Hace rato pasamos de largo el día
trescientos sesenta y cinco de cuarentena, sin tener aún idea de cuánto falta
para que la estela de destrucción termine con nuestro planeta, si bien hace un
quizás pensé que el coronavirus era la puñalada trapera que acabase con el
exceso de humanos que reptamos por este mundo, una solución maltusiana
destinada a equilibrar las cargas, esto de siete mil millones y sumando no lo
aguanta ningún ecosistema, digamos que la naturaleza ha tomado cartas en el
asunto, encontrándose de frente con el instinto de supervivencia de la especie
que a fuerza de tecnología hace el intento de salvar a la mayor cantidad de
humanos posible, por supuesto ante tamaño océano revuelto hay quienes hacen
fiesta.
Ahora no estoy tan seguro que el Coronavirus haga alguna diferencia en el equilibrio mundial y como si fuese descrito por un guion hecho a la medida de un marihuanero deprimido, cualquier cuarentón pobre a quien lo ha dejado la mujer, cualquiera de esos muchos que caen en el agujero de la depresión y que a media noche traman venganzas apocalípticas para terminar de una vez con su sufrimiento llevándose en el camino a la pérfida (recién) ex mujer (o novio uno nunca sabe) refugiándose en el sopor de una suma inconmensurable de yerba ingerida 24/7 por todas las vías posibles, es que necesariamente tiene que ser un fulano (o fulana para que no me acusen de sexista) que odie profundamente a la raza humana para diseñar tal destrucción, viendo el panorama de forma amplia entiendo porque nadie le ha parado el trote a tanto facineroso que anda haciendo de las suyas por el mundo, desde asesinos hasta gobiernos abiertamente narcotraficantes hacen y deshacen sin que al parecer a ningún país afectado le haya dado por organizar la respectiva escabechina, Venezuela, en el panorama mundial es apenas una molesta erupción ante los cataclismicos sucesos que se fraguan en el mundo.
Recién me enteré que van a vaciar los tanques de agua contaminada con la que enfrían el incendio nuclear subterráneo de Japón, el que quedó cuando un temblor fracturó las bases de la planta de energía termonuclear de Fukushima, si bien el grado de contaminación actual se considera moderadamente bajo, con ese vaciado los mares del mundo comenzaran a agonizar pues toca sumarle las millones de cloacas que en forma de rio desembocan en el mar arrastrando toneladas de detritus de esos siete billones de gentes ensuciando hasta por necesidad biológica , la gran mayoría ni se preocupa por reducir la contaminación de sus aguas servidas.
Presenciar impotente como matan
al mar causa el deseo (también imposible) de pensar que un meteorito debería acabar de
nuevo con toda la especie a ver si los próximos tratan más bonito al planeta,
lo que no se hizo en trescientos mil años lo hemos logrado como especie en
apenas unas cuantas décadas, lo peor es pensar que las mayorías del mundo
urbano, esos para quienes el mar existe solo
en vacaciones lamentaran no bañarse pero igual seguro habrán piscinas ,
sin mares con vida se extinguirá la vida de muchos más que por este supergripe
por la que todos andamos aterrados.
Si fuese una película al menos
queda el sentimiento de que a tres minutos del apocalipsis un héroe salva la
humanidad, pero es que ni Sandokan existe , este siglo XXI necesita a los
héroes de Marvel con los del otro estudio, juntos y montados en una larga
adicción que les permita estar despiertos los próximos quince años hasta
exterminar el mal definitivamente, así se necesite eliminar a casi toda la
especie por puro buenos , aunque parezca un silogismo, igual sería un
apocalipsis pero al menos el planeta tendría futuro, ahora se ve difícil. El
asunto al parecer no tiene que ver con la mortandad, quizás la anomalía
biológica que determinó que los próximos seres vivos fuesen tan diferentes a
los dinosaurios, si bien sabemos que hay animales que aún mantienen rasgos de
sus antecesores gigantes, tampoco es que los mamíferos hubiesen sido la norma
biológica en tiempos de los dinosaurios, algo pasó en el camino de la química
planetaria que se reinventó la vida luego que la naturaleza hiciera al menos
cinco eventos de extinción global sin que aparecieran mamíferos inteligentes ,
como los humanos.
Es más, hay científicos que datan
el planeta con poco más de un billón de años de antigüedad pero los humanos
apenas (y exagerando) tenemos doscientos mil años caminando por la tierra
acabando con todo a su paso. Pensar que los aparentemente locos que anunciaban
el fin de los tiempos bien podían ser el equivalente al bufón de Shakespeare,
seres aparentemente disociados que sin embargo dicen la verdad entre bromas que
la esconden a los oídos asordinados por su necedad y todo lo demás simplemente
el necesario ambiente para que la producción ganase veracidad, un mal reality
show en el que nadie paga pero todos cobran, una pelea de perros constante por
cualquier necedad , tanto así que descuidamos lo importante y como buena serie
de ficción el público al otro lado de la pantalla pasa toda la temporada
esperando el desenlace que se adivina desde el primer episodio , desde Caín y
Abel la cosa prometía violencia, sexo, envidias y muerte desde el capítulo uno,
Guerra de Tronos parecería Plaza Sésamo a cualquier astro vidente (teórico
espectador interdimensional), cuando la cosa aburrió por normalita aparecieron
los alienígenas , se fundaron pirámides con indígenas que cándidamente
destripaban semejantes por adorar un
dios imaginario y eso que estos fueron los últimos pues la historia está llena
de barbaros asesinos, guerras, intrigas, más sexo, drogas y Rock and Roll para
mantener enganchado a los espectadores.
Dentro de los límites de la
imaginación no hay límites, por ejemplo, el tiempo no es solo una medida
arbitraria que nos mantiene en perpetuo decaimiento, es también una atribución
propia de fuerzas cósmicas que no puedo entender, sin embargo los físicos
aseguran que es algo relativo a la física cuántica , tan misteriosa como
reveladora, en base a eso sabemos que existen otros planos dimensionales donde
tiempo y espacio bien pidieran significar cosas distintas a como la percibimos,
digamos que hablamos de una civilización antigua, quienes luego de veinte mil
millones de años de impulsar el intelecto descubren una forma de
entretenimiento barato y confiable, aparecimos nosotros en el panorama y quizás
hasta seamos parte de una cadena tipo Univisión que se ve desde México hasta en
la china pero en su equivalente del nivel interdimensional, lo que saca de
proporciones a la transmisión, estos seres además han aprendido a entender el
tiempo de modo tal que su cerebro pueda acceder a guardar datos a velocidades
imposibles para la lógica humana (la actual al menos) por lo que bien pueden
tener los episodios de cada temporada en bloques de mil años que en su
dimensión resultan ser los sesenta minutos de cualquier capítulo en Netflix .
Todo esto desde la lógica de la
física teórica contemporánea que ha determinado esta posibilidad como una
especulación altamente cercana a la posible realidad. En este caso ya deja de
importar mucho el asunto de temer a la muerte, eso lo determinará un guionista
, este de esta temporada parece especialmente sádico por la saña indiscriminada
de su inventiva, tanto que la lógica dislocada por la realidad responde a unos
cánones solo identificables como el manual de posibilidades alocadas que se les
ocurren a los escritores ahítos de tabaco, café y cannabis , en este caso solo
resta rogar haber sido construido por los guionistas como los extras necesarios
en cualquier trama de acción, al menos no de los que los malvados matan a
mansalva mientras el héroe los persigue, esta realidad parece una mezcla de
Indiana Jones reescrito a cuatro manos Luis Buñuel/Stephen King y dirigido por Tarantino.
Seamos sinceros, la tierra es un
planeta donde suceden tantas atrocidades que fácil podría ser un real TV de
alto costo. Aunque la lógica niega todo este razonamiento, no puedo evitar ver
con estupor como cada momento aparece
una noticia más retorcida, si no me creen dense una vuelta de estudio por algún
paquete de entretenimiento Premium , mientras en History Channel hay todo un
ejército de científicos que explican detalladamente como el planeta va a morir
en algún momento, le sigue un canal de turismo, un par donde dedican las 24
horas a contar como hay formas retorcidas de matar por mal gusto, cien canales
de caricaturas, trescientos de telenovelas a cual más truculenta que su
competencia, tantas películas donde la abrumadora mayoría son malas, tres o
cuatro canales de música popular , todos supurando tanta vulgaridad como
banalidad a pesar de que podamos pensar que es solo entretenimiento, solo unos
pocos toman en cuenta la cultura, todo esto es un espejo fiel de las cosas que
apasionan a los humanos, descubriendo facetas poco amables para con la especie
por cierto.
Todo esto supera con creces
cualquier ficción, sin importar otras consideraciones hay realidades que dejan
pálidas a series televisivas tipo Juego de Tronos, con todo y dragones, estoy
seguro que si revisamos con detenimiento las noticias de los últimos dos años
podemos hacernos una idea bastante cercana a cuanto se ha dislocado la
realidad, lo mejor es que al final tampoco es que importe mucho la cosa, igual
no hay escapatoria solo debemos entregarnos a la trama, quien quite ganemos
relevancia dentro de la trama y los guionistas interdimensionales sean más
amables con nosotros, mientras tanto unamos energías para ver si (física
cuántica mediante) podemos pasar las barreras tiempo/espacio de la cadena inter
dimensional para empujar a algún ejecutivo a poner reparo al guionista
deprimido que se empeña en sacarnos del juego de la forma más cruel posible,
así lograr que algún alma caritativa lo llene de Prozac, un nuevo renacimiento
no le caería mal a la especie.
José Ramón Briceño
14/04/2021
Post Data; La doctora Casiopea
Montiel (un alias, naturalmente no vamos a manchar la imagen impoluta de las
ciencias exactas), Antropólogo UCV y con
un doctorado a cuestas además de una dilatada carrera científica, asegura con
pavor el eslogan de un famoso canal de cable “Pasa en la vida, pasa en TNT”, la
doctora Montiel explica que la realidad está tan trastornada que todo parece
salido de una película de acción como las que transmite aquel canal, cuando un
científico dice tal cosa, mal veo mi cordura.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario