Desde
que comencé a trabajar, hace bastante rato, nunca he estado pendiente de los
días festivos, es una suerte de estrategia mental para no aburrirme ni
desesperarme, acá en Venezuela todos deberíamos ser así pues ya con la vida basta
para preocuparnos y si a eso le sumamos la pasmosa rapidez con la que pasan los
días además del misterio de la desaparición del sueldo en apenas minutos, ya
estaría al borde de una neurosis (cuidado si ya no estoy viviéndola), hoy me ha
dicho mi hija que no tiene clases, al preguntarle me cuenta que es 15 de enero
día del maestro en mi país, por asuntos de la vida yo he podido trabajar dos
turnos seguidos durante tres días y acumulo el número de horas suficientes como
para no tener que laborar jueves y viernes, quizás por eso nunca me di cuenta,
pero de laborar esos días igual me hubiese encontrado con las puertas de mi
trabajo cerradas pues no sabría que hoy jueves no se trabajaría.
Imagino
que al gobierno no le interesa mucho la labor de los maestros y profesores, de
otra quizás nos tratarían mejor a todo nivel, veamos mis quejas, por ejemplo,
un profesor con maestría que de clases en bachillerato, con horario completo y
hasta cargo no llega a los dos sueldos básicos (incluyendo el fulano cesta ticket),
el seguro que nos “protege” es si acaso de diez sueldos básicos, cosa que todos
sabemos si acaso cubre dos días de hospitalización, eso si es que por suerte
están al día con los pagos y te reciben en alguna clínica pequeña, el sueldo de
verdad no alcanza para cotizar ni aspirar para comprar una carpa grande donde
vivir, mucho menos para el terreno, por tanto estamos obligados a sobrevivir
casi como mendigos a menos claro que hagamos lo que hacen muchos, ejercemos un
oficio por separado en las “horas libres” para ir redondeando el presupuesto
familiar.
Se
de muchos colegas que hacen tortas, comidas, piñatas, fotógrafos, buhoneros,
animadores, cantantes, vendedores de cerveza y hasta traficantes de drogas
imagino ha de haber, otros pues fueron más sinceros y abandonaron las aulas de
clase para montar negocios más rentables, dejando así tirados los años
universitarios y el titulo para que adornase la sala de su casa pues no tiene
sentido trabajar siempre en cero, con el presupuesto apenas alcance para mal comer
y si acaso comprar un par de zapatos al año, de libros nos olvidamos pues un
buen libro te cuesta casi que la mitad de la quincena y usado la cuarta parte,
que no siendo mucho es bastante cuando vives de ese escueto sueldo.
Lo
que más molesta es cuando te das cuenta que los obreros ganan más que tú,
tienen mejores beneficios y hasta el sindicato los cuida, a nosotros, el gremio
docente nos descuentan infinidad de cosas que no se usan pues no existen, como
el IPASME por ejemplo, eso es un descarado robo, también podría hablar de la
fulana ley de política habitacional, cuando una casa en una zona clase media
baja, donde el hampa ronda de manera descarada cuesta no menos de mil sueldos
básicos, algo así como 95 años de sueldo sin comer ni hacer nada más que pagar
la deuda, si es de construir o ampliar la casa te prestan hasta 100.000
bolívares y sin entrar en mucho pues una nevera grande cuesta ya 50 mil, es
decir que si pides el fulano crédito volvemos al esquema de la carpa o el
rancho de cartón y láminas de zinc.
Mientras
todo eso sucede, nuestros “gloriosos” milicos ganan entre 15 y ochenta mil
bolívares mensuales, tienen privilegios insospechados, urbanismos solo para
ellos, hasta les eliminaron la “oprobiosa” diferencias entre suboficiales y
oficiales, poniendo de igual manera por el suelo los años de estudio (si es que
esa gente de verdad estudia), al final ellos no hacen nada más que ser perros
de presa, si acaso algunos tendrán trabajo riesgoso, pero déjense de vainas, un
profesor o maestro que labore en un colegio de cualquier barriada de cualquier
ciudad del país tiene un empleo tanto o más peligroso que el de cualquier
milico de pistola al cinto, nada más por el riesgo de perder la vida entre los
animalejos malandros que pululan en las escuelas ya es suficiente como para que
el estado los considere más y no los tenga en ese sitial espantoso de ser vivir
miserablemente con título universitario y todo.
Aunque
tarde pues no tengo internet en mi casa, vaya para todos los colegas un
caluroso abrazo de felicitación y de comprensión, desde mi esquina siento con
verdadera rabia la situación de todos. En estos tiempos de cambios los gremios
deben ponerse los pantalones y exigir verdaderas mejoras para los agremiados,
no seguir en ese hablar por las esquinas, prometer lo que sea con tal que las afiliaciones se multipliquen, dejarse de
pendejadas políticas pues la verdad está en el bolsillo y el hambre, lo demás,
la palabrería, las quejas, las ruedas de prensa y hasta la franelita se pasan,
lo verdaderamente importante es volver a darle a la profesión docente el sitio
que se merece, quizás todos sabemos que ningún docente en ninguna parte del
mundo es rico pero lo que sí sabemos es que en cualquier otra parte del mundo
civilizado, el maestro y el profesor son gente muy respetada, cuya vida es más
digna pues el sueldo alcanza para comer completo, vestirse, tener casa propia,
vehículo, seguro médico para hijos, padres y esposa, en fin, es una profesión
con futuro, no este eterno vivir entre tigres, malandros y desesperanza.
Feliz día del maestro mis colegas
José
Ramón Briceño, 2014
@jbdiwancomeback