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jueves, julio 23, 2015

Crónica de la fatalidad recurrente

Historia de la normalidad venezolana

Fernando Perez tiene veinte años, está en el octavo semestre de ingeniería en una universidad pública, es un tipo normal, sábados de cerveza, domingos de flojera, viernes de parranda y el resto de la semana estudios con una que otra escapada ocasional, tiene una novia llamada Martha Ramirez, ella también estudia en la misma universidad, sin embargo ella cursa una carrera administrativa, él es opositor ultroso ella por el contrario está inoculada con el virus del socialismo, hace vida política en su comunidad, pertenece a una unidad de combate electoral , en su casa le tienen hasta un altar al comandante eterno.

Como ya es de esperarse a los padres de Martha no les agrada mucho el novio, dicen que es un patiquín del norte de la ciudad cuya familia vive de las miserias de la clase pobre, claro, ellos viven en una zona populosa de la ciudad, de esas donde no es raro oír disparos a media noche ni motos en estampida, por lo que hacer reuniones o llegar tarde a casa es cosa riesgosa, mientras el joven novio vive en una zona clase media de las típicas venezolanas donde todos se creen descendientes de la realeza y sin embargo viven con las mismas angustias de la otra clase menos favorecida.

Lo que los padres de la joven no saben y a Fernando le da fastidio explicar es que su padre y madre también son de extracción humilde, ellos nacieron en un barrio pobre de la capital, sin embargo a fuerza de estudios y trabajo los viejos fueron ascendiendo en la escala económica, fueron cuidadosos hasta para tener hijos pues estos llegaron cuando la familia tenía casa y negocio fortalecido, lo que le permitió a la familia crecer con cierta holgura a pesar de los vaivenes de la economía nacional. Por esa es la razón para que Fernando estudie en una universidad pública y vaya como cualquier otro pues al padre de este no quiere permitir que el joven olvide sus raíces, evitando de esa manera que creciera convertido en una suerte de monstruo creído por el dinero que ganaron sus padres, como hay tantos en la ruta.

Martha se hace la vista gorda con el asunto político, ciertamente en algún momento fue activista, participaba desde pequeña en los llamados círculos bolivarianos de la mano de sus padres, creció admirando la figura del presidente, sin embargo cuando conoció a su actual novio, este la encandiló con su verbo e inteligencia, evitaban el cuento de las ideologías para no perturbar la calma del amor, sin embargo ella notaba cierta incomodidad cada vez que el joven la visitaba en casa de sus padres, este evitaba a toda costa pasar mucho tiempo allí, pero el amor como cosa mágica todo lo puede, pues se encargó de que estos muchachos se enamorasen sin parar mucho a lo que teóricamente les impediría, una vez que se hicieron pareja fueron distanciándose de los amigos políticamente incomodos para ambos, discutían pocas veces sobre ese asunto, poco a poco, cuando la razón pudo más que la costumbre, Martha llegó a pensar que su novio tenía razón, ella observaba como poco a poco la familia del novio iba perdiendo poder adquisitivo, ya no habían las cosas lujosas de al principio.

Ahora que Martha manejaba un poco más las teorías administrativas veía con absoluta sorpresa  como la economía del país estaba en franco declive, eso traía peleas en su casa pues sus padres decían que cualquier cosa era mejor a la dictadura de la derecha, cerrando sus oídos a las sensatas palabras de la joven quien al final resolvió nunca más discutir con sus padres sobre el tema, no tenía sentido y además creía que poco a poco dejaba de admirarlos pues una vez que los comenzó a comprender y se asomó al abismo de su poca inteligencia, se aterró, eran sus padres y como tal los amaba, por tanto tocaba aguantarlos .

Una tarde de marzo, Fernando le pidió matrimonio a Martha, fueron felices, se escaparon de la universidad, total, estaban en tesis y ya de salida, fijaron boda para el año entrante de manera tal que les permitiese reunir dinero suficiente para una ceremonia modesta pero rodeados de amigos y parientes queridos, salieron a comer en un restaurante lujoso, tomaron vino, se rieron, se besaron y hasta alguna que otra travesura bajo el mantel.

Salieron a buscar el carro, en ese momento salía un tipo de mala catadura, tenía una franela roja e iba montado de parrillero en una moto, les gritó que eran unos sifrinos de mierda que viva mi comandante maduro, acto seguido una lluvia de metralla acabó con celebración y la vida de ambos muchachos.
Según el informe preliminar el autor material era un Pran que esa noche andaba de fiesta en el este de la ciudad, andaba molesto por que los guardaespaldas de un alto funcionario lo habían echado del restaurante donde pretendía que le pusieran música vallenata a todo volumen, que no estaba detenido pues una ministra encargada del asunto penitenciario había dado el permiso, teóricamente para negociar la paz dentro del penal adonde él era jefe.

Tres horas más tarde, cuando la policía levantó los cuerpos e hizo los contactos pertinentes con las familias de los fallecidos, al padre de Fernando le dio un infarto que tardó unos días en matarlo de la tristeza , la madre vendió hasta las tazas para el café , se mudó de país con los hermanos restantes y el alma reducida.

