Se suponía que ayer debían de dictar la sentencia de Leopoldo López, el que no exista aun tal dictamen es una prueba fehaciente de la poca seriedad de la administración de justicia en Venezuela, mucha gente se leía esperanzada, de mis conocidos habían muchos que sostenían la posibilidad de que lo liberasen pues saben que no existen pruebas concluyentes del tal delito que se le acusa. Por mi parte jamás tuve dudas de que no lo dejarían salir así de fácil, luego de tal campaña en contra del hombre, de tanto odio que supuran los voceros del gobierno, es difícil pensar que lo dejaran salir para continuar como una sombra política, así lo inhabiliten sigue siendo referencia obligatoria para cualquier candidato viable, por tanto es peligroso para sus fines.
La parte más interesante del asunto es que su tiempo de presidio es directamente proporcional al tamaño de su popularidad, por tanto los jefes de la tal involución andan con el miedo a dos aguas pues preso es tan potencialmente nocivo para sus mentiras como libre. Lo más sorprendente es que una de las excusas es la desaparición del joven Coello, en primer lugar, suspender un juicio por que otro reo se haya escapado, sin que este tenga realmente nada que ver con la causa investigada no tiene ningún sentido, hasta donde sé, el muchacho no era ni siquiera testigo de la fiscalía como para tener mucho que ver en la fulana suspensión.
Es interesante ver el contexto, si era un peso político ¿Cómo se escapó? ¿Quién lo dejó salir? ¿En qué momento huyó?, ¿los funcionarios que lo custodiaban?, más allá de cualquier apreciación toca hacerle esas preguntas a las autoridades pertinentes, hasta donde sé , salir de una cárcel es una cosa complicada como para que cualquier hijo de vecino se escape así de fácil, quizás hubo hasta comandos israelíes que lo secuestraron un martes a media noche y se lo llevaron a bordo de un helicóptero artillado, a lo mejor Obama lo mandó a buscar con un portaaviones pero por la censura nada sabemos.
En cualquier caso la huida del joven no tiene nada de particular, si yo que no estoy preso quisiera salir corriendo y no parar hasta llegar a una frontera amable donde vivir no sea este sobresalto de calor y malandros, él que pasó por el infierno de una cárcel más rápido debe querer irse para no volver, su mamá por fin puede dormir tranquila y la vida del joven será un poco más larga que si se queda por acá, donde hasta comer es un dilema.
Creo que con esta payasada de juicio que le siguen a Leopoldo ya acaban de ale oda la razón a la oposición, dudo que ningún gobierno serio pueda ver con buenos ojos como los funcionarios de lo más competente que debe tener una sociedad, la ley, sean cómplices (obligados o por placer) de esta comparsa carnestolenda que tenemos por gobierno. Aprovecho para apuntar también a ese lote que se dice opositor pero que anda dando brincos por un curul sin poner mucha atención en eventos como ese, ni siquiera hacen presión por el largo rosario de dramas nacionales, entiendo que se deben cumplir las formas políticas, pero ese olvido selectivo de algunos sectores opositores también es una mancha en el avance de la política hacia donde debe ir.
Espero que a López lo liberen pronto, que el joven Coello sea libre pero que no olvide de los que nos quedamos acá y que quienes aspiran dirigir el país recuerden la idiotez del populismo y hacia donde nos ha llevado, deben expulsar del ideario político toda esta basura que nos hicieron tragar, hacer votos para que la educación, la cultura, la economía, el estudio y la planificación efectiva sean el norte de nuestro futuro, claro, cuando López salga suelto, propongo que construyamos una cárcel especial para tantos que con sus acciones han comprado sus habitaciones de por vida, casualmente todos militan en el Psuv o el fulano Polo patriótico que de patrióticos solo tienen el nombre, hoy día todo el que o sea opositor es cómplice, por tanto es co-culpable.
José Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback