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viernes, diciembre 24, 2021

Cuentos de la dislocada realidad ; Cuento de Navidad

 Magnético

Martes trece de cualquier mes entre el 2016 y  el segundo año de la peste, el tiempo es un asunto irrelevante, aunque las canas que tenía el día que encontró la respuesta  reclamaban con gravedad los cuarenta y cinco que portaba, a pesar de las pruebas se pretendía joven, el espejo le mostraba que era un calvo más de mediana edad soñando con pajaritos preñados, princesas Leias con bikinis metálicos , franelitas de Vader y hasta un falso sable laser escondido bajo la cama, leyendo por igual  Sagan y a Osho, buscando (y encontrando) posibles similitudes entre lo asegurado por gentes como el venerable Buda con artículos ligeros sobre física cuántica publicados en cualquier portal, viviendo en un mundo donde encontrar la posibilidad de negar a dios sin negarlo realmente, había intuido que quizás hasta la falta de pruebas contundentes  puede ser considerada una especie de confirmación ya que si bien no está demostrada su existencia tampoco existen pruebas definitivas de lo contrario, no vaya a ser que al final el asunto fuese tal cual lo pintaban en el catecismo o que la señora del 4B (muy amiga de su madre) tenga razón y Cristo se aparece cualquier día de estos reclamando los derechos de autor por el nuevo testamento, comenzando así el apocalipsis. Luego de tanto leer para buscar una respuesta  terminó por aceptar que creía firmemente en eso de que la realidad podía ser dislocada a conveniencia pero lamentablemente  nadie sabía exactamente como hablar del asunto sin parecer loco.

Por supuesto , con todo y su fama de bicho raro, Miguel había aprendido a disimular para poder encajar dentro de los estrechos límites de su pequeño mundo , seguía empeñado en hacer su búsqueda espiritual sin hacer mucho ruido, sacando el cuerpo a toda discusión teosófica, había decidido (en pos de mantener el equilibrio emocional) que  si en principio, el cristianismo es un bulo, cualquier discusión al respecto pierde total lógica a menos que lo hagan en sentido literario, tal cual se hace con la teología griega o latina, esa que le dicen tan Olímpicamente “mitología” sin caer en cuenta que todo el andamiaje religioso actual bien puede catalogarse igual que a los Griegos, según él, estar de acuerdo en estar en desacuerdo es ya un primer acuerdo por lo que no hay necesidad de violencia , es culpa del Venerable Buda, esa necia inquietud de todos por hacerse ver que tienen razón , es algo irrazonable, pruebas de sobra hay de quienes han tenido la razón por mucho tiempo, hasta premiados con un Nobel, lo que certifica la veracidad de su descubrimiento y diez años más tarde viene otro y señala el error, por lo que aquella verdad certificada pasa a ser un mal chiste del pasado, como si por ser del pasado tengan la venía de poder  estar perdonados por bestias, Gengis Kan, quien asoló toda Europa no puede ser venerado por asesino, pero esas son cosas sin importancia, lo importante es el acá y el ahora, eso exasperaba a sus amigos pero todo se diluía en lo que entendían que Miguel solamente se divertía incordiando por aburrimiento.

