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lunes, mayo 23, 2016

Depresión, epidemia nacional



Depresión, epidemia nacional
Tengo tiempo buscando algo para escribir en este blog que aporte y que además importe, creo que hay mucha gente inteligente desmenuzando la miseria venezolana, también hay mucha otra no tan inteligente haciendo el ridículo negando la crisis desde las palestras mediáticas que les concede el estado, aunque deben estar conscientes de su triste papel seguramente también estarán muy claros en que tienen que sufrir de pánico, en el preciso instante que dejen de tener el poder caerán de manera tan estrepitosa que debe de aterrar, nunca he envidiado nada (mentira sí, pero son cosas sin importancia pues creo en el valor de ganarse las cosas para poder disfrutarlas y por qué no, también tener de que ufanarme, los feos debemos tener algo de ego) en fin, aparte de todas nuestras miserias hay una en especial que me preocupa bastante, la depresión.

Mucha gente lo toma de manera banal, dice por las redes sociales sentirse deprimido acompañándolo con emoticones como si la cosa fuese a juego y quienes jamás han sufrido con ese mal tildan a los que sí lo sufren de varias cosas tan feas que no quiero nombrarlas, hasta de locos los acusan cuando en verdad los deprimidos en la mayoría de los casos están muy lejos de la locura. Para empezar y antes de hacer comentar de los tiempos actuales creo que es importante decirles que muchos de los grandes genios de la historia han sufrido estados depresivos , poetas, músicos , científicos y gente cuyo intelecto era tan grande que sufrieron horrores gracias a la desgraciada depresión , si investigan un poquito , digamos con la Wikipedia para no ponernos exquisitos, podrán darse cuenta que en la historia mucha de la gente que ha sido protagonista en eso del avance mundial han sufrido episodios que casi le costaron la vida y en algunos casos les costó la vida pero dejaron un legado interesante que muchos disfrutamos, por ejemplo, mientras esto escribo recuerdo que quien inventó la primera computadora utilizada para poder descifrar los códigos alemanes en la segunda guerra mundial se suicidó comiéndose una manzana envenenada, hay quien dice que Apple se llama así en honor a aquel hombre cuyo pecado capital fue ser homosexual en un país que de tan progresista vivía todavía en el siglo XVI , la lista es larga como para ponerme a nombrar a más gente.

En estos tiempos, digamos los últimos tres años, he visto con espanto como más gente a mi alrededor va sufriendo de crisis depresivas, sobre todo porque ahora es más complicado esconder la tristeza tras una botella de licor , nadie puede negar ya que sobrevivimos , las calles son testigos de la degradación nacional , las neveras sufren de anemia así como sus dueños han tenido que aprender a la mala como hacer malabares para colar el mismo café más de una vez a fin de hacerlo durar, rendir una muestra de proteína engordada con cualquier almidón o harina , eliminar más de una comida al día para alargar la quincena, hacer malabares con la tarjeta de crédito, ser testigos de la desaparición paulatina de las buenas costumbres de la higiene y el buen vestir pues no hay como pagar gastos suntuarios, en fin , hasta el agua mineral, aquella de botellón va desapareciendo por el costo de tomar agua limpia en casa.

Si a eso le sumamos el miedo al hampa, por la escasez de medicinas  te puedes morir hasta de una gripe mal curada o una intoxicación por mariscos pues no hay un simple antialérgico, junto a la desesperanza que produce la suma de todos esos pequeños dramas del diario vivir, es complicado no terminar deprimido.

¿Qué hacer? En primer lugar hacerse un examen de conciencia, revisarse sin clemencia para ver las señales, luego si al terminar piensan que puedan tener síntomas que apunten a ello, busquen ayuda, no tengan pena pues acá todos piensan que visitar al psiquiatra o al psicólogo es ya porque estás loco de atar y hasta te miran con el rabillo del ojo, mándelos a paseo mire que su salud está en juego, si el profesional le dice que en verdad tiene depresión en alguno de sus estadios no se desespere que si sabe que lo tiene ya puede combatirla y como no hay medicinas por la crisis tampoco lo van a medicar, si por casualidad puede medicarse tampoco se angustie que esas no dan risa ni son divertidas, además son de lento proceso por lo que tardan un buen rato en hacer efecto hasta que una mañana se levante no tan triste, molesto o neurótico , así sabrá que va mejorando, si no puede medicarse comience a buscar maneras de drenar su impotencia de forma pacífica.

Escriba un diario si le da mucha pena que la gente sepa lo que piensa, hable con sus seres queridos y cercanos del tema, mente madres todo lo que quiera, cómprese un saco de boxeo y reviéntelo a golpes cada vez que le provoque, salga o invite a sus amigos a casa, tenga más sexo con su esposo(a), novia(o), amante o todas que las endorfinas hacen milagros, pase más tiempo con sus hijos o nietos, beba unos tragos, fúmese un porro, coma chocolate y piense más en las soluciones que en los problemas, también puede probar a desconectarse un día a la semana con unos libros, películas o lo que sea que lo entretenga de la realidad.

Siga odiando al gobierno, proteste y haga lo que tenga que hacer pero procure tener la cabeza fría mire que cuando uno se ofusca pierde, la gentuza progobierno apuesta a eso y por experiencia le puedo asegurar que las peleas que se hacen sin la ofuscación de la rabia son las que más fácil se ganan, la salud no solo está en el cuerpo, también en la mente y esa la necesitamos en perfecto funcionamiento para hacer lo que se tenga que hacer, así que no deje que la depresión le gane, yo tengo años peleando con ella un round cada vez, a veces gana ella pero siempre me levanto pues si bien no me puedo dar lujos caros (ni muy baratos tampoco) perder la poca cordura que me queda y terminar inservible es algo que de ninguna manera me puedo permitir así que hoy no escribo como profesor si no como paciente depresivo en pleno proceso de supervivencia e intento compartir mi estrategia, espero que les sirva de algo, un abrazo desde mi esquina.
José Ramón Briceño, 2016
@jbdiwancomeback
   

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