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lunes, enero 28, 2013

El burdel de la justicia


Esta semana hubo otro motín en una cárcel venezolana, otra vez decenas de muertos y heridos, tampoco ha habido culpables de ningún bando como ya es costumbre, sin embargo resulta que los culpables de todo fueron los medios de comunicación y las redes sociales, vamos por partes.
Hasta donde uno se imagina, cuanta vaina entra en una cárcel debe ser requisada y aprobada por sus custodios, pudiera pensarse que una arma corta , por partes puede ser introducida al recinto carcelario insertada en alguna cavidad del cuerpo de un ser humano, ahora pregunto yo, ¿un arma larga por mucho que la desarmes no cabe en ningún cuerpo?, que hacen unos privados de libertad armados mejor que sus custodios, como entran esas armas a un penal, como carajo si es tan evidente nadie toma las resoluciones pertinentes. Seguro alguno dirá que es la oposición quien enciende tales motines y suministra armas y municiones a los presos, hasta donde se la guarda y custodia de los penales no es un asunto político sino de la Guardia Nacional, que se presume apolítica.
Otra cosa que llama la atención es como los privados de libertad acceden al internet y a la televisión por cable o satelital, a los celulares inteligentes o a los de comunicación satelital, no solo muy complicados de adquirir pues no los venden en cualquier parte, también muy costosos tanto el aparato como el servicio, quien los deja pasar, no creo que los medios los patrocinen para hacerle la vida cuadritos a los ministros y hacer aparecer como ineficientes a los sacrosantos reyes de la revolución.
Es complicado pensar que tanta impunidad sea posible en un país y que sus dirigentes se escuden tras falsas excusas para intentar lavarse la cara ante tanto desbarajuste. Realmente la prisión está muy lejos de mi comprensión, la violencia y la maldad que encierran esos sitios esta más cercana a la ficción que a mi realidad, sin embargo uno lee las cifras de sobrepoblación carcelaria, el dinero que se regala a otros países y el despilfarro durante TODA esta gestión y no termina de entender como carajos estos centros de castigo se han transformado en espacios de descanso y hasta de seguridad para algunos magnates de los bajos fondos.
Como hasta ahora no ha habido ningún ministro con guaramo para para el trote a tanto desastre, si bien hay muchos para los que esto de estar preso es una tragedia y hasta una equivocación (estar en el sitio equivocado en el momento equivocado) y sin plata para agilizar el trámite de juicio y absolución como corresponde a quien es inocente, también hay mucho culpable disfrutando de unos años de impunidad, haciendo negocios desde la cárcel y hasta dirigiendo redes criminales desde una ¿confortable? Celda con televisión por cable, teléfono, drogas, mujeres y hasta familia. He oído hasta de presentaciones de artistas nacionales e internacionales que no son reseñadas por ningún medio de comunicación para disfrute de todos los privados de libertad, todo un centro turístico.
Puedo entender que las mafias han penetrado muy hondo en la administración de justicia, que el miedo tenga bajo su garra a todos los responsables, que muchas veces se hagan la vista gorda antes que poner en riesgo la vida y la salud de familiares y de su persona, debe ser muy jodido esto de hacer carrera pública con una pistola en la nuca todo el tiempo, de no saber si mañana alguno de esos llamados pranes incomodo por una requisa o por alguno de sus privilegios en riesgo, le dé por secuestrar cuando no matar a algún familiar para presionar, debe ser terrible eso.
Debe haber alguna solución, hagan como los Colombianos, regálenle los narcos a los gringos, pasen ese problema para otra parte, igual ya hasta los policías andan asustados (los honestos cuando menos que cada vez son minorías), dejen el culillo y entren a plomo en cada cárcel sin piedad para los que anden armados, separen los presos por peligrosidad según su delito, no es lo mismo algún preso por hurto menor o por malversación de fondos que un asesino múltiple y un traficante de drogas que seguramente tiene más de un muerto en su haber.
Coño algo se debe hacer, no es posible que en pleno siglo XXI nuestras cárceles sean recintos de poder adonde ministros bajan la cabeza y los custodios sufren de ceguera inducida. Qué triste pensar que quienes debieran ser garantes de la ley al final no son mas que alcahuetes de oficio con chapa y cargo oficial.
José Ramón Briceño, 2013
@jbdiwancomeback


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