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martes, agosto 04, 2015

Con los amigos todo, para el enemigo, las leyes


Hoy me he encontrado con un amigo de mi adolescencia, quien tiene años viviendo en otro país, me preguntó qué opinaba de la situación pues la desolación del centro comercial donde nos reunimos es una cosa muy diferente a la que el recordaba de hace diez años cuando tomó su maleta y a su familia para irse a otro mundo a trabajar, volvió a plantearme la pregunta sobre cuál es la razón para que no suceda nada si de vaina la gente come, si todo está tan costoso que él, que se vino con unos cuantos dólares, no puede creer que cosas que antes se asumían como baratijas hoy cuesten tanto dinero.

Dividí mi respuesta en tres partes, la primera es la censura, según algunas estadísticas que me han facilitado, la penetración de las redes sociales y el internet en general no superan el 16% de la población, si a eso le sumamos que el espectro radioeléctrico, donde canales y radioemisoras son vitrinas del estado donde las noticias son escogidas con pinza so pena de cierre del medio, los periódicos serios son muy caros para el grueso de la población quien difícilmente gastará los ochenta bolívares de un ejemplar de “El Nacional” , sin embargo esta población que vive en la pobreza gasta la mitad en diarios como “Meridiano” que si bien no dice la gran cosa sobre la situación, por lo menos habla sobre deportes, hipismo, loterías y  horóscopos que al final son una suerte de muletas para apostar en cualquiera de los juegos de azar en los que la miseria invierte sus esperanzas de dinero rápido para intentar paliar sus múltiples deficiencias, además el estado invierte millonarias sumas en “periódicos” regalados en todas partes para hacerse propaganda. Tenemos un país desinformado que difícilmente hace frente común pues en su mayoría no sabe lo que sucede en otras ciudades.

Otro elemento es la acefalía opositora, como todo izquierdoso que se respete, el estado está claro en que ninguna acción que conlleve a la tan esperada explosión social es autogenerada, todos los episodios de esa naturaleza son manipulados por gente cuyo oficio es precisamente el de agitar a las masas, en ese caso pienso que el gobierno mantiene una vigilancia estrecha contra quienes pretenden hacer ruido en ese sentido, sin embargo según veo en las redes ya están sucediendo cosas  sin que exista ninguna direccionalidad aparente,  hay noticias de saqueos y hasta de alertas militares en ciertas partes del país. Si también tomamos en cuenta el asunto económico que ocupa las mentes de todos, ese otro feo asunto del hampa, la desesperanza y el miedo, la sumatoria es una cosa de esas que se cuenta fácil pero es de difícil creencia, la forma de superarlo suena peor que esta eterna vida de colas y sueños.

Eso me espanta pues una vez despierta la turba, el desorden imperará y puede degenerar en una guerra campal donde los frentes se diluyan hasta convertirse en una escabechina de muertos sin sentido (como todas las guerras), quizás de ganar algún bando, los restantes se fundirán para continuar el conflicto, si han leído un poco de historia de manera seria pueden entreverse esas cosas en las guerras que siguieron a la de independencia. No es nada bonito el panorama del futuro cercano.
Uno tiene la costumbre de juzgar por el propio rasero, al leer los titulares rimbombantes sobre escasez y hambre se extraña y hasta levanta la ceja, presumiendo de exagerados a los señores que hacen esas noticias, sin embargo hoy sin querer hice un chiste que desnuda nuestra terrorífica situación “Coca Cola debería publicar un recetario, esa vaina es lo único que queda en los anaqueles ciertamente es eso el producto más abundante en los supermercados, nada de lo otro que ya ni quiero nombrar por la molestia de pensar en ello.

Tengo tiempo diciendo que siento el halito fétido de la guerra en mi nuca, ya he estado en varios sitios donde se escucha gente de diversas raleas diciendo voz en cuello que si hay guerra ellos tomarán sus fusiles contra la revolución, claro, hay que tomar en cuenta que todas las armas están distribuidas entre los malvivientes de los fulanos “colectivos” y esos otros que se uniforman en todas sus variantes, hasta los de franelita con la cara del che y disfraz de ministro aplican, pero como en este país hasta lo impensable se hace corpóreo uno nunca sabe, ojalá esté equivocado y todo fluya dentro de la más estricta regla democrática que tampoco es mucha garantía de nada, sobre todo  esta tierra donde la regla gubernamental es “Con los amigos todo, para el enemigo, las leyes”.
José Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback


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