La
inflación en el país es una de las pocas cosas que sorprenden, la verdad no hay
mucha variedad pero lo que se encuentra está a precios de novela de ficción,
pero los sueldos siguen insuficientes, no importa cuánto ganes, aunque mientras
más te acercas al sueldo básico más reducidas son las posibilidades de que puedas
comprar nada.
Un
mercado decente, según las cifras de la canasta básica, cuesta 30 mil bolívares
pero el sueldo básico está en cinco mil, el alquiler de un anexo, en una zona
no tan peligrosa no baja de 15 mil, un par de zapatos de dudosa calidad cuesta
seis mil bolívares , así mismo un pantalón, las camisas ni hablar, un licor de
esos que uno jamás compraba por aquello de la calidad cuesta ahora 500 bolívares
que equivalen a la mitad de una quincena, los cigarrillos van para 150 la
cajetilla, eso antes del nuevo aumento del impuesto.
Las
computadoras, celulares, línea blanca, muebles, televisores y otras cosas de
amoblar son artículos de lujo, por ejemplo, una neverita de 10 pies cúbicos, de
marca desconocida cuesta 30 mil
bolívares, una grande va por el orden de los doscientos mil, algo así como cuarenta
sueldos básicos, el Smartphone más barato no baja de 15 mil y solo se puede
adquirir de contado, ya las rebajas por comprarlo con tarjeta de crédito no existen.
De
las medicinas mejor ni hablo pues me deprimo más ya que además, como si fuera
poca la desgracia no se encuentran y las que se pueden localizar es gracias a
la solidaridad de quienes las quieran donar o traerlas como parte de su
equipaje. ¿Viajar? Ciertamente no es imposible, nadie te lo prohíbe pero los
pasajes solo se pueden comprar en dólares y hay un control de cambio
excesivamente hijo de puta, a las líneas aéreas nadie les quiso pagar la deuda
que tiene el estado pues uno compraba en bolivares y se supone que el estado
pagaba a su vez en dólares, cosa que jamás hizo.
La
verdad a mí me importa poco la vida de nadie, no me interesa el chisme, pero me
parece ofensivo que un gordo con quien sabe cuántas decenas de kilos de
sobrepeso diga en público que los consejos comunales harán cursos para enseñar
a comer menos a la gente, los jerarcas paguen comerciales para que una “niña de
papá” cuyo único merito es que su padre es el presidente de la AN y con un
físico bastante agraciado, a quien se le ve por encima los millones que gasta
en vestimenta, hace un comercial en inglés para “demostrar” que acá a gente es
feliz, la palabrota que se me ocurre no la voy a escribir pues siento que solo
tiene fuerza cuando la grito con toda la rabia que tengo acumulada.
Hoy
comenzará la subasta por los dólares en el nuevo sistema cambiario, seguramente
esta noche alguien publicará que pasará los doscientos bolívares y yo me
entristeceré más pues mi sueldo será ya de menos de 30 dólares al mes, así
sucesivamente hasta que gane solo unos céntimos mensuales, cuando algún bobo de
esos que pululan por los pasillos de las instituciones educativas públicas (que
son las que “mejor” pagan) diga alguna
babosada sobre la revolución o como hacer “carne mechada” con la concha de plátano
maduro o insista en la necesidad de sembrar en los espacios verdes de mi sitio
de trabajo, lo mandaré derechito a comerse una montaña de excremento aderezado
con mucha patria para que sea serio, al próximo que me venga a comentar de la
necesidad de ir a elecciones parlamentarias sin las condiciones mínimas de transparencia
le diré lo mismo.
Tengo
días pensando en cómo será el momento de mi huida, pues aunque sea pidiendo aventón
me llevo a mi hija de toda esta mierda, la verdad hoy miércoles post carnaval
no ando para nada alegre, muy al contrario ni quiero ir a trabajar pero como la
necesidad tiene cara de perro iré a ejercer mi oficio de maestro aunque la idea
de que soy un recogelatas del conocimiento no se me va, feliz día.
José
Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback