dólares en el caso de los obreros y el personal no calificado hasta apenas unos cinco en el caso de los licenciados, esto está a todo lo largo y ancho de la administración pública nacional.

Vale acotar que los empleados públicos difícilmente tengan acceso a ascenso alguno pues los cargos de importancia están ligados a una categoría laboral que depende exclusivamente del criterio de los jefes, por ejemplo; un especialista en comunicaciones jamás pasará de Community Manager a menos que sea "personal de confianza" de un alto jefe, estos son parte de los equipos de trabajo que trae el nuevo jefe a la oficina, siendo abandonados a su suerte los empleados con más experiencia. debido a esto tampoco es que exista mucho que explicar en torno al desgano natural del empleado público promedio cuyo mejor ingreso proviene precisamente de hacer menos complicada la vida de los usuarios quienes ante la perspectiva de pasar meses o incluso años en un trámite prefieren cancelar cifras exorbitantes antes que someterse al escarnio de mal funcionamiento de los servicios que deberían ser gratuitos y expeditos.

a causa de esos fenómenos el estado venezolano ofrece el peor servicio público del continente, sacar un pasaporte puede ser varias veces más costoso que el ya oneroso precio cobrado por el estado (200$ en moneda nacional al cambio del día o pagado con una tarjeta internacional) . De esto no podemos hacer más que especular pues no hay respuesta oficial y solo nos queda asumir que toda la cadena de mandos está al tanto y lo dejan ser solamente para dar apariencia de fluidez o si acaso frenar la estampida de trabajadores estatales que ante los malos sueldos prefieren ser buhoneros o víctimas de las maquilas digitales antes que seguir trabajando en un sitio cuyo ingreso mensual no alcanza ni siquiera para cancelar el transporte público, mucho menos para comer con cierta  corrección.

En ese universo de pocos empleos bien pagados, aunque los hay tampoco pueden competir con el estado en cuanto a dar cabida a todos, se abre una suerte de mercado informal que va desde buhoneros hasta emprendedores digitales quienes desde hace al menos tres años son factores económicos determinantes. Gracias a la eterna (híper) devaluación constante de la moneda nacional el único refugio para evitar la pérdida de capital está en convertir todo lo recaudado en moneda nacional a divisa dura, cuando no es que reciben directamente esta como forma de pago, eso ha creado unas cuantas distorsiones en cuanto a la economía doméstica que al final tiene serias implicaciones en las políticas de estado. Al no existir un mercado de divisas normal, donde todos tengan acceso a ellas y su precio comparativo con la moneda nacional no dependa de la oferta de efectivo de quienes venden en el mercado negro , sería factible  dominar al monstruo inflacionario, los vendedores que aceptan moneda nacional solo ofertan sus productos en dólares pero la operación cambiaria incluye muchas veces sobre precios de hasta un 30% alegando que entre el instante de la compra y el momento de que tengan que reponer mercancía (o dólares del mercado negro) ya habrán perdido más que eso gracias a la inflación.

Un ejemplo clásico es el de la histeria de los mercados mientras se acercaba la reconversión, un mecanismo que pretende suprimir la inflación eliminando ceros a la moneda local, así un billete de un millón de bolívares emitido hace unos meses, gracias a la reconversión se ha transformado en la moneda de menor denominación (1 bolívar) , en apenas una semana el dólar se disparó de 3.900.000 a 4,9 (que equivalía antes de la reconversión a cuatro millones novecientos mil bolívares) , sin embargo los comerciantes llegan incluso al exabrupto de vender sus mercancías con un (imaginario) cambio de 6 (antiguos seis millones) previendo la estadística inflacionaria pues al no poder convertir automáticamente los bolívares a una divisa es factible que la inflación se coma sus ingresos en muy poco tiempo. aunque algunas instituciones bancarias ya han hecho arreglos para que los usuarios puedan tener cuentas en divisas, los pequeños comerciantes y el público en general desconfían de esta opción, entre otras cosas bajo la sospecha de que el estado decida un buen día eliminar la banca privada y con ello los ahorros desaparezcan, además tener una cuenta en moneda extranjera no es garantía de que se puedan hacer compras fronteras afuera debido a las limitaciones económicas la red digital bancaria global no tiene relación alguna con los bancos nacionales, o al menos no directamente.

La suma de los múltiples factores ha distorsionado la realidad económica y social a niveles complicados de entender, llegando incluso a retirar de circulación billetes de denominaciones menores que aun siendo de curso legal ningún comerciante recibe o peor, cobran directamente en divisas pero aumentan sus precios en dólares sin explicación alguna. la economía venezolana es un todos contra todos donde los ganadores no se ven pero se presienten. Ante este panorama quizás la única salida sean los criptoactivos como una forma de sacarse de encima a los bancos y las devaluaciones constantes, sin hablar de las trampas amparadas en la poca disponibilidad de divisas oficiales para hacer transacciones internacionales, sin embargo el panorama se oscurece cuando vemos el funcionamiento de la estructura oficial y entendemos que el caos es lo único que asegura su supervivencia, amanecerá y veremos.

José Ramón Briceño

03/10/2021

 


 

 

 

 

 

 

 

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