Esta semana hubo otro motín en una cárcel venezolana,
otra vez decenas de muertos y heridos, tampoco ha habido culpables de ningún bando
como ya es costumbre, sin embargo resulta que los culpables de todo fueron los
medios de comunicación y las redes sociales, vamos por partes.
Hasta donde uno se imagina, cuanta vaina entra en
una cárcel debe ser requisada y aprobada por sus custodios, pudiera pensarse
que una arma corta , por partes puede ser introducida al recinto carcelario
insertada en alguna cavidad del cuerpo de un ser humano, ahora pregunto yo, ¿un
arma larga por mucho que la desarmes no cabe en ningún cuerpo?, que hacen unos
privados de libertad armados mejor que sus custodios, como entran esas armas a
un penal, como carajo si es tan evidente nadie toma las resoluciones
pertinentes. Seguro alguno dirá que es la oposición quien enciende tales
motines y suministra armas y municiones a los presos, hasta donde se la guarda
y custodia de los penales no es un asunto político sino de la Guardia Nacional,
que se presume apolítica.
Otra cosa que llama la atención es como los privados
de libertad acceden al internet y a la televisión por cable o satelital, a los
celulares inteligentes o a los de comunicación satelital, no solo muy
complicados de adquirir pues no los venden en cualquier parte, también muy
costosos tanto el aparato como el servicio, quien los deja pasar, no creo que
los medios los patrocinen para hacerle la vida cuadritos a los ministros y
hacer aparecer como ineficientes a los sacrosantos reyes de la revolución.
Es complicado pensar que tanta impunidad sea posible
en un país y que sus dirigentes se escuden tras falsas excusas para intentar
lavarse la cara ante tanto desbarajuste. Realmente la prisión está muy lejos de
mi comprensión, la violencia y la maldad que encierran esos sitios esta más
cercana a la ficción que a mi realidad, sin embargo uno lee las cifras de
sobrepoblación carcelaria, el dinero que se regala a otros países y el
despilfarro durante TODA esta gestión y no termina de entender como carajos
estos centros de castigo se han transformado en espacios de descanso y hasta de
seguridad para algunos magnates de los bajos fondos.
Como hasta ahora no ha habido ningún ministro con
guaramo para para el trote a tanto desastre, si bien hay muchos para los que
esto de estar preso es una tragedia y hasta una equivocación (estar en el sitio
equivocado en el momento equivocado) y sin plata para agilizar el trámite de
juicio y absolución como corresponde a quien es inocente, también hay mucho
culpable disfrutando de unos años de impunidad, haciendo negocios desde la cárcel
y hasta dirigiendo redes criminales desde una ¿confortable? Celda con
televisión por cable, teléfono, drogas, mujeres y hasta familia. He oído hasta
de presentaciones de artistas nacionales e internacionales que no son reseñadas
por ningún medio de comunicación para disfrute de todos los privados de
libertad, todo un centro turístico.
Puedo entender que las mafias han penetrado muy
hondo en la administración de justicia, que el miedo tenga bajo su garra a
todos los responsables, que muchas veces se hagan la vista gorda antes que
poner en riesgo la vida y la salud de familiares y de su persona, debe ser muy
jodido esto de hacer carrera pública con una pistola en la nuca todo el tiempo,
de no saber si mañana alguno de esos llamados pranes incomodo por una requisa o
por alguno de sus privilegios en riesgo, le dé por secuestrar cuando no matar a
algún familiar para presionar, debe ser terrible eso.
Debe haber alguna solución, hagan como los Colombianos,
regálenle los narcos a los gringos, pasen ese problema para otra parte, igual
ya hasta los policías andan asustados (los honestos cuando menos que cada vez
son minorías), dejen el culillo y entren a plomo en cada cárcel sin piedad para
los que anden armados, separen los presos por peligrosidad según su delito, no
es lo mismo algún preso por hurto menor o por malversación de fondos que un
asesino múltiple y un traficante de drogas que seguramente tiene más de un
muerto en su haber.
Coño algo se debe hacer, no es posible que en pleno
siglo XXI nuestras cárceles sean recintos de poder adonde ministros bajan la
cabeza y los custodios sufren de ceguera inducida. Qué triste pensar que
quienes debieran ser garantes de la ley al final no son mas que alcahuetes de
oficio con chapa y cargo oficial.
José Ramón Briceño, 2013
@jbdiwancomeback
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