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domingo, noviembre 06, 2016

Venezuela, entre la depresión y la locura


Hace unos años, cuando por fin se corrió la noticia de que el galáctico tenía cáncer, yo trabajaba en una dependencia gubernamental con un cargo ornamental gracias a las intrigas de aquel infierno pequeño, como yo era un jefe más para muy pocos indios, por lo general drenaba la frustración del día de trabajo con algunas cervezas al salir de la oficina. Esa tarde no fue la excepción pues era el anuncio de que en poco tiempo terminaríamos desempleados (cosa que sucedió pero para los otros yo renuncié por hastío) al salir de la oficina me fui con unos compañeros a beber y uno de ellos, profesor universitario con cátedra fija y además especialista en historia, muy buen amigo pero su único gran defecto fue su creencia casi religiosa en “el proceso” además de ser fanático de cientos de teorías conspirativas cada cual más imaginativa que la otra. A la onceava cerveza me dijo, muy sereno y con cara de sobrado “no se preocupe jefe ni se alegre, los presidentes del mundo tienen una clínica secreta donde curan el cáncer, el comandante sobrevivirá, este es otro alarde electorero”, como estaba más que achispado no aguanté la risa y le solté una imprecación de grueso calibre que por la calidad del bar a nadie importó, por supuesto la historia es otra y hasta ese momento caí en cuenta de tanto loco suelto con estampa de cuerdo que anda por esas calles, eso fue hace varios años.

Para esos cuerdos que no lo son tanto me he creado una categoría que he dado en llamar “Lado B” de la locura, donde están incluidos todos aquellos individuos que parecen muy normales, pero en verdad están en franco deterioro emocional y algunos pues están más allá de toda salvación. Se de personajes ilustres que llevan una dieta de dos miligramos diarios de ansiolíticos para poder vivir, también de otros que no salen de sus casas por fobias que no les permiten bajo ningún concepto caminar por las calles bajo el temor de cualquier atentado por parte del hampa y en ese lote entran los que corren por instinto cada vez que escuchan el sonido de una moto (transporte común de los malhechores nacionales), saltan al escuchar algún sonido que les recuerde a un disparo o se esconden al ver cualquier individuo de estampa dudosa. Los casos de depresión están cada día más a la vista e imagino que mucha de la violencia imperante comienza como derivados de la carga emocional mal distribuida gracias a la imposibilidad de tener alguna dosis de calma en este país.

Entre ese catálogo de nuevos (casi) locos están muchos politólogos aficionados de ambos bandos, hay unos cuyo delirio de grandeza no los deja en paz, por ejemplo, hoy me tropecé con uno quien aseguraba que Venezuela era el centro de una conjura internacional donde las grandes potencias harían aliviaderos de presión en caso de una hipotética guerra, que por eso lo del dialogo y la suspensión del juicio político, amén de la intervención del vaticano. Seamos sinceros, Venezuela en lo único que es potencia es en  malandros, corrupción y narcotráfico, eso sin hablar del hambre, la escasez y la hiperinflación que sumada a la brutalidad con la que se maneja el tema económico nos tienen en la banca rota más espantosa desde el siglo XIX, cuando 90 años de guerras dejaron el país en ruinas, lo curioso es que el hombre lo decía con erudición total, cuyo énfasis pretendía convencerme en que este país es la clave de muchos conflictos internacionales , de ahí la supresión de las medidas en contra del régimen pues las grandes potencias hacen presión para evitar roces innecesarios. Sigo creyendo que muchos de los males nacionales tienen su génesis en esa manía de creerse el ombligo del mundo cuando la realidad pareciera decir que podríamos hacer otro símil menos elegante para ejemplificar nuestro poderío en contraste con naciones más fuertes.

