Mensaje
a los docentes Venezolanos
Últimamente
me he topado con una suerte de depresión colectiva, no hay un día que uno no
escuche alguna imprecación, que no lea en las redes expresiones de rabia, que
no mire a la cara de los peatones su incomodidad, eso por supuesto ha subido
los niveles de agresividad general y no es para menos, ya no importa cuánto
ganes, igual eres una suerte de indigente con sueldo y algunos beneficios (si
los hubiere).
Tanto
así que tengo días pensando en que quizás sea interesante parafrasear al
maestro Zapata y editar algún pasquín llamado “El Pelabola Ilustrado”, que
expresa realmente el sentir de los profesores de todo el sistema educativo en
este país. Llegaron las vacaciones y con ellas los pagos extras para “cubrir”
los gastos, todos los colegas esperan ese extra para viajar con la familia ,
hacer mejoras en la casa, comprar los útiles escolares o simplemente bebérselos
en su casa con los amigos , lo que sea, el asunto es que no alcanza ya para
nada, lo más indignante es quizás lo desigual de la escala salarial docente,
mientras un profesor de escuela (entre primero y sexto grado) en alguna escuela
de PDVSA gana alrededor de 15 mil bolívares, donde el cesta ticket es más de
cuatro mil, un profesor de la misma escala gana si acaso cuatro mil, en el caso
del liceo son cuatro mil ochocientos y en ningún caso el fulano bono de alimentación
sobrepasa los mil trescientos bolívares mensuales.
Con
una inflación de dos dígitos altos que hace que la cesta básica sea de por lo
menos tres veces el sueldo, no entiendo todavía que carrizo hacen los gremios docentes los colegas profesores, se vale jalar pero no
guindarse , se puede hasta entender que muchos a pesar de lo que pasa defiendan
las ideas de los jefes pero de ahí a soportar ser poco menos que mendigos hay
una distancia enorme.
No
pertenezco a ningún colegio ni sindicato ¿la razón? Está a la vista, nadie dice
ni hace un carajo por mejorar la situación económica de los colegas (incluyendo
claro la propia), no creo que nadie en su sano juicio pueda defender la
iniquidad de un sistema que le paga mejor a los obreros que a los profesores,
repito, no tengo nada en contra de la clase obrera, pero si tengo mucho en
contra de premiar la ignorancia y primar pasar un coleto antes que la de
generar conocimiento, lo primero lo puede hacer cualquiera, lo otro pues también
pero cualquiera que por lo menos se aguante cinco años de universidad más los
dos del posgrado para no ponernos tan exquisitos.
Cuando
uno vive en un país así es complicado no estar deprimido, es más, no puedes ni
pensar en emigrar pues un pasaje hasta alguna isla del caribe o un país vecino
no cuesta menos de once meses de sueldo, eso sin comer, beber, tomar autobús ni
ninguna de esas otras cosas naturales del vivir y aun así cuando por fin logras
reunir para el desgraciado pasaje todavía no te alcanza para el cupo de dólares,
si acaso el pasaporte no se te ha venido en el camino y toca volver a repetir
el ciclo pues ya lo que tenías reunido no te alcanza ni para el bus al
aeropuerto.
Ojalá
pudiera yo sentarme con los representantes sindicales para gritarles en su
cara, cuan porquerías son, más allá de su sesgo ideológico se supone que
debieran trabajar en función de mejorar las condiciones de sus agremiados pero
al parecer trabajan para hacer la pantomima y lograr que a sus agremiados les
sigan descontando del sueldo su cuota y los pendejos profesores sigan agremiándose
a ver si algún día les regalan su apartamentico o les permiten pasar un poquito
más de hambre mientras les descuentan de nómina por el aire acondicionado de “mi
casa bien equipada”, de mi pate reciban una cordial mentada de madre y si la
decencia no me obligase dejaría por escrito un largo rosario de insultos ,
aunque sé que no logro nada, por lo menos me queda el consuelo de haber
insultado a unos cuantos, cosa que mi depresión agradece.
José
Ramón Briceño, 2014
@jbdiwancomeback