El
hampa es un asunto de cuidado en todo el mundo, quizás para los lectores de
otros países lo que uno dice suena a exageración, para no extenderme tanto en
contar lo que los periódicos dicen a diario y que el estado, desde su pedestal
de ignorancia selectiva se empeña en negar, eso mismo que califican de
amarillismo y que han combatido por todos los medios, desde la censura hasta el
cerrar fuentes oficiales que pudieran darle veracidad a cualquier historia.
La
verdad muy poca gente entre los que me leen me conocen y muchos otros a pesar
de que nos conozcamos de vista, trato y comunicación tampoco saben quién soy. Provengo
de una familia de clase baja que ha logrado a través de los años ir superando
la pobreza para tener algún tipo de calma, a unos le ha ido muy bien y a otros
no tanto, los de la nueva generación, ahora padres, si no se han ido del país,
seguimos bregando, estudiando y trabajando todos los días para emular el
ejemplo en el que crecimos.
Al hermano mayor de mi padre, médico
especialista con consulta propia y un largo historial de trabajo que le ha
producido buena cantidad de pacientes, lo ha
robado tres veces en su casa, por supuesto, el hombre se ha esforzado
siempre y tiene un estatus de vida algo más alto que el resto de la familia,
quizás podría achacarse a eso el evento del robo, lo que colmó el vaso fue que
en el último episodio los fulanos atracadores, no contentos con maniatarlos y
robarles uno de los vehículos donde por cierto cargaron con todo lo de valor
que les quedaba, quisieron matar a uno de sus hijos menores pero la suerte fue
que se le encasquilló la pistola, cosa por la cual se contentaron solo con
patearlo.
Hace
dos noches, en otra ciudad, la hermana mayor de mi padre, una señora jubilada
de 75 años fue víctima de un robo en su casa, cuando volvió en si, como pudo
llamó a la familia que vive cerca, allí la encontraron en un charco de sangre,
con la cabeza rota y varios moretones por la golpiza recibida, aún está en
terapia de sueño pues la pobre señora no sale del shock, este caso es peor pues
la dama en cuestión no vive en ninguna zona ni siquiera clase media, muy por el
contrario, vive en una barriada populosa y su único ingreso es el de su pensión
que es, en términos monetarios, menos de 100 dólares al mes, el saldo del robo
fue de tres mil bolívares (30$) y un teléfono celular que creo es analógico, de
los más baratos que existen en el mercado.
En
ambos casos, más allá de ser hermanos y
estar en ambos extremos del estatus económico, la señora muy abajo y el señor
pues gana lo que la señora en una hora con dos pacientes, es que ninguno de los
dos va a obtener justicia, nadie buscará a los agresores, lo más seguro es que
anden por ahí riéndose de su fechoría mientras las victimas sufren de las
secuelas de haber presenciado tal cosa.
Sé
que a nadie interesa la vida y milagros de las familias anónimas, mucho menos
va a cambiar algo solo porque yo lo cuente por acá, es más, historias como esas
se cuentan por cientos cada día y la gente ahora agradece que por lo menos no
los mataron pues lo más “normal” es que cualquier evento de naturaleza
delictiva termine en un hecho de sangre por la razón que sea, acá en este país
te matan por tener mucho, por no tener nada, por cargar un celular costoso,
unos zapatos de marca y hasta por no parecer tan poca cosa como la gente de esa
ralea.
Una
vez alguien que me lee y a quien conozco bastante bien me reclamó por una de
mis opiniones, donde pedía pena de muerte para unos fulanos que secuestraron a
una niña quien sabe con qué fin pues jamás pidieron rescate, gracias a dios a
la niña la encontraron esa misma noche a más de cien kilómetros de donde la habían
secuestrado, pero díganme si alguien que se ensaña con una anciana, con un
niño, esas personas para quienes la vida de otros vale menos que la de una
gallina vieja tiene derecho a seguir respirando el mismo aire que uno, esos
seres deberían de ser barridos de la faz de la tierra con la misma saña con la
que ellos cometen sus fechorías y hasta quienes por omisión o acción se hacen cómplices
vale la misma cosa , claro ejemplo son las cárceles donde carceleros e internos
han logrado hacer de toda la actividad hamponil un pingüe negocio con la
bendición de civiles, militares y autoridades, sin que nadie ose poner el dedo
en la llaga y todos nos preguntemos cada día si hoy nos tocará y respiremos
cada mañana por que aún no nos ha tocado nuestra parte.
José
Ramón Briceño, 2014
@jbdiwancomeback