No soy psiquiatra ni mucho menos, sin embargo al intentar una conversa más o menos coherente alguien me sale con alguna explicación de ese tenor, donde se entremezclan las teorías conspirativas con justificaciones políticas que intentan explicar la dislocación de la realidad venezolana, se hace complicado no pensar en una suerte de epidemia de locura, quizás causada por hambre, desesperanza, esperanza , desesperación y vaya usted a saber cuántas cosas más pasan por la cabeza de la gente .ya ni importa el bando en que milite alguien, muchos parecen sucumbir a las manipulaciones de algún “dirigente” que basado en sesudos estudios políticos a partir de los no menos sólidos argumentos expuestos en las novelas de espías publicadas por el difunto “Círculo de lectores” en los años ochenta y noventa, hacen diatribas para que los distintos coordinadores políticos hagan rodar la información al grupo de electores que viven ávidos de cualquier cosa que les de ánimos para soportar el rigor de esta pobreza .

Estamos en un país donde la locura está tomando las riendas, los pocos cuerdos que quedan están huyendo como pueden por donde pueden para buscarse una mejor vida, mal nos veo, la lucidez una vez perdida jamás se recupera del todo, una nación enferma tiene futuro incierto, ojalá los genios de la política me leyeran y comparasen mis textos con algunas estadísticas serias que están rodando por ahí, les aseguro queridos lectores que las decisiones serian otras, el escenario aunque cruento por lo menos acortaría el calvario de esta locura que nos carcome cada mañana sin café, cada día con sueldos más tristes a pesar de los aumentos, pérdida de peso, desnutrición generalizada y lo peor, una depresión colectiva cuyo signo es la rendición total a la miseria como forma de vida.
José Ramón Briceño, 2016
@jbdiwancomeback





sábado, octubre 22, 2016

Y no hubo referéndum…

La suspensión del referendo revocatorio era algo que veíamos venir, la gentuza del gobierno no va a permitirse el lujo de perder las prebendas del poder, aunque griten a los cuatro vientos que los hacen por “EL PUEBLO” no es ningún secreto que a ellos el pueblo les sabe a nada, simplemente somos la posibilidad de acumular riquezas que en algún momento podrán disfrutar a plenitud, mientras tanto les toca acumular para el futuro, hacer que sus hijos, nietos, sobrinos y demás personeros de su corte tengan las posibilidades que les puedan brindar, si la familia presidencial está siendo objeto de investigación por tráfico de drogas no quiero imaginar que más hay entre los funcionarios menores y con eso quiero decir que desde los ministros hasta el más insignificante distribuidor de la bolsita de miserias que llaman CLAP hace pingues negocios.

Esa suma es simple, perder el poder significa hasta quedarse sin libertad, eso es un imposible. Leía que Leonardo Padrón dice en un texto que ahora cree que el llamado Caracazo fue orquestado y no una “expresión popular”, tarde llegaste pájaro le diría yo, esa vaina la saben todos los militantes de la vieja izquierda, desde el MAS hasta Bandera Roja y por supuesto el PCV , de hecho José Vicente Rangel podría dar largas conversaciones sobre como desde la habana montaron el plan contando con el necesario aumento de la gasolina , para colmo con la anuencia de los que hoy día son grandes enemigos del régimen pero que apoyaron desde sus respectivas palestras la campaña mediática que llevó al “éxito” de la misión, el entrecomillado es porque muchos de los que he entrevistado coinciden que la cosa se les fue de las manos a las pocas horas, perdiendo el chance de lograr obligar la renuncia de Pérez, sin embargo al poco tiempo sale de la presidencia.

Hoy a muchos años de distancia me imagino que si los mandamases de los partidos, los militares, los dueños de medios y todos aquellos que se juntaron para sabotear algo que no entendían la historia sería diferente pues hasta la economía no estaría en este asco de vida que llevamos todos los que aún seguimos presos en el país.