Entre las muchas cosas que le hacían la vida pequeña eran los dramas de pobres, esa necesaria obligación de trabajar para no tener que pedir limosna, así que se ocupaba de sus problemas financieros haciendo malabarismos imposibles para medio mantenerse a flote, en eso se cruzaron muchas lecturas, todas en función de que Miguel encontrase la clave para lograr todo eso que según la física cuántica se puede hacer , porque por muchos años le ha pedido cosas al doble cuántico y ese al parecer le va tan bien que no da señales de vida (o tan mal que no puede ni voltear) , hace los rituales del solsticio, tanto fue su empeño, que un día de San Juan se quedó a dormir en la platabanda del edificio y a la mañana siguiente la conserje llamó a la policía porque un gordo raro estaba durmiendo desnudo en el techo, fue un problema mayúsculo hacer entender a la señora que no era ningún sádico, que él solo buscaba la iluminación,  tocaba estar expuesto a los elementos en el momento justo en que el planeta cambiaba su posición estelar, esa noche recibió el influjo (magnético) de la pacha mama, en virtud de ello tocaba estar en contacto pleno con el universo que aquella ocasión mágica le había regalado con una súper luna, en ese instante la situación se puso álgida cuando los agentes de la ley intervinieron parra esposarlo e inmovilizarlo  antes que su delirio causara un accidente, el asunto no pasó a mayores, su madre apareció en el momento justo e  intervino explicando a los agentes que su hijo sufría arrebatos por estrés postraumático, eso de ser tan pobre aun con sueldo lo tenía devastado, aquella semana no había tomado la medicación porque se pusieron muy caras, pero ya unos hermanos en USA habían mandado el dinero y precisamente venia llegando de la farmacia cuando leyó el escándalo dentro del grupo de WhatsApp, donde la conserje escribió describiendo la situación ante la junta de condominio que por culpa de la pandemia ahora en perenne sesión vía internet, paró un momento a dejar las medicinas en casa y subió las escaleras hasta la azotea,  explicó que también eso incluía una explicación por su tardanza , que no volvería a ocurrir.

 A regañadientes Miguel se disculpó con todos y muy avergonzado bajó por las escaleras, desnudo, refunfuñando contra la gentuza inculta que le asusta un cuerpo desnudo pero se ríe cuando ve a sus nietecitas de ocho meneando las nalgas con el regetón , pero desnudo como nació tuvo que hacer la procesión de vuelta hasta su apartamento, solo pudo tapar con las manos su entre pierna mientras el resto de los vecinos, que habían salido a ver cuál era el escándalo, vieron al tipo raro del segundo C, desnudo, despeinado y vociferante bajar los doce pisos hasta su casa.

Por supuesto, luego del incidente la cosa no mejoraba  en casa, su madre no lo podía dejar en paz, fueron meses de eternas peleas, y puertas afuera, risas furtivas por los pasillos, niños que lo insultaban, señoras que preferían salir del ascensor antes que compartir el espacio vital, esto junto a toda clase de desaires divertían a todos menos a él. De alguna manera lo supieron en su trabajo, algún vecino  había montado el video del incidente del día de San Juan en las redes sociales y se había vuelto viral, por lo que el tiempo que pasaba donde trabajaba, desde el instante en que ocupaba  su puesto de vigilante, hasta que caminaba por la estación del metro era espantoso, solo acababa donde no hubiese posibilidad de tropezarse con nadie que lo reconociera y soltara una risa, un silbido, una rechifla o le gritase “!Ese Magnético¡” , frase que lo dejaba al borde del llanto ante la impotencia de no poder darle un par de tortazos a tanto “gracioso” , pero tocaba trabajar, eso de ser TSU, no equivale a ser profesional, los licenciados siempre llevan las de ganar , a los cuarenta y cinco la vida perece en un eterno aguantar.

Una mañana salió al trabajo, estaba deprimido, se sentía gris, sin color, ya no le importaba nada, ni siquiera quería ver The Matrix ; Neo lo deprimía, sentía vivir en un inmenso panal pleno de inmundicia donde todos parecían ser felices en su ignorancia, menos él, puteaba a su papá por no dejarlo estudiar física, por hacerle creer que un TSU del siglo XXI es lo mismo que a mediados del siglo XX, levantó la vista al cielo y lo que vio lo impresionó, un cielo azul brillante, prístino, pleno de nubes que parecían algodón y un sol que sin quemar ya aplacaba la fría mañana, volteó hacia el Ávila y el cerro,gradado en inmensa cantidad de matices de verde, coronado por un cielo igual de hermoso, Cabré se había quedado corto , entonces pensó , si el cielo es así de hermoso y yo nunca lo había visto , en realidad no he observado la mayor parte del panorama, bajo este cielo necesariamente ha de estar la respuesta al castigo, la vida es sueño dijo Calderón de la Barca, que sin saber el tamaño de su blasfemia parafraseó a Buda sin querer, por suerte la iglesia de su tiempo tampoco era muy culta en cosas que escapaban a la biblia así que pasó sin problemas a la historia.

Al llegar al puesto de trabajo lo primero que hizo fue identificar a su principal enemigo, resultó ser la ansiedad, Google le proporcionó la cura, pastillas mágicas, medio miligramo antes de salir al trabajo y otra dosis igual al llegar a casa, desde ese momento nada importó mucho así que dedicó sus horas a la contemplación, la investigación para encontrar la certidumbre en su profunda convicción que el mundo debía de importarle poco, así que luego de meses sin atender de ninguna forma los malos chistes sobre su incidente, la gente poco a poco dejó de molestarlo, una mañana sintió que el mundo lo quería un poco, si no lo molestaba eso era ya un avance. Miguel se despertaba cuan autómata, levantarse, hacer café con su respectivo cigarrillo,  ir al baño, vestirse, comer e irse al trabajo, metro, autobús de ida y vuelta, ocho estaciones en cada sentido, es decir, tres horas diarias empleadas a fondo en viajar de la manera menos amable posible, pero gracias a las pastillas casi no lo sentía.

Cierta tarde, un viernes cualquiera, mientras se detenía en medio de la acera, cayó en cuenta que la vida se le estaba yendo al caño sin oponer resistencia y ni dándose cuenta pues, las pastillas llevaban las de ganar, fue un pensamiento veloz que cruzó su mente en fracción de milésima de segundo y se perdió en el vacío de la nada catatónica típica de los ansiolíticos.

Todo fue normal hasta llegar a su casa, ya la madre no lo molestaba, solo cruzaban palabra ocasionalmente, lo estrictamente necesario, un cese al fuego constante, jamás una tregua, otra vez lo asaltó el mismo pensamiento, mientras preparaba la cena, gugleó casi como autómata sobre alternativas naturales al ansiolítico , así se informó sobe infusiones, vaporizaciones, flores de Bach , un largo proceso de investigación hasta decantarse por el cannabis, como ya podemos adivinar , el hombre se hizo adicto, siempre aterrorizado por la omnipotente presencia de la ley y soñando vivir en un país de los tantos donde es legal, luego de un largo periplo para administrarse la dosis diaria sin prejuicio extremo para su economía , bajo control. Una vez ganada la calma con el cannabis se dinamizaron las neuronas, volvió la búsqueda, esta vez metódica, constante, en todas las fuentes posibles, contrastando y hasta escribiendo sobre ello, la yerba reactivó su sentido crítico, el de la inteligencia, igual estaba jodido pero ya no iba a ir tranquilo al matadero, pelearía con uñas y dientes, así hizo.

Tres años más tarde cayó en cuenta que la depresión no era un estado de ánimo, es una patología de larga data que a veces incluye otras manifestaciones del retorcimiento psíquico cotidiano, los antidepresivos no eran una opción, son exageradamente costosos además tienen el mismo efecto que los ansiolíticos, crean dependencia y al final no curan nada, buscando se tropieza con estudios sobre las ventajas de los hongos alucinógenos para curar ciertas psicopatías en pocas sesiones con viajes intensos o muy lentos con la administración de micro dosis, el remedio a los males estaba creciendo salvaje entre los cagajones de vaca, antes consideró la ayahuasca pero por costoso además de sospechoso quedó descontado el viaje asistido por un chamán, según había preguntado por los resultados llego a la conclusión de que intentar algo donde puedes terminar bañado en tus propias excrecencias no es nada atractivo, los hongos por otra parte prometían más, se decantó por ese nuevo campo de atención, consultó con algunos médicos y nadie supo dar una respuesta científica al fenómeno de la cura con alucinógenos , sin embargo hay un par de conferencias de sendos psiquiatras de sitios tan rigurosamente exigentes como el Colegio Real de Psiquiatría donde imaginó no entra ningún egresado de la UBV , la depresión quedaría anulada por siempre jamás, era un riesgo que debía encarar.

Encontró la manera de poder ir a recolectar hongos al campo, mientras, leyó todo lo que tuvo a su alcance, en un momento dado perdía la noción de la realidad cuando iba en pos de sus sueños de lo que sucederá cuando al fin descubra su yo interno, alineó sus chakras, practicó Yoga, hizo meditación trascendental , se fumó tres porros diarios por diez meses, adelgazó, anduvo en una nube de marihuana que lo aislaba del mundo sin que este se diera cuenta, aprendió el arte del disimulo, jamás fue mejor vigilante, llegando a ser más educado que sus jefes quienes lo felicitaban por su vocabulario florido, en el fondo solo se avenía a las costumbres más básicas de la cortesía con un nivel de mínimo contacto social , los jefes eran felices con un empleado cuya estampa lo hacía parecer del lote que por miedo aguantaría todo tipo de abusos tal como sucede normalmente en cualquier empresa, un baluarte para la corporación por su devoción al deber, casi todos a su alrededor terminaban  confundiendo el desdén con respeto, descubrió que podía aprovechar ese tiempo muerto en la caseta de vigilancia para cosas de provecho como leer e investigar .

El 10 de Junio del 2021 (en previsión de consumirlos el día del solsticio en la playa más cercana) salió a recolectar hongos entre bostas de caballo, según google y su identificador todas las recolectadas son alucinógenas de grado bajo, perfectas para el principiante, a falta de deshidratador bueno es el horno a muy baja potencia por tiempo limitado pero que debía procesar para poder consumir  y la técnica del horno pintaba bien, en varias repeticiones quedarían similares al catálogo que vio en línea, dos semanas más tarde tenia veinte gramos perfectamente secos, escogió cinco gramos para encurtirlos en medio litro de miel , el 23 muy temprano en la mañana hizo maletas y se dirigió hasta Choroní, donde llego cuatro horas y veinte dólares más tarde, levantó campamento a la orilla del mar, al anochecer y cuando la luna estaba en el cenit, comió los hongos bañados en almíbar, eran amargos pero con miel todo sabe mejor, luego del ultimo bocado, desapareció la playa, el ruido del mar cambió de tono y pasó a ser un lejano rumor, se vio flotando en el espacio mientras luces multicolores bailaban por todas partes, luego, cuan  caleidoscopio todo se dividió y explotó en millones de estrellas, Miguel miró en derredor, estaba en un campo donde el sol era apenas un ligero calor que reconfortaba en vez de quemar, brisa ligera con aroma a petricor lo rodeaba , miles de flores entre el prado y como música de fondo el mar, corrió hasta la playa de su infancia, había mucha gente feliz, asunto extraño en medio de la pandemia, como no había grandes olas los niños podían estar sin flotador, al fondo del paisaje se veían saltar delfines, por los lados de catica , un poco más allá, como viniendo desde Juan Andrés, una manada de Orcas se paseaba en la entrada de la caleta, en la arena estaban unas grandes mesas con  inmensas fuentes llenas de comida y bebida que anunciaban  una fiesta, al llegar caminando con la cautela de quien tiene un sueño que no quiere malograr hasta la primera mesa lo recibe un Maître, quien carpeta en mano y con un gesto de solicita alegría  revisa una larga lista para terminar dándole la bienvenida con una gran sonrisa asegurar que lo estaba esperando, la deferencia lo hizo sentirse muy contento, allí estaban los abuelos, las mascotas queridas y hasta música celestial se oía como ruido de fondo mientras todos lo saludaban, por primera vez en su vida fue plenamente feliz.

El sepelio fue el sábado veintiséis de junio de 2021,  gracias por no mandar flores.

José Ramón Briceño



25/06/2021

 

 

 

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