 La familia de la joven se tragó su patria, en medio de la conmoción por la muerte de Martha, un vecino que había crecido con ella entre juegos y escuela pero que al crecer decidió seguir los malos pasas de los mandamases del barrio, le explicó al señor Ramírez quien había sido y cuál era la verdadera razón de la muerte de su hija, además del porque nunca pondrían preso al responsable pues era un protegido del alto gobierno, en un arrebato de furia varios familiares cercanos quemaron en una pira afiches, altares y hasta una constitución, del señor Ramírez  lo único que se sabe es que ahora es alcohólico, la señora  vive en tratamiento psiquiátrico, sus hermanos han ido emigrando, otros familiares cercanos que ahora son parte del gobierno tienen prohibida la entrada a la casa de la familia Ramírez por considerarlos cómplices.

 Por ahí me contaron que al señor lo sacaron a empujones de un bar cuando comenzó a gritar a una comisión policial que eran una mierda y que al parecer eso de tener patria quedaba mejor en la entrada de un pozo séptico, que su patria se a podían meter por donde les cupiese y que el socialismo solo sirve para matar, nunca más para construir, lástima que no lo pensó hace veinte años.

Lo que leyeron con anterioridad es pura y absoluta ficción, el hecho de que lo podamos leer como algo factible nos da una dimensión de lo trágico que es vivir por acá donde la impunidad, la idiotez y la ignorancia se dan la mano para aterrorizarnos a todos sin distingo de clase social raza o credo.
José Ramón Briceño  , 2015

@jbdiwancomeback


miércoles, julio 22, 2015

Postales de mi ciudad

He tenido la sensación de que existe una relación directa entre las calles y sus habitantes, en cualquier sitio adonde he ido lo primero que observo con detenimiento es cómo funciona el tráfico, la manera de comportarse tanto de peatones como de los conductores y de ahí he sacado siempre una tesis más o menos ajustada a la realidad de la forma en que funciona esa ciudad y del grado de civilismo tanto de los ciudadanos como de los gobiernos locales. Si no me creen hagan un ejercicio de memoria, salgan a la ciudad y deténganse un rato a ver alguna avenida principal, visiten una plaza o algún espacio público, verán que tengo razón.

Venezuela no es la excepción, en esa relación ya todos conocemos la anarquía de nuestras calles, entre motorizados, mototaxistas, taxistas y autobuseros hacen que manejar por las calles sea un acto temerario, de hecho yo me niego a manejar, alguna vez tuve licencia y en alguna parranda la bité junto a todos mis documentos, renové todos los papeles excepto la licencia, esa negativa me ha traído hasta problemas con las distintas novias que, acostumbradas a que los hombres sean sus choferes se indignan cuando me niego a manejar simplemente porque no me da la gana, prefiero restar problemas a mi estrés que sumarlos por asuntos de ego.

En la ciudad donde vivo no es la excepción, es una locura. En esa onda de hacer comparaciones entre el comportamiento de las calles y los gobiernos se me ha ocurrido una alegoría perfecta. En mi ciudad como en todas las ciudades y pueblos del país hay una Plaza Bolívar, la de Maracay fue por mucho tiempo la plaza más grande de latinoamerica y hoy mantiene el sitial como la Plaza Bolívar más grande del mundo, orgullo del estado Aragua. Hace poco fue restaurada, con algunos errores pues el alumbrado de la plaza que es hecho con unos hermosos postes de bronce importados por el general Gomez a principios del siglo XX desde Italia fueron cruelmente pintados de negro por alguna iniciativa de los muy bestias, en vez de pulirlos y agregarle alguna resina que los proteja de la interperie prefirieron pintarlos para ahorrarse algo de dinero.

La plaza está custodiada por unas personas de uniforme, no son policías pero lo parecen, andan desarmados pero son los vigilantes perfectos, hay como cincuenta en cada turno y al parecer se esfuerzan bastante en hacer su trabajo, en principio no tiene gran problema y hasta se agradece la vigilancia en este país donde los criminales te acechan en cualquier parte, la cosa se pone álgida cuando comienzan las prohibiciones.

No puedes pasar fumando ni por la acera del frente, están prohibidas las reuniones de más de tres personas en la plaza, más de una vez me he peleado con gritos y demás con esos funcionarios idiotas que no entienden que ando con un grupo de mis alumnos de fotografía, aprovechando el aura de seguridad que emana del espacio público para hacer las practicas, no dejan que los niños patinen pues alegan que dañaran los mosaicos del piso, bien vale la prohibición a los jóvenes que hacen piruetas y cuyo peso podría fracturar una baldosa pero a u niño de apenas seis años que si acaso rodará y el mayor efecto lo hará con las rodillas cuando se caiga de los patines o de la bicicleta no hará daño alguno, hasta los he visto (a los vigilantes) prohibiendo a la gente que se acerque a la fuente, quien sabe por cual razón.

Si hablamos de las glorietas están terminantemente prohibidas para todos, si pasas a hacerte una foto, sale de la nada un vigilante con un papelito para exigirte que salgas de allí, que allí no se puede estar, no he hecho la prueba pero creo que si voy con alguna franela alusiva a la oposición me sacaran de allí a trompadas sin derecho a réplica. El mensaje pareciera ser, pasa a la plaza, mírala pero no la uses,  no traigas a tus hijos que la contaminas, no hagas nada en ella pues tenemos que mantenerla impoluta, si tienes familiares paséate por el frente, no sabemos si ese es un grupo opositor que viene a matar iguanas y ardillas para acusar al gobernador de venderlas en el mercado negro como sustituto del pollo o si por el contrario vendrás a comerte los mangos o a ensuciar la memoria del comandante eterno con tus pensamientos obscenos.

