Uno
de los fenómenos más interesantes que han sucedido en este país es la
masificación de la televisión por cable, el internet y la telefonía celular,
que de paso en los últimos años ha estado íntimamente ligada a los internautas
de las redes sociales, originando de paso una suerte de epidemia de idiotez
colectiva entre mucho solitario que tuitea y como le digan a los que usan las
otras redes. Aparte todo ha sido para mejor en eso de la información y hasta el
mejoramiento de la calidad de lo que muchos ven, como me hubiese gustado haber
conocido el cable cuando era niño, me hubiese ahorrado mucho programa malo,
además de que si nunca hubiese visto una telenovela, la cosa no hubiese sido
malo por cierto.
Entre
las bondades de todos estos adminículos con los que todos interactuamos a
diario está el poder asomarnos a otros mundos, quizás adivinar como en otras
partes viven, piensan, actúan, hacen arte, cocinan, beben y hasta hacen de
turistas. Cuando tuve la oportunidad comencé a ver con detenimiento trataban a
los compatriotas (del país de la televisora o periódico en cuestión) que habían
tenido cierto éxito, me fije que por cierto, nadie habla de “nuestro mengano o zutano
en la película tal” “pupukistan en jolibud” Nuestro mengano llega de nonagésimo tercero en
una carrera de diez vehículos”, nada, en los otros países le dan crédito a sus
connacionales, pero no se apropian colectivamente del éxito de ese personajes,
los nombran hacen cierta apología, pero hasta allí.
La
verdad siempre me incomoda como tratan a ciertos compatriotas, si bien es
cierto que se les debe un reconocimiento, no es menos cierto que los amigos han
hecho eso por si mismos, no pidieron (en los casos realmente exitosos) ayuda
gubernamental, nadie realizó colectas cuando le tocó trabajar de mesonero en un
bar, en fin, ese logro es de él, de ellos o ellas, menos mío ni de mis vecinos
y mucho menos de los canales de televisión local que exhiben su rancherío cerebral
cuando hacen sus comerciales.
Pensando
alrededor del tema me ha dado por creer que es un asunto de autoestima
nacional, no el éxito ajeno, es la falta de autoestima que sienten los
venezolanos (en este caso pero se replica en algunos otros países latinos), en
una nación que prefiere enaltecer a los milicos y olvidan que los próceres
civiles aun caminan entre nosotros, hacen un circo gitano con la muerte del
galáctico pero a JACINTO CONVIT ni bolas le pararon, se fue y a nadie del
gobierno pareció interesarle mucho la cosa.
Pagan
una millonada a un pana que está en la fórmula uno, (me quito el sombrero) pero
que parece tener problemas para no chocar con la ambulancia que se niega a
darle paso a ver si llega a la meta en algún momento mientras las universidades
son eriales sin presupuesto y los colegas de todos los niveles ganamos menos
que los obreros y es que para eso no toca ir a la universidad.
Imagino
que muchos países patrocinan a sus deportistas ,pero lo lógico es que el
personaje gane medallas y sea un héroe, aun creo que eso también tiene que ver
con que la delegación del país se traiga menos medallas que nadie en las
olimpiadas y celebren hasta los finalistas, mientras que otros países más
pequeño y unos más grandes, donde por cierto entrena gran parte de la
delegación criolla, se traen más medallas siempre y pareciera que aunque les
importa, solo son noticia si arrasan con el medallero, de otra, una palmadita
en la espalda y a esperar cuatro años más para traerse más medallas que nadie.
Mucha
gente se sorprende si alguien del exterior les ofrece algo, se creen la gran
cosa porque tienen tal prenda de vestir “importada” , cuando el valor lo dan
otros factores, deberíamos tener alguna cosa aparte del Ron y las mujeres que
pudiese cotizarse con los grandes de la moda, la tecnología, el diseño y pare
usted de contar.
En
fin “lo mejor es de afuera”, eso por supuesto se ha apuntalado en estos años,
¿la culpa? De todos, por ejemplo, el gobierno trae compañías Rusas y Chinas a
construir edificios, Cubanos enfermeros de curso dominical para venderlos como
médicos, gastando en ellos entre quince y treinta veces más de lo que les paga
a los médicos locales, Fidel es el protoheroe de la roboilusión, el ex no era
presidente, era comandante supremo galáctico como si de Lord Vader estuviesen
hablando, el otro lado tampoco se escapa, hay mucho seso hueco en las filas
opositores, la diferencia es que mientras estos tienen poquito, los otros se
rellenan de materia orgánica en descomposición.
Entre
las primeras cosas que debemos recuperar y apuntalar es el autoestima, eso le
hará muy bien al país, nos comenzaremos a exigir más cada día, seremos una
nación competitiva, de trabajo duro y resultados brillantes, no esta adonde los
común es no ser brillante y el falta de talento sea la excepción, no esta
regla.
José
Ramón Briceño, 2014
@jbdiwancomeback
Foto: @plurifotos |