Una
mañana vinieron a buscarme, aun era de madrugada y estaba oscuro, me decía una
voz que me apurase pues el camino era largo y tocaba ir deprisa , que tomara
mis armas (una espada sin filo que unido al mango tenia una suerte de maza
hecha de un material transparente , el cual servía como arma también) . Salimos
a la oscuridad y cruzaba un rio también oscuro que corría en una cueva. De la
nada salieron unos hombres con actitud muy violenta, en el forcejeo apuñale a
uno sintiendo como el puñal atravesaba la carne y partía huesos, el otro al
verse perdido gritaba que no lo dejasen pues no sabia nadar, yo a la misma vez
lo alejaba y decía que si se ahogaba gran cosa no se perdía, y así se fue
flotando sobre una maleta, resultaba que todos íbamos flotando sobre maletas
rígidas, de las usadas por quienes viajan en avión.
La
corriente de agua nos llevo a la orilla de donde salimos mojados (sentía que
eran varios pero no vi ninguno) , allí encontramos una salida, en el grupo iba
una joven con una espada, de esas que parecen de samurái, muy filosa y me decía
que si alguna cosa pasaba que la podía utilizar , pues ella no sabia como
usarla, que se la habían dado para defenderse pero temía el utilizar tal arma, recuerdo haber tocado
la espada, sacarla de su vaina y demostrarle a la dueña como de utilizaba la
espada y la vaina como arma defensiva, aun no sabia por que viajaba o por que
iba por ese camino, simplemente caminaba , era una ruta de montaña, con mucha
gente alrededor, me preguntaba que hacia allí pero como nadie me hablaba, nunca
decía en voz alta nada, simplemente me limitaba a caminar viendo hacia el
frente. En un momento dado una voz hablaba de mi país y mostraba en una suerte
de pantalla una imagen de una caída de agua con un pequeño rio al fondo, no se
por qué esa voz decía algo sobre la muerte de todos los peces y que esos eran
muy especiales pues a pesar de ser agua dulce parecían peces del mar, yo corrí
hasta un recodo a buscar un pez que había (pensaba) visto morir en el agua, lo
saqué con las manos y vi que aun respiraba, inmediatamente lo lancé al agua y
la corriente se lo llevaba rio abajo, pero decía que estaba atontado y que en
algún momento volvería a nadar normalmente. Luego me fui de allí y seguí
caminando.
En
una encrucijada donde convergían varios caminos de montaña, cuyo trafico era
intenso, habían caballos, carretas, gente de a pie y hasta ganado, allí había
una señora vendiendo café, esta señora resulto ser alguien conocido, cuando me
escuche preguntarle que hacia allí, si ella también había muerto, me comentó
muy sonreída que en ese mundo muertos y vivos se confundirán y hasta hablaban,
en ese momento entendí que estaba caminando hacia mi ultimo viaje, que estaba
muerto en mi sueño.
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