El funcionamiento de esa plaza creo que sería una muestra tangible tanto del civilismo de los habitantes que prefieren no ir antes que pelearse con los “vigilantes” y mas importante, del talante del gobierno que te prohíbe todo con tal de lograr sus fines, una parábola del pensamiento de esta izquierda retrograda que nos ha tocado en suerte, además del retrato de un estado policial donde solo los pendejos (como uno) es afectado pues estoy más que seguro de que los altos funcionarios jamás pasarían por el incordio de decirle a sus hijos que no pueden usar los patines, la patineta o la bicicleta en la plaza pues está prohibido y vaya que mi papá me llevaba a la plaza a pasear con mi triciclo hace más de 35 años, era bella y no tenía mil vigilantes ávidos de “poder”, pero eran otros tiempos y hasta otra República que por cierto me gusta más que esta en la que vivo.
José Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback

Plaza Bolívar de Maracay, foto: @plurifotos



martes, julio 21, 2015

Los que han logrado escapar


Hace unos días leí en un muro de Facebook que alguien estaba molesto pues escuchó aun conocido que vino al país de visita y habló muy mal de cómo van las cosas en Venezuela, otra persona le respondió que si es una mala costumbre del venezolano habar mal de su tierra, esa persona dice ser chilena de nacimiento, imagino que de alguna familia de las tantas que se exiliaron por acá cuando la cosa se les uso muy dura a ellos entre los militares y la izquierda ultrosa que los gobernó. Ciertamente es raro escuchar un inmigrante que no recuerde con cariño su patria, sin embargo tengo la idea de que la mayoría emigró, no escapó, en esos casos la nostalgia gana.

Alguna vez tuve la oportunidad de reunirme con algunos compatriotas en el exilio, en muchos casos me buscaban conversa para saber cómo van las cosas en el país pues casi todos tenían mucho tiempo afuera y una de las “terapias” usadas para vencer la nostalgia es intentar olvidar, pues es sencillo quedarse atorado en el fanatismo vía redes sociales cuando lo más sensato es entrarle al empleo en ese nuevo país, cosa que por lo general consume todas las energías disponibles de cualquier mortal, además adaptarse a una idiosincrasia diferente es un asunto sumamente complicado así todos hablen el mismo idioma, si es otro el idioma la cosa es más difícil y estar pendiente de las cientos de atrocidades que suceden cada día acá no lo hace más llevadero.

Casi todos los que conozco, esos que han emigrado, en algunos casos de manera apresurada, sin plan ni norte , más allá de escapar del país. Otros en cambio se tomaron su tiempo, hicieron planes, contactos y hasta empleos encontraron mucho antes de tomar el avión, sin embargo casi todos tienen en común algunas historias de pavor, atracos, hambre, secuestros, tristezas y hasta asesinato de seres queridos, por tanto en todos los casos piensan que han escapado de la bala o del puñal, el avión es un refugio malquerido que los aleja de sus querencias pero les asegura la vida.

Tengo la creencia de que los compatriotas que hablan mal del país lo hacen como aquellos que han pasado por un divorcio caótico, de esos donde la mujer o el hombre son quienes ejercen la violencia como modo de expresar su amor, de esas que persiguen, fiscalizan y hacen escándalos en cualquier lado, que aun a pesar de estar divorciadas y legalmente desvinculadas poco les importa investigar donde está el infeliz incauto con alguna novia para tomar por asalto el sitio solamente para hacer algún tipo se show que los avergüence a todos, con la diferencia que si hacemos la alegoría con el país tenemos que sumarle a esa bárbara salvaje y loca mujer un ejército de guardaespaldas que además tienen de su lado a jueces y policías , razón por la cual andas en total desventaja, en estos casos la única solución es poner tierra de por medio.

Cuando estás en otro país y ves que no hay racionamiento de nada, que encuentras de todo en cada esquina, que comer con tu sueldo no es nada del otro mundo, la leche existe, los granos no son para ricos (eso de las lentejas a 900Bs. Es una grosería mayúscula), que puedes pensar en un futuro con tu trabajo, que un robo es parte de la mala suerte y no una ruleta bastante factible en cualquier sitio adonde estés y lo contrastas con lo que has dejado atrás. Todas esas consideraciones bastan para que consideres a tu patria además de mala gente un peligro potencial.

Si le sumas, que la dirigencia gubernamental tiene 16 años ganando elecciones fraudulentas, la oposición pareciera negociar con ellos todo el tiempo, que no hay salida electoral a la vista de todos los fraudes que suponemos deben existir, que los organismos que debieran protegernos son socios incondicionales de todo lo criminalmente posible en esta tierra, caramba, es muy difícil no hablar mal de todo esto, sobre todo cuando miramos con estupor como a pesar de toda la porquería que nos sucede a nadie pareciera importarle, hasta defienden la gestión del gobierno para acusar a cualquiera que les digan que tienen que acusar de su miseria, sin ver que ellos mismos, con su apoyo irrestricto han colaborado sin pausa a lograr que la Venezuela del siglo XXI sea más parecida a la del siglo XIX pero mientras la guerra de independencia mataba a todo aquel que se tropezara, sin importar mucho el bando.

No es que me agrade escuchar o leer como se habla mal de mi país en ninguna parte, tengo claro que hay muchas cosas que me encantan, sin embargo he tenido que dejar de disfrutar de la mayoría de ellas gracias a todo lo descrito con anterioridad, sin olvidar claro que mi sueldo de maestro no me alcanza ni para un octavo de mercado pues está más de un 80% por debajo del costo de la canasta básica. Toca estar claro en que quienes escapan del infierno no tienen buenos recuerdos de él, quienes han pasado por situaciones de estrés continuado les es complicado tener pensamientos amables pues en su mayoría están tan distantes en el tiempo que su corazón está más ligado a la repulsa que al amor, cosa normal, como en algunos divorcios.
José Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback






domingo, julio 19, 2015

Reflexión dominical (I)


Hoy amanecí con un ataque de dudas, el mundo tiene cosas maravillosas pero también un largo etcétera de cosas espantosas que son aceptadas como buenas, sin que a nadie más le llame la atención lo terribles de ciertas acciones, por ejemplo los religiosos. Mientras mi hija estaba haciendo la primera comunión, yo sentado tres metros más allá haciéndole fotos y alegrándome por la inocencia de su felicidad, por un rito que si a ver vamos no es la gran cosa en la vida diaria, no creo que dios esté exigiendo esa pompa para escucharte, además entre tanta gente gritando que su religión es la verdadera, uno nunca puede estar muy seguro de a quién van dirigidas nuestras oraciones.

El cura, a quien jamás había visto ni escuchado, hablaba sin para las mismas cosas acostumbradas para la ocasión, todo iba normal hasta que escuché al cura hablando de comer su carne y beber su sangre, a mí me espantó lo antropofágico del discurso, casi me levanté a gritarle cuatro cosas en público, remendarle la plana, no puedo tragarme toda esa perorata de sangre, dolor, clavos y purificación, no es que me desagrade la figura de Jesús, me molesta que la iglesia pareciera regodearse con cierta dosis de morbo de la figura del resucitado.

Lo más sorprendente es que el común de los mortales piensa que solo crucificaron a Jesús junto a los ladrones, como si ese suplicio hubiese sido nada más para ellos tres y no para los cientos de miles que seguramente los romanos clavaron durante su estancia como invasores de esa parte del planeta. Puedo entender las parábolas con respecto a la bondad y demás valores cristianos, pero no me imagino tener como icono religioso una guillotina o una silla eléctrica como recordatorio de mi fe, me pasa lo mismo con la cruz y la imagen del crucificado, en algunas iglesias lo que falta es el tobo recibiendo la sangre que mana de los pies del resucitado con música angélica y un coro de beatas cantando ritmos de alabanza, no sé, me parece muy morbosa la imagen por aquello de los detalles, la sangre, las marcas y la expresión de sufrimiento resignado que exhibe la imagen.

Los evangélicos tampoco se salvan, una noche mientras iba en un taxi a llevar a mi hija a su casa, el señor resultó ser un cristiano de biblia en el tablero del carro, calcomanía del pez en el parabrisas trasero, imprecaciones “alabado sea dios” (¿pero ese cabrón es un desgraciado, vio cómo se atravesó señor?) y una estación de radio del mismo corte religioso-fanático. Desde el aparato de radio se escuchaba música de distintos ritmos pero con la misma tónica en sus letras, cosas de alabanzas en ritmos caribeños suenan exageradamente raras para unos ritmos con otras connotaciones de pista, baile y sudor entre miembros de distintos sexos (para mí cuando menos, otros gustos, otras ideas), sin embargo colmó mi paciencia una balada, cuyo coro decía algo así como báñame en tu sangre señor”, no pude menos que fruncir mi nariz por imaginarme bañado en sangre de nadie, aparte de lo antihigiénico del asunto tampoco es que la sangre huela o sea muy limpia que digamos.

El asunto es que ambos espectros de la religión cristiana parece que el asunto de las ideas progresistas que se adivinan tras el discurso y palabras del mismo Jesús, no son importantes, lo realmente importante es hablar de la carnicería y hacerla parte del imaginario colectivo, además de esta espantosa intención de humanizar el sufrimiento.

De los musulmanes no hablo pues no conozco sus rituales, sin embargo no puedo dejar de asquearme cada vez que leo de algún atentado, una balacera, el pase a cuchillo de poblaciones enteras no musulmanas, la trata de blancas con que sus feligreses tratan al género femenino, ese afán de someter y obligar a todos a creer en su religión, como si ellos tuviesen conversaciones privadas con su dios y eso les de la potestad para destrozar a todos los que no crean en ellos, que abominables son de verdad, es complicado para mi relacionar a estos animales fanáticos con los árabes aquellos que inventaron el concepto de los números, hasta la noción del vacío absoluto que responde a “0”, los avances en cuanto a la escritura, ellos ya hacían poesía antes que los europeos descubrieran que se podía escribir sobre piel curtida, lo que me habla de un pueblo culto e inteligente, no ésta manga de fanáticos religiosos a quienes les hace falta una dosis extendida de algún ansiolítico para elefantes.

Este día del niño me parece que todos, no importa cuál sea su sino religioso debemos pensar un poco más en el sentido de nuestras acciones, no creo que esforzarse en recordar lo más trágico de cada religión o practicar la intolerancia por asuntos de fe individual o colectiva haga este mundo algo mejor, al contrario, dos  mil años de locuras religiosas han hecho prosperar los cielos ávidos de almas arrancadas a todos los bandos por acciones “liberadoras” de las distintas religiones, quizás todo esté bien y sea parte del negocio celestial y yo esté condenado de antemano por no creer, cuando me muera espero poder avisar en público y con todos los detalles, hasta entonces todo es una duda no confirmable  sin posibilidad de aplicarle método científico alguno.
José Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback




sábado, julio 18, 2015

Antes del día del niño


Comentaba con una abuela entristecida por que su única nieta emigró sin fecha de regreso hacia el otro lao del mundo, que ahora la juventud vivía molesta gracias a los pediatras, esos doctores con sus consultorios pulcros, llenos de juguetes con decenas de madres y sus retoños esperando consulta, donde se escuchan las historias más fanáticas que se puedan concebir, allí uno ve a las señoras muy orgullosas mostrando nos niños de más de un año que no comen más que la leche materna, otras con bebes eternamente llorosos pues a los seis meses los castigan con solo formula y algunos amagos de comida sólida. No es de extrañar que esos pobres niños crezcan con rabia acumulada, gracias a la sabiduría de los pediatras que les prohíben a las señoras hacer lo que nuestras abuelas hicieron con uno pues según los muy doctos hombres y mujeres de ciencia, nuestros niños son muy débiles y todo puede atentar contra su salud.

En mi caso, la verdad jamás le hice mucho caso al pediatra, creo que eso debió haber pesado bastante en mi divorcio de aquella señora que es la madre de mi hija, fueron peleas antológicas cuando entre la suegra y yo le dábamos a escondidas comida solida a mi hija de solo un par de meses o cuando ya hasta el cuello económicamente hablando pues la niña se tomaba una lata de formula al día, decidí de manera unilateral, con el apoyo de suegras y abuelas darle leche completa antes de los tres meses de nacida pues mi adorada bebé vivía con hambre y ya los engaños de agua de cebada o de cebada molida no hacían efecto, esa muchacha lo que tenía era hambre, así tuve que para por el incordio de visitar al pediatra y mentirle descaradamente para salvar la honra de la madre frente a la horda de señoras fanáticas que hace antesala en todos los consultorios pediátricos del país, para mí siempre fue una tortura hacer antesala en esos sitios.

En fin, haciendo esta reflexión pienso con preocupación y mucho de angustia en esos otros nuevos padres que se estrenan cada día, si hace once años era complicado esto de tener hijos, cuando comprar pañales, leche, champú, jabones y hasta detalles para el bebé era un asunto de moverse al supermercado más cercano, quizás la parte complicada era la de saber cuál marca de pañales no le daba alergia al niño, el mercado siempre podía tener carnes, pescados, verduras sin que esto supusiera quedarse sin comer otras cosas. Ahora donde hacer mercado es un asunto más de constatar las miserias que otra cosa, debe tener al filo del suicidio a muchos padres y madres responsables.

¿Qué se sentirá tener un hijo y no poder darle de comer?, esos estúpidos que dicen que en la cuarta República se comía perrarina ¿se habrán dado cuenta que ahora ni eso pueden hacer los muy pobres? ¿Qué ya ni vegetales se pueden comprar? ¿Qué una lata de sardinas cuesta más de 200 bolívares? Esa que antes uno le compraba a sus mascotas por ser lo más barato.

Yo me niego a creer que la gente no tenga cerebro para pensar que nuestra miseria no es culpa de nadie más que de nosotros mismos, mucho se quejaban de que la culpa de la debacle económica de los años noventa se debió al despilfarro de nuestros recursos petroleros por parte de los adecos o los copeyanos, pero esta gentuza del gobierno lo hizo peor, se rumbearon los millardos de los petrodólares, ahora no hay ni siquiera para importar medicinas, se comprometieron a impulsar el campo, lo expropiaron, ahora son tierras baldías donde el monte es lo único que crece allí, la carne vacuna desertó gracias a las vagabunderías de los funcionarios y lo poquito que se salvó de las marabuntas socialistas no alcanza para todos.

Estoy seguro que en cualquier momento le declaramos la guerra a Guyana por el territorio en reclamación, ese mismo que el galáctico regaló hace unos años en cadena nacional como el buen traidor que siempre fue y que su heredero a su vez utiliza para intentar desviar la atención de nuestras miserables existencias como sub-esclavos del socialismo, recomiendo a mis lectores buscar información de la guerra de las “Malvinas” con la que los barbaros milicos argentinos pretendieron hacer que su gente les quisiera ya que la teoría es que con un conflicto nacional todos terminan por unirse en pos del nacionalismo, sin embargo como los muy imbéciles de acá no leen tampoco han de saber que esas estrategias acaban mal, tal y como les pasó a los milicos del sur.

Volviendo al tema de los niños hambreados por el pediatra y su rabia acumulada, debo confesar que esa rabia acumulada sumada a la otra de la impotencia por ser pobres más allá de la lógica nos dejará por varios años una herencia de violencia, cuidado si la muy pregonada posibilidad de guerra civil declarada (pues gracias al hampa y a la inutilidad de los funcionarios del orden acá se mueren más que en cualquier guerra en el mundo) se hace presente con una virulencia inusitada, ojalá podamos escapar antes que todo explote.
José Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback




jueves, julio 16, 2015

El laberinto venezolano


La guerra está instalada entre nosotros, no hay un día que las noticias no llenen de espanto a todos aquellos que como yo fuimos educados para otra cosa, la economía de menestrales nos tiene al borde de un colapso nervioso, ya no como individuos, más bien como colectivo, no hay reunión en que el tema de la emigración no esté al día, no hay amigo que no esté viendo como irse del país, algunos de manera irreflexiva bajo el paradigma de que más jodidos de lo que están acá es difícil estarlo en otra parte, los menos con plan, títulos y esperanzas, por ultimo esos que como yo soñamos con un pasaje de avión aunque necesitemos endeudarnos para lograrlo, llevarnos a los hijos por lo menos, regalar lo que no quepa en la maleta y hasta botar los zapatos en el avión para no llevarnos de acá ni el polvo de nuestra tierra, no es que seamos malagradecidos con el sitio que nos vio nacer, es que después de tanto desaliento, es mejor romper lazos, quizás en 10 años la nostalgia gane y vuelva a tener amor por mi tierra, es una suerte de divorcio mientras se está enamorado y hasta que pase el despecho es mejor cortar toda comunicación.

Tengo la certeza de que debemos estar peor antes de comenzar a estar mejor, hace días un amigo que vive fuera del país vino a visitar a su familia y afortunadamente me invitó, entre las mil cosas de las que comentamos hubo una pregunta en especial que me hizo, ¿Dónde estará el punto de quiebre?, ese momento álgido donde todos deciden patear la mesa, olvidarse de las formalidades y quemar hasta la partida de nacimiento borrando de paso todo vestigio de tanta infamia, para poder volver a ese país que teníamos antes de esta debacle donde los culpables se hacen los inocentes y los inocentes solamente nos queda resignarnos a aguantar esta vida de mendigos a la que nos ha condenado este asco de V república.

La respuesta me espanta, cualquiera de las hipótesis desembocan invariablemente en ríos de sangre, sin embargo al pensar con susto a mi reflexión recuerdo los 25 mil muertos al año y pienso que ya los ríos de sangre andan sueltos pero a fuerza de costumbre ya no los vemos con tanto espanto como antaño.

No creo que el tal “estallido social” suceda, total, los mandamases de este gobierno conocen de cerca todas las estrategias de subversión  posible , a esas las atajan antes que exploten, los que hacen subversión no se leyeron los manuales y se niegan a saltar a la clandestinidad, se mandan mensajes por el celular y le tienen grima a la sangre, mientras que del lado oficialista tienen singular gula por la sangre con plomo añadido, es una batalla desigual entre quienes todavía creen que tratan con gente honesta, que respeta las leyes , los acuerdos, las convenciones internacionales o las promesas dadas. Disculpen señores pero el estado es la cosa más asquerosamente falsa que existe, fíjense a modo de prueba, pregúntenle a cualquier profesor que conozcan y pregúntenles por el aumento de sueldo prometido, publicado, gritado y hasta celebrado por el gobierno hace unos meses, les dirán que todavía no reciben ni medio, por tanto si una promesa tan básica no la han podido cumplir, imagínense lo demás.

Unos dirán que así es la política, yo les contestaré que ciertamente por aquello de su oficio, decirles alguna cosa como falsos o hipócritas es llover sobre mojado, como decirle cochino al cerdo o arrastrada a la serpiente y pretender que ofendan por eso, pero es que del lado del Psuv se saltaron todas las marcas de rastrerismo, todas las cotas de asombro y la verdad por mucho que dude de todo, de esa gente es factible cualquier cosa.

¿Cómo saldremos del laberinto?, todos lo saben pero nadie hasta el momento ha demostrado el musculo necesario para poder frenar el avance de tanta maldad manifiesta de parte de una gente que tengo la certeza que se mueve más por miedo que por otra cosa, saben que al estar caídos no tendrán hueco bajo ninguna piedra en el mundo capaz de resguardarlo de la cárcel o algo peor por tanto crimen cometido. Hay acciones que no soportan ni siquiera la intención de una amnistía, ellos lo saben y los pendejos que todavía creen seguramente se prestan para defenderlos por las razones equivocadas, el odio es mucho todavía.

Estamos transitando una época oscura de nuestra historia, nadie se salva, nos sentimos al borde de una batalla que podrá explotar en algún momento, hemos bajado nuestra economía a niveles del siglo XIX justo a las puertas de la guerra de independencia, recordemos igualmente que en aquellos tiempos ambos bandos eran terroríficos, al fragor de la batalla tanto los republicanos como los realistas eran igual de criminales, lo mejor de esa guerra fue que se terminó pero a 200 años está todavía flotando eso en el aire, tengamos cuidado con lo que deseamos pues se nos puede cumplir, el laberinto está convirtiéndose en un remolino que nos va a tragar a todos, ojalá podamos huir y renacer de nuestras cenizas aunque eso implique volvernos extranjeros de por vida.
José Ramón Briceño, 2015

@jbdiwancomeback


martes, julio 14, 2015

Credulidad

Cuando era niño me imaginaba el año 2000 lleno de máquinas voladoras, me imaginaba viviendo en una casa montada en una montaña rodeado de perros, gatos, hijos y hasta una hermosa señora que me acompañaría en mi avanzada edad de cuarenta años, es que a los nueve años, los cuarenta parecen todos los años del mundo. La verdad es que en este siglo XXI las únicas cosas de avanzada tecnológica real que poseo son la computadora, mi cámara digital y mi celular inteligente que por anciano ya parece que tiene alzhéimer .

Bien , ésta avanzada tecnológica debería ser suficiente como para que la gente sufriese una crisis de descreimiento, total solo con teclearle a google cualquier duda, en cuestión de segundos aparecen millones de posibles respuestas, desde los fanáticos hasta los científicos, cosa que nos permite, sin mucha complicación buscar respuestas lógicas ante cualquier duda que tengamos, la verdad es otra, la epidemia es al contrario, ahora cualquiera se inventa cualquier cosa y existen legiones dispuestos a creérselo a pies juntillas y en algunos casos hasta dispuestos a matarse para defender su creencia por absurda que esta sea.

No digo que todos debieran buscar dudas teologales pero tampoco acepto que todos los seres humanos sean tan idiotas de creer en cualquier pendejada solamente porque algún buen redactor se ha inventado cualquier patraña para ganar adeptos. Si no me creen miren a su alrededor, detallen la locura en la que vivimos y contrastenla con las declaraciones de los políticos del gobierno o mejor, lo que no dicen los de la oposición.

Cada mañana, cuando abro mi sesión en las redes sociales me tropiezo con cada noticia que si cediera al impulso ya tendría una ulcera estomacal de tanta bronca que me producen los comentarios, desde aquellos que hablan sobre lo que los babalaos han hecho para ayudar al gobierno a mantenerse al pie del cañón hasta aquellos que alegan la inocencia del CNE en las tesis sobre la “inviolabilidad” del proceso electoral. En lo electoral por ejemplo, el estado se empeña en hacernos creer que otras instituciones de gran credibilidad han refrendado lo impoluto de los resultados electorales pero a nadie se le ha ocurrido decir que si bien hay instituciones que han auditado las fulanas maquinas también es importante saber que ha sido el mismo gobierno quien facilitó los aparatos para el muestreo, cosas que les permitió organizar quizás las únicas máquinas no trucadas del sistema, quedando ellos con la cara lavada ante la opinión internacional mientras el resto del sistema apesta de lo podrido que se presiente.

Otra cosa, también aplica a quienes hablan de la guerra económica, si una paginita web como dollar today destroza la economía de un país, quiere decir que la economía de ese país no sirve para nada. Cada día aparece un escándalo nuevo pero los creyentes siguen empeñados en pensar que es culpa del imperialismo, la oligarquía, los enemigos de la orden del santo cristo de las espinas, Obama y hasta el papa pero en ningún caso aparecen culpables.

En cuanto a la más que evidente asociación entre la delincuencia organizada y los cuerpos de seguridad del estado, a nadie parece importarle pues no he leído a ningún vocero hacer alocuciones alrededor del tema a pesar de que todos somos víctimas de una u otra manera de esa situación, a pesar de que todos saben que desde las cárceles de máxima seguridad se manejan todos los secuestros, asaltos y hasta asesinatos, donde los custodios se han vuelto sirvientes y hasta el gobierno les ha regalado zonas de paz. Ciertamente ha habido algunas escaramuzas donde el gobierno pretende informar a los malandros que el estado es más malo, sin embargo el sur del país, los llanos y algunas otras poblaciones son guetos sin ley a la luz del día sin vergüenza, pero la guerra económica es la culpable.

Ciertamente envidio la credulidad de muchos, es mejor andar por la vida aferrado a cuatro preceptos básicos sin pensar mucho, miren que pensar en esta tierra donde no hacerlo es la norma, las buenas maneras se han esfumado, la educación o su ausencia en 16 años ha rendido sus frutos, acá los jóvenes piensan que es más rentable ser mototaxista que estudiar ingeniería y los maestros, acostumbrados a ser la cenicienta de este cuento de terror, terminaron por aceptar su nulidad terminando por ser autómatas que prefieren regalar la nota y egresar idiotas antes que rebelarse para exigir mejores condiciones, elevar el nivel de exigencia con los alumnos y espantar este tufo infecto de ignorancia que ya se desprende de todas las calles de mi país.
José Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback




domingo, julio 12, 2015

Domingo sin resurrección

Domingo sin resurrección

Mañana es lunes, no sé por dónde comenzar a quejarme, la desesperanza de la calle se ha instalado definitivamente en mi cabeza, lo que antes daba por descontado ya no existe más, he querido pensar que mi depresión me hace ver todo gris, sin embargo al conversar con muchos en la vía me he dado cuenta que existe más gente  que también piensa como yo. Algunas personas de verdad le han tomado tanto cariño a la situación que la tienen como normal, otras pues tienen tal capacidad de abstracción que olvidan por completo todas las dificultades y se concentran simplemente en sobrevivir como mejor puedan, sin depresiones visibles pero si con un marcado sino de abuso de alcohol que por ser socialmente aceptado pues pasa desapercibido como signo de un declive en su ánimo, total, la mayoría de los borrachos son felices mientras el licor hace su efecto.

