Es
innegable, aun para los oficialistas que en el país hay una crisis profunda a
todo nivel, hablar detalles de ese asunto nos deprimiría todavía más, mejor
hagamos propuestas basándonos en nuestras posibilidades, explotemos lo que el
galáctico nos ha heredado y saquemos brillo a ese “Hombre nuevo” producido por
la revolución del siglo XXI.
Como
gran parte de la crisis económica que vivimos se debe a la ausencia de divisas
para la importación pues igualmente nada producimos a pesar de las promesas de
ser potencia en alguna cosa, creo que lo primero que debemos apuntalar es crear
alguna industria que promueva el ingreso de divisas extranjeras que le permitan
al país generar el ingreso suficiente para importar desde materia prima hasta
bienes suntuarios que estén al alcance de todos.
Una
de las grandes industrias endógenas que ha producido la revolución ha sido la
violencia, el hampa se ha organizado hasta niveles asombrosos, se ha enraizado
hasta en las cúpulas militares, en el congreso y dicen por ahí que hasta la
presidencia está inmersa, además de asociados con multinacionales del crimen
organizado. Esa gentuza hace lo que le viene en gana mientras que los
ciudadanos se deprimen esperando el día de su cédula para poder comprar papel
higiénico, las cárceles que siempre fueron centros para que los delincuentes
probasen su capacidad de maldad, ahora son los institutos de formación superior en ciencias y artes
criminales, amén de ser los epicentros del poder criminal.
Hablando
de los criminales, pensando en cómo ellos podrían colaborar en el avance de
nuestra economía nacional creo que esta propuesta podría tener futuro. Hay por
lo menos tres grandes plazas de toros en el centro del país, estas, debido a
las restricciones de divisas, los derechos de los animales y la aparición de la televisión por cable, ya
no se llenan con regularidad, si acaso hacen una corrida al año, teniendo ese
espacio baldío y en desuso por mucho tiempo. Gran parte de esa juventud que
ahora vive en las barriadas pobres del país, sabe que es más rentable
ser malhechor que profesor universitario y muchos de estos alevines de hampones
terminan graduándose con honores en algunas cárceles del país, quien quita
también pertenezcan a la alta oficialidad de los pranatos regionales o nacionales.
En
fin, creo que una manera de capitalizar esta violencia y generar divisas, sería
la de organizar campeonatos de chuzos, machetes, puñales y chopos en las
cárceles, los campeones irían directo a las eliminatorias regionales que se
harían en las plazas de toros.
Imagínense
vender publicidad en esos espacios, hacer de paso una franquicia con las
grandes cadenas televisivas, lo podríamos nombrar “Los gladiadores del siglo
XXI” y los “gimnasios” se harían en las cárceles de máxima seguridad, con
algunos centros de entrenamiento en algunos puntos neurálgicos del terror, esos
que llaman “zonas de paz”, creo que el ingreso de divisas se dispararía hasta
dejar pálido al Béisbol o al Futbol como deportes nacionales, igual con 25.000
muertes al año por efectos de la violencia callejera no creo que armar esto de
los gladiadores fuese la gran cosa, si acaso bajará la violencia desorganizada
para dejar como mucho la ínfima suma de
un par de miles de muertos al año, pero en vivo y directo, con
anunciantes, patrocinantes, espectáculo y ninguna inocencia pues los
competidores se presentarían por voluntad manifiesta, en vez de la impotencia
sangrienta que sufrimos la mayoría de los ciudadanos victimas de esos seres que
parecen gente pero que no lo son.
Imaginemos
solamente todos los negocios alrededor de este gran “invento”, desde el
perfeccionamiento de la crueldad hasta el descenso de la criminalidad pues
siempre será mejor matar por un par de miles de dólares que por unos míseros
millones de bolívares que valen más como pulpa para reciclaje que como moneda.
El turismo crecería de modo exorbitante, recordemos que el morbo de las masas
por la sangre, aunque repugnante, es una constante y la masificación de la
información por obra y gracia de las redes digitales harían el trabajo de
estimular ese turismo que traería al país las tan ansiadas divisas, amén de
acabar con la funesta costumbre de las corridas de toros.
Aunque
parezca una sátira bastante agria, mientras escribía esto me he sorprendido
pues me pareció factible, sorprendiéndome con la posibilidad de pensar en la
muerte de otros seres humanos para el disfrute, la cosa de la violencia nos ha
calado tan profundo en la psique que terminamos asumiendo como algo “normal” en
vez de temblar de espanto, amanecerá y veremos , saludos desde esta esquina,
luego seguiré expresando algunas ideas descabelladas, he decidido que si la
razón no importa mucho, un poco de humor negro quizás nos haga reflexionar,
lástima que sigo pensando en que deberemos estar peor antes de comenzar a estar
mejor como país.
José
Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback
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