También esa planificación de grandes movilizaciones de protesta son las que el gobierno teme, seria una carnicería de mayúsculas proporciones que si daría como respuesta la caída si no inmediata cuando menos a corto plazo de todos los mandamases ya que los menos culpables (fíjense que no hablo de inocentes) al ver que la cosa se les pone pequeña se voltearían hasta ser parte de los colaboradores para la caída del régimen , quien quita si hasta la excusa para que algún país amigo colabore con armas para lograr la meta , hay mucha hambre, excesiva pobreza, demasiada rabia sin drenar como para que cualquier cosa no pueda pasar, solo que no pasará pues no existe una organización seria montada en ese plan ya que todos los organismos de seguridad del estado están montados en monitorear cada uno de los movimientos de quienes pudieren ser factores agitadores de la gran masa de gente que está en desacuerdo con la calidad de vida que nos deja nuestro sueldo miserable .

Volviendo al tema, suspenden el referéndum que es constitucional, ignoran la asamblea nacional, los militares quienes por su función deberían defender la constitución corren prestos a limpiarse el orto con ella para que sus jefes se sientan complacidos, los de la coalición opositora negocian cualquier vaina, todos los critican pero muy pocos hacen alguna cosa más que protestar por las redes como si eso hiciera mella en la situación. Mi único ruego es poder sacar a mi gente pronto, irnos, botar tierrita y no jugar más, 15 años son demasiados como para no desgastarse en esta vida donde hasta la coprofagia se ve interesante, algunas veces cuando abres la nevera y te das cuenta de que lo único que sobra cada quincena es mierda.
José Ramón Briceño, 2016

@jbdiwancomeback


sábado, octubre 08, 2016

La vanidad inútil




Cuando pasamos de los cuarenta años ciertamente ya no somos unos jovencitos, tampoco ancianos venerables (cuando menos en este siglo XXI), en Venezuela en particular llegar a los 40 es un logro en sí mismo gracias cuando nos asomamos a las estadísticas de mortandad actuales, si por casualidad ha llegado a esa edad (como yo) sin haber pasado por matrimonios, divorcio , condenas penales ni grandes líos más allá de la supervivencia , sin mencionar claro ser padre de una preciosa hija recién entrada en la adolescencia quien carga desde ya la culpa de mi barba blanca y el aceleramiento de mi calvicie que en estos últimos 12 años ha sido invencible por lo que parezco una suerte de san Nicolás tropical , solo que  calvo, flaco de barba blanca pero con bigote negro.

Eso sin embargo no es el asunto del que vengo a hablar hoy, la verdad es que con esto del éxodo masivo he visto como muchos conocidos han empezado a hurgar en su genealogía para revivir abuelos extranjeros que les permitan resucitar herencias pérdidas o en todo caso reclamar el derecho a portar un pasaporte menos ominoso que el venezolano por aquello de la fama que nos han creado muchos compatriotas de mala entraña que andan haciendo sus maldades fronteras afuera. Cuando comenzaba a hablar de mi edad, mi hija y mi muy gran habilidad para huirle al matrimonio, también quise hablar un poco de las relaciones que he tenido con unas cuantas damas (las señoritas fueron hace demasiado tiempo para nombrarlas) , la verdad todas fueron bellas pues tengo la costumbre de que si una mujer no me parece bella entonces no tiene sentido alguno tener nada con alguien que no me atraiga físicamente, si además son inteligentes me parecen irresistibles, por supuesto uno no solo está con la mujer, también lo hace con su familia, así he podido admirar de cerca una significativa cantidad de gente aunque en realidad me agradan muy pocos se hace el esfuerzo por aquello del amor.

Entre la gente que menos me agradaba son aquellos que habiendo nacido acá, con esposas e hijos criollos exhiben un desdén muy incómodo sobre este país, los peores son esos que siendo nietos de europeos (o bisnietos) se creen de aquel continente y hasta se dicen portugués/venezolano, Colombo/Venezolano o cualquiera de esas combinaciones como si esas cosas los hicieran mejores personas o les diese un plus en eso de la inteligencia.

En el caso de los emigrantes viejos que se desviven en sus nostalgias, se les respeta pues cuando se hace vieja la gente ya su tierra le va haciendo más falta imagino que por aquello de la cercanía de la muerte que en tierra extranjera debe ser más terrible pero a los nietos o bisnietos cuyos recuerdos si acaso son de algún viaje o de los cuentos de los abuelos no me trago su necedad intro-xenofóbica que denota más ignorancia que otra cosa.

En este país todos tenemos un musiu ahorcado en nuestra genética, unos más otros menos pero al final de seguro si hurgásemos en nuestro árbol genealógico habrán españoles, portugueses, alemanes, franceses, senegaleses, caribes, iraquíes, sunníes y hasta aztecas , al final nadie sabe por lo que cualquier pretensión de superioridad racial se cae por tonta en esta tierra caliente donde la belleza de nuestras mujeres es así gracias a la impudicia de nuestros abuelos cuyos remilgos raciales al parecer solo estaban recluidos entre las grandes fortunas y aun así nadie sabe cuántos herederos famosos con fortunas de siglos pasados que se creen la gran cosa , en verdad no son más que el producto del despecho de una muy hermosa señora cuyo forzudo chofer consoló luego de descubrir las seis queridas que mantenía su esposo, que sabe cuánto pescador de la costa central es en verdad el heredero de algún reino africano cuyos tatarabuelos fueron traídos como esclavos en el siglo XVII, la única verdad es que nadie sabe nada.

Todo esto viene a cuento realmente pues creo que debemos tener nuestro gentilicio venezolano más allá de cualquier otra consideración, en verdad como me gustaría que tuviésemos un grito nacional como el mexicano, aquel “viva México cabrones” al que todos responden a coro, desde el catire hasta el indio, donde el país es más importante que los regionalismos (esos se ven luego) . ojalá en esta diáspora podamos comenzar a ver en las capitales de cada país algun “club Venezolano” con criterio de exclusión como lo han hecho por años los portugueses, españoles, chinos y otras nacionalidades , que son una especie de centros snob del tercer mundo donde se pasean los gentilicios sin mezclarse mucho con los nacionales de aquel país, aunque pudiesen tener la excusa de ser un espacio para las nostalgias también fungen de vitrinas para las vanidades más mediocres, aquellas de mucho ruido y poca inteligencia.
Tambien los invito a Leer este post 
José Ramón Briceño Diwan
@jbdiwancomeback


lunes, septiembre 12, 2016

Izquierda y derecha, fósiles del pensamiento político



La política es un asunto en verdad incomodo cuando se desnuda de los ideales, esos mismos que quedan solo para los discursos pues en la praxis son poco útiles si no se tiene la suficiente flexibilidad al aplicarlos, para ser sincero, hace unos años intenté hacer vida política sin comprometerme con partido alguno, en ese breve periodo de mi vida conocí gente valiosa, otra no tanto, sin embargo en materia de aprendizaje fue un cursos superior de apreciación sobre el desciframiento del lenguaje político en todos los círculos del poder, la parte interesante era que siendo yo un fulano demás de cuarenta era el más joven en la mesa directiva de una asociación civil (opositora) donde estaban representados buena parte del conocimiento , había un ex juez de la corte suprema, un general retirado, un expresidente nacional de un partido político, un ex decano de una prestigiosa universidad nacional, un ex senador de la república por un partido opositor y hasta un ex dirigente de izquierda , de aquellos que tomaban vino con Neruda en París además de hacer intensa vida cultural pues de paso fue uno de los grandes dramaturgos venezolanos que defenestraron el gobierno al descubrir los primeros atisbos de lo que años después sería esta dictadura con careta de izquierda.

Para el momento en que participé de manera activa como opositor ya había tenido la oportunidad de ver como se manejan las cosas en el gobierno pues en dos ocasiones y gracias a gente que fue importante trabajé, una vez como fotógrafo y jefe de prensa no oficial de una fundación de la gobernación del estado en el que residía y la otra como alto gerente de una empresa de un ministerio, en ambas experiencias fui testigo de algunas aberraciones administrativas de lo más asquerosas. Mientras los jefes (a quienes conocía muy bien por ser amigos de trago y conversa) decían a los compañeros de trabajo, medios  de comunicación y público en general unas declaraciones inflamadas de patriotismo, revolución, honestidad, valores revolucionarios, discursos del che, loas al comandante y pare usted de contar cuanta patraña, puertas adentro hacían precisamente todo eso que decían criticar de los gobiernos mal tildados de derecha que los precedieron.

Ahora, casi un año del retiro total de actividades con la política me ha dado por pensar que la cosa más absurda del mundo es seguir pensando en izquierdas o derechas, la verdad no conozco a nadie de derechas, tengo unos pocos amigos que son de izquierda, en otros casos la mayoria de los que conozco le huyen a las etiquetas politicas, pero al fin y al cabo, más allá de las posiciones teóricas que chocan de frente con esta realidad global que no cree en patrañas de teologías políticas que se asumen como panaceas inservibles. Las necesidades de todos son las mismas, comida, salud, educación, evolución social, libertades individuales y un estado que garantice que todos puedan tener acceso a esto.

Sin embargo el estado debe ser solo un garante de que las posibilidades de alcanzar el avance nacional no deben ser más que fiscalizadores, dejando claro algunas estructuras para que los menos favorecidos puedan acceder de una u otra manera a eso. Según la experiencia que he tenido gracias a mis múltiples empleos donde igual he trabajado en caras universidades privadas como dando clases en los barrios más peligrosos y pobres de mi ciudad, no hay nada tan pernicioso como eliminar por asuntos populistas las normales remuneraciones que devienen del esfuerzo intelectual que en el caso de los pobres también incluyen muchos sacrificios para lograr metas y con ellas también influyen directamente en la sana competencia que al final redunda en el avance nacional.

Quizás hace cien años era válido pertenecer a alguno de los espectros de izquierdas o derechas cuando eran pecados muchas cosas que hoy son de lo más normales, al final una vez en el poder todos son los mismos monstruos pero con discursos diferentes, solo los fanáticos y quienes aspiran alguna migaja del festín del poder siguen a pies juntillas o fingen creer para estar a tono con sus aspiraciones, de resto nadie tiene seguridad de nada, igual la cárcel, la tortura, las desapariciones, los fusilamientos, el hambre, la persecución y hasta la supresión de las posibilidades de asenso son cosas que suceden en ambos lados del espectro político, lo que cambian un poco son los métodos.

Cuando nos sinceremos y seamos fieles a las leyes que existen precisamente para que (cosas de la pérfida naturaleza humana)  no nos hagamos daño unos a otros de cualquier manera posible, los gobiernos entiendan que existen diversidades no solo de pensamiento, también de estilo de vida, que nadie tiene la verdad absoluta de nada, que la política no es para hacerse millonario, que el estudio no es un esfuerzo inútil, que el estado debe garantizar una economía estable donde el que menos tiene pueda comer completo gracias a su trabajo y quien más estudia más gana y por tanto tiene acceso a más cosas o privilegios según se pueda ver, que la derecha y la izquierda se dan la mano por la espalda, hasta ese momento nunca Venezuela va a dejar de ser esta república bananera que en vez de plátanos vende petróleo y donde las cosas más simples son de una complicación difícil de entender para el mundo.
José Ramón Briceño, 2016
@jbdiwancomeback



miércoles, septiembre 07, 2016

Si conociera un buen productor de televisión


Desde que me ha dado por escribir he aprendido a escuchar lo que pasa a mí alrededor, eso me ha asombrado mucho, de hecho, hay tanta variedad en lo que llamamos “realidad” acá en Venezuela que da para cientos de “ficciones” que si se presentan como sacados de la cotidianidad criolla nadie creería así que mejor lo contamos como ficción y todos felices, los necios que niegan cualquier posibilidad fuera de su mínimo campo vegetativo que dan en llamar “vida”  pueden seguir siendo los mismos necios sin que su mundo se sacuda y los que saben que esas posibilidades son ciertas pues también felices ya que se ven retratados allí, si tan solo me tropezara un buen productor de televisión de seguro haría millones (o cuando menos unos cuantos miles) de euros solo por escuchar las locuras que suceden acá y transcribirlas, ese debe ser un excelente trabajo que requeriría solo algo de dinero, unos guardaespaldas que de manera disimulada se mezclen entre los pasajeros  ya que eso de los robos es una constante y el oído atento , además mucha conversa con gente seria y divertida, mucho más atractivo que las aulas de clase.

Por ejemplo, hoy abordé un autobús para encontrarme con unos amigos que por fortuna me invitaron a almorzar, en esta crisis una comida es un regalo de los dioses, sobre todo cuando la quincena está lejos, una vez que subo , así como sin querer, hago una mirada a los pasajeros para constatar que no hay ningún sospechoso de cometer un asalto (en caso de que lo hubiere la cosa más sensata es bajarse y tomar otro), en contra de mi costumbre comparto asiento con un niño de aproximadamente diez años, en el asiento de al lado iba su madre con otro niño más pequeño, justo al terminarme de sentar se sube un tipo a cantar un rap no sin antes obligar a la gente a que le responda las buenas tardes. Déjenme hacer un aparte, son la una de la tarde a 36 grados centígrados en pleno centro de la ciudad , nadie por muy educado que sea va a gritar las buenas tardes así de gratis, sin embargo ante la insistencia del fulano el público le corea un “buenas tardes” con desgana pero con más voces.

El fulano se lanza a cantar una canción, el acompañamiento lo hace una corneta que lleva colgando del cinto y que reproduce una pista de música electrónica, el joven por fin termina de cantar para pasar a ofrecer unos collares en “lo que salga de su corazón” que por lo general debe ser cuando menos 200 bolívares que si bien en dólares no es nada si corresponden a cuatro pasajes más solo por una cosa que ni interesa, como si no fuese poco también pide que le apoyen si no pueden o quieren comprar el collar con alguna moneda o billete, ahí si no se pone exquisito pero la sensatez de los pasajeros hace que todos saquen el billete de más baja denominación que tengan encima y se lo regalen, ya se sabe de casos donde el que pide la colaboración no recibe nada y tres cuadras más abajo suben ladrones y reclaman a los que no contribuyeron pero pistola en mano pues toca ayudar a la gente en este país.

En el próximo semáforo y mientras el cantante va vendiendo collares y recibiendo limosnas se sube otro pero esta vez de más edad, el vende marcadores pues tiene una hija con leucemia y no tiene para costear el tratamiento, la verdad ya para ese instante me desentendí del vendedor pues justo al frente de mi asiento llega un hombre mayor y saluda a otro que está sentado, mientras los señores se saludaban me di cuenta que el autobús había hecho parada justo frente a un gran supermercado pero el señor que estaba de pie solo tenía una bolsa con un par de kilos de detergente en polvo (para efectos del relato digamos que el señor sentado se llama Juan y el que va parado es Pedro)Juan le dice a Pedro , ¿Qué haces tú con tanto jabón?, a lo que este le contesta , imagino que diluirlo y beberlo para limpiar el estómago pues estoy desde las cuatro en la cola para comprar algo de comer y cuando por fin llego solo había jabón en polvo, la vieja se va a poner feliz pero ya estoy harto de solo comer ahuyama cocida en sopa de sobre pues la pensión no da para más.

Pedro pregunta ¿y tú carro? ¿Qué haces en un autobús?, Juan le dice que el carro se le dañó algo del motor y que precisamente viene de hacer la ronda por las tiendas de repuestos y donde más barato lo encontró fue en 19 mil bolívares (que corresponden a poco más de una quincena promedio) y que está difícil recuperarse de ese golpe pues él, que vive de lo que le produce su carro como taxi no tiene otra manera de producir ese dinero y eso que aún no sabe cuánto le va a costar la mano de obra del mecánico del barrio, en ese punto su conversación devino en preguntas sobre sus familiares que no tenían nada de especial.

Tal como dije más arriba, a mi lado iba un niño y al otro lado del pasillo pero también a mi lado iba su madre con otro niño, al bajarse los vendedores se hizo un relativo silencio en la unidad y lo que oí a continuación me heló la sangre, el niño más pequeño que estaba sentado con la señora le preguntaba con su media lengua de primera infancia a su madre ¿mamá al país donde vamos a vivir podemos comer galletas? Y la madre, muy azorada le dijo que sí, imagino que para evitar que el niño en su inocencia la dejase en evidencia pues la ruta que llevábamos iba hacia una de las zonas más peligrosas de la ciudad, muy alta la posibilidad de un secuestro o algo peor si algún malviviente se entera de que esa familia tiene planes de exilio, en Venezuela nadie sabe cuándo el diablo anda cerca .

Eso me dejó pensando mucho, aún faltaba la cosa más espeluznante del día, llegue adónde iba, es la casa de un amigo médico especialista de un gran hospital y su esposaquien ya nos tenía almuerzo preparado, la conversa de sobremesa iba dirigida a convencer a la señora de no emigrar pues él como médico iba a bajar de peldaño laboral con un paso semejante y sin ahorros la cosa se les iba a poner dura ya que a los 40 eso de inventar, para muchos es complicado.

Los relatos de lo que mi amigo vive en el hospital son siempre dignos de HP Lovecraft pero en este caso los monstruos no son del inframundo si no de la periferia de aquella ciudad, el primer relato de horror fue cuando me contó como peleó con un anestesista que se negaba a sedar a un niño de un año quien llegó con una sospechosa fractura en las piernas , la discusión fue por algún protocolo que al final mi amigo omitió y atendió al bebé dejando lo demás en manos de la policía que ya verá que hace con los padres.

Cuando terminó de contar eso, al ver mi cara de sorprendido pues en mis esquemas mentales lastimar a un bebé es algo de crueldad inusitada me dice que ese no es ni de cerca el peor caso, hace unos días le llegó un intento de suicidio pero la cosa sorprendente es que era de un niño de nueve años quien aseguró, mientras lo atendían que lo volvería a hacer apenas pudiese ya que se quería morir, todo el personal entendió cuando la madre del niño, una mujer de mala estampa se apareció solo para golpear y gritar al infante, se fue para no volver y dejo a una más joven que dijo ser su tía , quien en compensación le quitaba la comida al niño, por último y luego de varias denuncias se apareció una abuela paterna que se llevó al infante quien sabe para dónde .

Para cerrar la tarde de cuentos espantosos, me contó de una niña de 12 años pero con tamaño de mujer a quien encontraron deambulando por la calle, la policía la lleva, hubo averiguaciones , se encontró a la familia pero al preguntarle a la madre esta dijo que la noche anterior la había echado a la calle pues la muchacha era muy “callejera” , mientras eso sucede un forense habla con la niña para preguntarle si había tenido sexo a lo que contestó, que si pero que solo con sus novios , asegurando que tenía o había tenido ocho. Tengo una hija de esa edad y minimome da un infarto aunque en realidad los presos deberían ser sus padres por no educarla como es debido, la sexualidad no es un crimen, pero todo tiene su tiempo, además nosotros los padres tenemos la obligación de educar desde temprano para que esos lapsos se cumplan, no es posible que tengamos más niños haciendo niños sin que nadie pueda hacer nada, eso forma parte de la ruina de cualquier país ya que el futuro que les espera tanto a los padres como a esos niños sin padres solo será un peso muerto para el estado, nadie puede ser buen padre siendo tan joven en este mundo tan competitivo
Luego nos tomamos un café y volví a casa a darle de comer al gato y a seguir pensando que todos mis planes se harán posibles pero igual les comparto, ¿se imaginan que yo conociera un buen productor de televisión?
José Ramón Briceño, 2016

@jbdiwancomeback