Anoche
estaba escribiendo un nuevo post, la verdad ya no tengo tanto tiempo para
dedicarle al blog , sin embargo no pude escribirlo, me perdí en la línea quince,
no podía escribir nada serio ni mucho menos ecuánime por las cosas que suceden
en mi país, en mi ciudad, recibí llamadas de gente que vive cerca de uno de los
epicentros de la actividad opositora, además los mensajes que se reciben vía
redes sociales espantan aún más, preferí apagar la máquina y dejar para esta
mañana el articulo pues lo único que salía de mis dedos eran insultos de muy
alto calibre que si bien no matan a nadie tampoco me agradan mucho, esos mejor
me los guardo.
Pensé
durante toda la noche, busqué una razón para todo este carnaval de balas, creo
que lo que sucede es que todavía los opositores no nos hemos dado cuenta que
hay una guerra, cuando menos eso es lo que piensan desde el oficialismo. Ellos tienen
años preparándose, conversando, haciendo planes, fantaseando con eso, ninguno
de los fanáticos escapa a esa ensoñación “patriótica”
de salir a disparar para defender lo que ellos sienten y si encima de eso les
ofrecen inmunidad pues la tragedia de unos es la fiesta de otros. Como si ya el
asunto de matar no fuese lo suficientemente grave, se permite el vandalismo,
han aflorado TODOS los instintos sádicos de los esbirros, de los vecinos que a
lomo de moto andan “colaborando” no se puede decir menos, allí está la muestra
patente de la lucha de clases, que se parece más a la envidia que a otra cosa.
Una
guerra adonde el “enemigo” usa piedras y bombas molotov (adonde las hubiere) es
una fiesta para los “heroicos” defensores de este esperpento espantoso que
mientan revolución, la gente se pregunta hasta cuando, la verdad yo creo que
ese “hasta cuándo” será realmente hasta que no quede ningún ánimo de protesta,
hasta que la oposición tenga sus “contras” como en la Nicaragua de los
ochentas, cuando la guerra sea de verdad y los muertos del lado oficialista
sean más números rojos que del otro lado, la verdad no sé nada, sin embargo así
lo veo.
Cuando
los milicos se hacen de un brazo
ejecutor civil, al que mandan (imagino) a ablandar la zona, para luego entrar a
saco con balas, bombas y hasta tanquetas contra peligrosos criminales que si
acaso hacen un montón con basura para hacerles más complicada la entrada y de
donde nunca salen los disparos, esos que en muy pocas ocasiones , los de mi
ciudad, se defienden como deberían, seguramente son el motivo de la fiesta más
grande que ellos se pueden imaginar, ya que después de tantos años haciendo
nada por fin tienen trabajo, los de la guardia, los civiles siempre tienen pues
si no son mototaxistas, son atracadores y cualquier otra forma ilegal de
ganarse la vida.
La
violencia en todas sus formas me asquea, creo que siempre hay otra manera de
arreglar las cosas, no puedo pensar que existan algunos felices con esto
excepto los criminales, tanto los de uniforme como los que no lo usan. Me es difícil
pensar que los policías trabajen codo a codo con los malandros de los
colectivos, quienes a su vez son amigos de los que cada día matan funcionarios
casi que por gusto, para robarles el arme de reglamento que necesariamente irá
a parar a las manos de algunos de los “colaboradores” del régimen, lo más
gracioso del caso es que se creen émulos de los libertadores como dijo el infame aristobulo “Simón Bolívar no necesito
papel higiénico para hacer lo que hizo”, creo que el olvidó que fueron 20 años
de guerra donde la mitad del país mató a la otra mitad y donde hacer la guerra
no fue con molotov, ni camionetotas, tanquetas, uniformes vistosos, redes
sociales, motos, esbirros, soldados extranjeros, armas de repetición ni munición
a discreción, esa fue una guerra tan espantosa que difícilmente podemos
imaginar las cotas de maldad a la que se llegó, de lado y lado pues el mentado
libertador hizo cosas como matar a 200 españoles a cuchillo en una tarde después
del decreto de guerra a muerte, de paso no todos los españoles eran gente de
guerra, en esa escabechina se fueron más de unos cuantos vecinos cuyo delito
era haber nacido allá, fea la cosa. Otro detalle, todos peleaban, no había una
facción armada contra otra desarmada, más que una guerra esto es una cacería de
diversión para el gobierno.
La
cobardía del estado se puede medir en los muertos por su culpa, ya les llegará
el juicio popular, no saldrán bien parados, cuando esto realmente estalle lo
hará por todo lo alto, las payasadas de los gobierneros, bastante documentadas
por aquello de que ahora todos somos reporteros por nuestros teléfonos, la
gente harta saldrá a matar ya no a protestar, se defenderán , harán lo que se
les ha hecho, comenzaran a cazar a los “colectivos”, los muertos comenzaran a
tener rango y chapa oficial, en ese momento no habrá posibilidad de dialogo
pero tampoco habrá vuelta atrás, creo sinceramente que eso no lo quiere nadie,
sin embargo lo están pidiendo a gritos desde el gobierno, amanecerá y veremos,
si es que una bala se ocupa de que no veamos ni sintamos nada más, ustedes
saben la revolución es tan bonita como sus intenciones.
José
Ramón Briceño, 2014
@jbdiwancomeback
Foto: José Briceño @plurifotos |