La gente anda loca, no es para menos, con la
situación nacional mucho han aguantado, desde mañana tendré que dejar encerrado
a mi gato, tengo la sospecha que algunos vecinos ya o ven con cara de gula. En serio,
con la carne a 1300 el kilo, 800 el café, 1500 las caraotas rojas pero 1000 las
negras, los sueldos siguen iguales y la inflación al parecer está empeñada en
romper los records, más allá de las iniciativas gubernamentales que no se ven
por ninguna parte, quizás lo único visible son las colas los días de compras e
igualmente en esos días he visto la cara de angustia de algunas señoras al
enterarse que no hay nada a precio regulado, se les ve en la mirada desencajada
con sonrisa forzada cuando le dan las gracias a uno por le información, se les
ve por encima la angustia de no tener que comer, cuando se supone que esa era
la razón máxima que alegan estos animalejos de rojo.
Últimamente he dejado que mis simpatías políticas
sean más que visibles. La verdad no puedo pasar junto a algún militar sin que,
de alguna manera pueda hacerle ver cuanto lo desprecio, así muchos estén en
desacuerdo creo que ellos o cuando menos lo que representan son los culpables máximos
de este desastre, decir las razones ocuparía mucho espacio, sin embargo solo
les digo que al haber aceptado ser subordinados de los cubanos perdieron toda
posibilidad de credibilidad, si a eso le sumamos que muchos también se
subordinaron al malandraje desatado y hasta cobran comisión por eso tienen más
que méritos para ser despreciados por muchos.
Quizás alguien se preguntará la razón de que a pesar
de todo lo mal que se habla de este régimen, aun pueda escribir por acá, la
respuesta es simple, soy un fulano más, no tengo el gran impacto en la opinión pública,
tampoco es que todos saben de mi existencia, de otra el cuento sería distinto.
Muchos piensan que la libertad es poder hacer lo que
queramos cuando queramos, en Venezuela tenemos ese espejismo, hay muchos presos
indefinidamente sin juicios ni formalidades, simplemente son recluidos en cualquier
sitio de espanto por orden de algún animal del Psuv , los demás somos reos del país, un día para
poder hacer compras de cosas reguladas, si es que hay claro, en cuanto a la salud solo tienes dos
opciones te gastas lo que no tienes en
cuentas de clínicas o usas el sistema de salud público, del que puedo dar fe de
la mística de los médicos y enfermeras que quedan (muchos emigraron o se fueron
al sector privado) pero sin insumos ni equipos mucho no pueden hacer, por
cierto a TODOS los empleados públicos se les suspendió el servicio de pólizas
privadas, así que ya no tendremos cobertura para nosotros ni para nuestros
familiares.
Si es ese asunto de la salud toca sumarle la ausencia
de medicinas, no hay, tanto así que ya están recetando las de uso animal, de
esas por lo menos todavía se encuentran e imagino que si mi gato se cura
seguramente a mí no me matará. ¿Viajar? No es imposible, pero sí muy forzado, aunque
sea hacerlo en autobús a cualquier playa, llevando todo en un par de cavas con
hielo, siempre será un gasto exorbitante para casi todas las economías.
En fin, se supone que la libertad debe ser un asunto
global, entre otras cosas libertad también significa tener opciones, estar
libre de tomar cualquier decisión en cualquier momento, no está única posibilidad
que ya ni es opción, lo que nos falta es el grillete en el tobillo para
terminar de sentirme preso, no creo que a la gente le agrade mucho vivir así,
sin embargo mientras los militares están dotados de privilegios cuan fuero
real, los grandes jerarcas tengan su patente de corso extendida a todos sus
colaboradores, la oposición siga creyendo que trata con gente honorable que
hará honor si por casualidad pierden en las elecciones, los pendejos sigan
creyendo que cualquier vaina será peor que esta quinta república, sobre todos
los más adultos cuya estupidez y resentimiento no les da para pensar que nunca
jamás en nuestra historia republicana fuimos tan pobres no tan mendigos como
hoy día.
Ojalá y cuando suceda lo que tenga que suceder mi
gente querida se encuentre entre los sobrevivientes, no entre las víctimas,
cuando el odio culmine tendremos otro país, no tan cordial pero si cuando menos
más avezado con algunas fórmulas para no permitir nunca más que los animales resentidos
de la “izquierda radical” vuelvan a ser ni porteros en un ministerio, suena feo
pero será la única manera, recordemos que lo mejor que sabe hacer la izquierda
es justificarse y acusar a todo el mundo de que ellos son los buenos, cuando la
historia dice otra cosa.
José Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback