En estos días oscuros , donde nadie sabe en realidad
cuanto más jodidos podemos levantarnos al día siguiente ya que todo parece
apuntar que de alguna manera siempre estamos peor cada mañana, creo que ya ni
importa quien mande, luego de estos años de vivir en un mundo donde cualquier
cosa por más espantosa que suceda es ya “normal”, este domingo por decir dos
cosas, a las nueve de la mañana vi una mujer con la cabeza abierta , sentada en
la acera y ni un paramédico, según escuché fue que la tipa se atravesó al bus
que no tuvo tiempo de frenar por completo y para “buena suerte” de la señora
solo salió con la cabeza rota , no pude más que pensar en ¿qué terrible dolor
tendrá la dama cuando se le baje la descarga de adrenalina y comienza a doler
en serio? ¿Cómo hará para ir a trabajar o que mala suerte eso de ser
atropellado en Venezuela?, eso te pasa en USA y sales solo con la cabeza rota
mínimo te ganas una pensión adelantada gracias a la demanda que le ganaras al
estado. La verdad luego de lo espantosa de la escena (soy fotógrafo y es
complicado desligarse del oficio de mirar) con la dama de tez clara, cabello
crespo y rubio que no se veía nada
natural, bañada en sangre y esa cara de no saber ni creer muy bien lo que te
está pasando que todos tenemos justo después de semejante golpe (cinco
fracturas en mi haber lo atestiguan) a las diez de la mañana luego de estar con
mi hija, el cielo azul, el autobús sospechosamente amable, el tráfico con su
mínima expresión, todo como para ser feliz en vez de tener la insensata idea de
dar cabezazos a un autobús de diez toneladas.
La verdad mi primer pensamiento fue, “pobre mujer ,
ahora le toca estar en un hospital venezolano les juro que aparte de la razón
obvia por la cual no me gustan los hospitales y que creo muchos compartimos ,
está esa natural sensación de pánico de tan solo pensar que tendré que pasar
una temporada enfermo, sin medicinas, seguro, ni dinero (que ya es horrible),
está esa otra de saber que los hospitales públicos pueden ser una fuente de
inspiración sublime para los escritores de terror sin que tengan que apelar a
la imaginación, nadie cree que tantos horrores convivan en el mismo espacio y
nada cambie jamás, es como si de alguna manera los venezolanos estemos ligados
al horror como parte integral de nuestra genética , eso no nos deje nunca jamás
ser gente civilizada en todos los ámbitos , sin esta sensación de vivir en
medio de un burdel de frontera donde todos viven drogados con alguna cosa de esas
que vuelven locos furibundos a todos los que las consumen, además borrachos y
de paso molestos, una combinación que pinta muy bien la sensación que se
respira por acá.
Quisiera decir que no éramos así antes de que el
Psuv se halla robado el estado de cordura nacional, la verdad es que nunca
hemos dejado de tener esa compulsión sórdida, solo por nombrar el siglo XX que
si le metemos tiempo más atrás en nuestra historia podríamos asegurar que los
horrores siempre han existido, desde
caribes caníbales, españoles abominables, enfermedades, esclavitud, guerras
muchas guerras, olvidados del mundo, tanto que ni siquiera hubo ruta
interoceánica hasta finales del siglo XVIII (que tres siglos existiendo a la
sombra es muchísimo tiempo e indicativo del poco aprecio por parte de la
corona), cien años de guerras y guerritas que cíclicamente mataban a la mitad
de la población sin que apenas a nadie le importara fuera de las fronteras, de
hecho los periodos que pareciéramos ser de lo más razonablemente civilizados comparten
ciclos históricos con otras dos dictaduras militares donde ni siquiera hubo la
mitad de muertos por represión que las sufridas por las dictaduras similares
por parte de nuestros ahora muy civilizados vecinos de frontera (por decir solo
dos), el análisis también contempla la posibilidad de que quizás el país sea
feliz cuando las dictaduras solo quitan libertades pero compensan en lo
económico que es otro aspecto que atañe a nuestra concepción de civilización.
Como la que cerró las puertas al siglo XIX en cuanto a las guerras y comienza
la época de oro del petróleo , pagó totalmente una deuda externa que debía el
país desde cien años atrás , no había más que aisladisimos casos de crimen y
comparándolos con estos tiempos hasta la miseria era más llevadera que ahora.
Eso fue con Juan Vicente Gómez, años después estuvo Pérez
Jiménez y también fue de relativa calma nacional, con múltiples cosas que
gritaban que el país si bien era una cosa de miedo por la seguridad nacional también
se miraba el progreso en todas las esquinas. Pasaron estos y el asunto comenzó
a tornarse un poco más enrarecido cada año, como una enfermedad de ciclo muy
lento que de tan poca la velocidad de evolución de esa enfermedad solo te das
cuenta muy tarde, sin embargo repito, la miseria fue muy llevadera pues quien
ganaba un poco en realidad le alcanzaba hasta para tener ciertos lujos, se de
gente que por aquellos años no tenía donde vivir y sin embargo podían pagar
giros de un carro 0Km comprado el año pasado, ahora quien gana mucho, muchísimo
no podría pagar los giros de un carro nuevo sin haber vendido hasta las
amígdalas para poder dar una inicial grosera, ni comer opíparamente pueden los
profesionales universitarios.
Hasta que aquella enfermedad hizo una pausa
momentánea en su curva descendente y sin aviso previo se volvió metástasis, en
estos momentos vivimos los espasmos previos a la muerte del país entero, mi
esperanza es que la vida después de la vida pueda aplicarse en el país, se
supone que por allá se busca el cielo. En estos tiempos tan espantosos donde es
complicado olvidarse de que vivimos en un universo paralelo donde se concentran
buena parte de los horrores posibles de la humanidad, en este momento
histórico, estaba leyendo mi twitter y veo que una publicación de carácter
nacional, de larga data libertaria, de fuerte medio que no le ha tenido miedo
al gobierno a pesar de todos los atentados y afrentas sufridas por parte del
gobierno nacional, tiene como una noticia destacada del día, un muy ameno
articulo donde declama las virtudes de comer moras azules , ¿díganme por favor
que eso no es una vaina que solo sucede en un país loco?
José Ramón
Briceño, 2017
@jbdiwancomeback
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