Protestar,
estar molesto, incomodo, arrecho, triste, deprimido, preocupado, indiferente,
asustado, presionado, arruinado, desempleado, pobre (así tengas empleo fijo) ,
engañado, desmotivado y hasta enlutado, son estados fijos de todos los
habitantes de este país, bien puede ser mezclados o solos los sentimientos,
pero tengo la impresión de que todos tenemos cuando menos cinco de esos sentimientos
con los que pelear a diario para levantarnos de la cama y salir a ganarnos la
vida.
Pocos
son los que tienen la suerte de estar alegres, creo que eso solo le que a los
niños pues estoy convencido que los únicos a los que no le importa ni le
preocupa la situación del país es a ellos, sin embargo seguramente ellos
extrañaran algunas cosas como la leche en polvo por ejemplo, el postre de las
tardes pues azúcar y harina son de difícil encuentro, por supuesto entre tanta
cosa seria que está pasando eso es un mal menor.
Dicen
por ahí que los enchufados son felices, no lo creo, ellos por su cualidad acéfala
están a disposición de toda la histeria oficialista, no tienen vida, horario de
gente ni tiempo para dedicarle a la familia, si a eso le sumamos que los cargos
son efímeros y que en cualquier momento pueden ser despedidos por cualquier
razón pues ahí uno entiende quizás su fanatismo y su poca iniciativa para
resolver nada. Ese sistema es más débil a medida que el funcionario está más
abajo en la escala laboral, solo se salvan los obreros pues son inamovibles
todo lo demás es sensible a ser despedido sin liquidación, aviso o protesto.
Ellos
como toda organización ruin están a merced de otros que les envidian los
cargos, todos tienen una cola de enemigos con los que se dan la mano y hasta se
toman unos tragos por “la revolución” pero el chisme y la intriga están a la
orden del día, ahí nadie es amigo de nadie lo que causa una paranoia difícil de
describir. Fea la cosa, pero a la mayoría de esos funcionarios no les queda de
otra pues por lo general su preparación académica solo los habilita para ser
comerciantes informales, he visto bachilleres de viceministros, administradores
como ministros de agricultura, ingenieros como ministros de tribunales,
periodistas de jefes de la compañía eléctrica , militares de administradores,
bachilleres jefes de ingenieros y así pare usted de contar, en el caso de los
graduados universitarios por lo general son grises y sin brillo intelectual,
además de ser gente que solo se dedicó a la política y por tato jamás ejerció
su profesión, total, toda la incapacidad del mundo oficializada con cargo
oficial.
Describir
las razones de por qué muchos funcionarios no están capacitados haría muy largo
el texto, lo cierto es que nadie parece dar pie con bola en ninguna decisión,
nunca ningún plan de nada llega a feliz término, la economía sigue peor, la
inflación está a niveles que jamás en mis 40 años de vida había visto, todos
los venezolanos han de estar preguntándose ¿Qué hacer?
Muchos
ya hartos se han ido del país, otros lo están pensando, los menos (como yo)
estamos resignados a quedarnos acá porque tenemos hijos que no nos podemos
llevar y toca protegerlos y apoyarlos aunque sea viviendo con lo poco que se
puede acá. ¿Qué hacer? Resistir desde todas nuestras palestras. Se entiende que
ya nadie quiere marchar, protestar, gritar, ya todos quieren acciones, los
políticos están persiguiéndose la cola en vez de amarrarle la cara al régimen,
estamos huérfanos mientras otros se disfrutan lo que no les pertenece o hacen
propias miserias extranjeras sin pararle mucho a las cientos de miserias que
nos aquejan como país.
Toca
recuperar los cojones perdidos y hacer resistencia , las maneras las encontrará
usted, pero si no hace nada no se queje de que está jodido.
José
Ramón Briceño 2014
@jbdiwancomeback