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domingo, enero 05, 2014

políticamente incorrecto como estrategia de supervivencia

Hoy domingo, previo al inicio del año laboral, muchos vuelven a sus rutinas, la escuela, la calle, el autobús, la oficina, el terrorífico jefe, la malvada profesora, el clasificado para encontrar empleo, en fin, el malabarismo diario de estar vivo en este país y en otros también. El panorama según lo que se ve y siente por ahí, no es nada alentador, nos clavaron otra devaluación, agravada por la escasez, amén de las secuelas de los saqueos metódicos ordenados por el encantador de pájaros místicos y su sequito de irresponsables millonarios.

Saliendo a la calle a buscar mi vicio diario, el cigarrillo, políticamente incorrecto además de contraindicado, pero en mi caso pues simplemente me gusta, me he dado cuenta que ha comenzado a escasear, cuando menos el de mi preferencia, aquel de un vaquero que viene en caja roja y miente descaradamente con que es un supuesto tabaco rubio de Virginia (USA) pero a mi parecer tiene mejor sabor que los más populares, ya la escasez no es solo de cosas de comer, los vicios están llegando a su nivel óptimo, tipo azúcar, café, licores aunque esos, los caros no escasean porque se pusieron carísimos y su salida es menor, pero los vinos si NO HAY.

Todo eso me puso a pensar en algo esencial, la buena alimentación y otras plagas de este siglo XXI, ¿plagas?, si plagas, ¿la razón? , simple, por todas partes somos bombardeados con mensajes sobre la salud, la enfermedad coronaria, el colesterol, la diabetes, el cáncer, lo dañino del sol, las gaseosas, las harinas, las azucares refinadas, la cafeína, la teina, la nicotina y quien sabe cuántas más cosas, sin embargo desde mi esquina reto a cualquiera a intentar tener una dieta saludable, 100% libre de grasas trans, harinas y colesteroles , con un sueldo básico y alimentando a una familia de tres, sin gatos, perros o suegras, además en el teórico caso de que sea así, para ponerla más fácil, que no pague alquiler, escuela ni universidad a ese hijo o hija hipotéticos, si lo logra avíseme, eso sí, nada de cultivos organoponicos, hidropónicos ni gallineros verticales u horizontales, ciudadanos citadinos modelos, normalitos, y verá que es lo más complicado del mundo acá en esta nación cuya noción de patria es la de NO HAY.

Uno mira los programas en la Tv (de cable claro, la otra da arcadas) y mira como en otros países la gente es obesa, hasta niveles que sorprenden, y de paso la gente muy rara pide ayuda pues “solos no pueden”, esos deberían venir a acá e intentar vivir con un sueldo básico para todo.

Ahora veamos, un litro de aceite de Oliva (la marca que sea) no baja de 200 Bs. , la carne magra casi lo mismo, los vegetales en los supermercados pues solo muy pocos se salvan, leche para el cereal no hay la completa, otras presentaciones son solo émulos de la imaginación o el recuerdo, el endulzante ese hecho de la matica milagrosa cuesta ya como 250 Bs. El frasco pequeño, pollo tampoco hay, pescado (ese que parece del periodo cretáceo) en los supermercados ya el más barato lo venden a precio de salmón canadiense, café descafeinado (guacala) no existe, harina integral tampoco, así la lista es larga. En contraste alimentar a la familia a punta de pasta, sardina, harina de maíz (cuando hay) pan, margarina (si acaso), mayonesa (suerte si encuentras) y todo eso que prohíben los gurúes y médicos es más barato y rendidor para cualquiera que pretenda gastar los cesta tickets para hacer sus malabares alimenticios y si de paso fuma, bebe, le agrada salir de vez en cuando pues tocará comprar a los buhoneros a precio de ganga eso que parece viruta de lápiz con papel y filtro, hacer su propio aguardiente y festejar de casa en casa pues comer más allá del puesto de perros calientes de la esquina es más complicado cada  día.

Acá si no te mata el hampa lo hace lo demás, pues vivir con muy poco es directamente proporcional a matarse por que los únicos alimentos accesibles a tu bolsillo están plenos de eso mismo que se prohíbe para evitar una muerte temprana, por eso, entre otras cosas, eliminé de mi lista de cosas para hacer este 2014 el abandonar los vicios pues, entre sacrificarme por alimentarme de la manera correcta, el estrés de la vida diaria, la cacería de los alimentos y la vigilia eterna para evitar el hampa me van a matar antes de tiempo pero con una salud de hierro, es preferible (para mi) vivir contento, sorteando los meandros de este manicomio y sobrevivir el tiempo que el universo decida en compañía de la gente que quiero, por tanto seguirá mi dieta políticamente incorrecta, rogando a la providencia que nunca salga mi numero en la muy popular lotería del hampa ni de la enfermedad, mientras disfrutemos que la vida es breve, rogando además que tanto místico de librería tenga razón y el cielo exista, para que no se me vuelva a ocurrir reencarnar en otro manicomio similar.
José Ramón Briceño Diwan, 2013
@jbdiwancomeback






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