Este país ha dejado de ser lo que antes fue, un espacio para que todo aquel que lo quisiera desarrollase su potencial hasta lograr lo que deseara con su vida, realmente es una nación de zombis que están pendientes de cualquier cosa menos de lo importante, vivir. No hay quien no comente las barbaridades del gobierno, tampoco existe gente que no haya sido tocada por la crisis, desde aquellos que no pudieron viajar nunca más en sus vacaciones (lo menos trágico) hasta aquellos que han visto truncadas todas sus esperanzas gracias a la pésima administración, en ese cumulo de gente hay desde profesionales que tienen que vivir con sus padres ya que el sueldo no les alcanza, otros que no les queda más remedio que tener por casa una covacha más cercana al retrato perfecto de la miseria ya que su sueldo tampoco le alcanza para tener una vivienda digna, los enfermos de toda una diversa gama de enfermedades  que van desde una deficiencia coronaria hasta el cáncer pues por la limitación de divisas no hay medicación, los padres desesperados que no pueden dar de comer decentemente a sus hijos ya que lo que ganan no alcanza ni para que coman carne un par de veces cada quincena, los profesores que ganan menos que la señora de la limpieza con todo y los posgrados que ostentan, los abuelos desesperados pues la pensión los tiene en la eterna duda entre comer o comprar medicinas, los recién graduados que venden su alma por un pasaje al extranjero, los deprimidos a quienes no les alcanza para poder pagar una cita con un buen psiquiatra que los trate, los enfermos que mueren todos los días en los hospitales pues no hay insumos para su salud, todos aquellos que andan en peregrinación para encontrar la manera de operarse una dolencia y todos los que por razones de espacio no nombro pero que todos sabemos quiénes son.

En fin, mi país de cielos azules, de gente alegre, de desbordante felicidad donde todos éramos amigos del alma a la tercera cerveza, de optimismo a prueba de todo ha desaparecido, en su lugar tenemos una nueva distribución social que está entre quienes se quieren ir a como dé lugar, quienes se han quedado solos pues todos se les han ido, en esta categoría están muchos padres, abuelos y familiares que han dejado su corazón en algún avión con destino a otra tierra sin fecha de regreso, están los que viven solamente por vivir sin pensar en nadie más que en su provecho inmediato y por ultimo quienes viven del mal vivir aprovechándose de la inmensa cuota de impunidad que destilan los cuerpos de seguridad del estado, allí moran desde funcionarios policiales hasta los altos cargos del gobierno que se han fundido con toda clase de mal vivientes de cualquier calaña imaginable.

Al final la verdad no le veo más final que el de dos pasajes de avión con camino a la esperanza, de amigos o familiares solidarios con los cuales endeudarme no solo de manera económica, también de esa otra forma que solo se puede demostrar devolviendo el favor de múltiples maneras pues las deudas de honor son de carácter invaluable, no volver y dejar mis recuerdos para ser rememorados en alguna conversación en alguna parte del mundo donde la amenaza sea una posibilidad remota y no esta certeza maldita en la que vivimos todos los venezolanos.
José Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback




miércoles, julio 08, 2015

Historia de horror cotidiano IV

Tengo varios días fuera de las redes, ocasionalmente me conecto desde algún ciber, la verdad detesto escribir rodeado de gente sin poder tomar un buen café ni fumar mientras pienso como hilvanar mis palabras para estas lineas. La verdad es complicado no escribir nada sobre la desesperanza de vivir acá, me canso de buscar sentido a todo pues me niego a convencerme de que todo es tan malo como siempre escribo, alguna cosa buena ha de haber, ciertamente aparte de las conversas con mis amigos, la sonrisa de mi hija y la certeza de estar rodeado de mucha buena gente mitiga un poco la desesperación.

Estos días han sido bastante acontecidos, aunque me ha dado la oportunidad de constatar que tengo varios buenos amigos, cosa que se que a pocos le sucede, es una maravilla. Gracias a todo este tiempo he podido pensar y repensar sobre eso de la libertad, como se come y cual es la razón para que me sienta preso en mi propio país, sin solución posible. 

En primer lugar, libertad es un asunto de escogencia, si tú puedes escoger donde, cuando y como hacer cualquier cosa eres libre, de otra eres poco menos que un lacayo, por más que te resistas en algún momento tendrás que bajar la cabeza y aprovechar las migajas que te tira el poder, es más, hasta lo agradeces. 

No es asunto de si puedo o no irme del país, en teoría puedo, pero en la praxis tendría que trabajar tres vidas y medias solo para pagar un pasaje, un mercado para mi y otro para mi hija me cuesta no menos de cuatro sueldos, casa, carro, muebles  y algunas otras cosas a las que aspiramos todos los mortales medianamente decentes están también a cuatro vidas de distancia, eso sin hablar de la salud, la educaciòn, los libros y las computadoras, esta ultima en mi caso no es un articulo suntuario si no una herramienta de trabajo.

Hace tres semanas caí victima de un cólico nefrítico, quienes lo han sufrido saben lo doloroso del asunto, es simple, tenia un seguro con el ministerio de educación heredado de mi ultima tentativa matrimonial y resulta que no existe pues nunca jamas el estado lo volvió a pagar y esta suspendido, el de la gobernación de estado que se supone debo tener por convención colectiva tampoco, lo peor es que no me toca pues tengo dos años esperando una titularidad que no llega, ¿pagar uno personal? eso es imposible, las cuotas mensuales exceden mi capacidad de pago, ¿ira un hospital publico? tampoco pues allí no hay ningún insumo, gracias a la providencia el ataque me dio en casa de mi compadre, la esposa de este compadre es mèdico y me recibió en su clínica sin cobrarme, pero quien no tenga esa facilidad simplemente se jode.

Eso es solo un ejemplo de lo que por acá sucede, los ejemplos serian largos y penosos de contar. Alguien mucho más inteligente que yo dijo alguna vez que la verdadera libertad la daba tener múltiples posibilidades, en Venezuela no solo somos presos , también esclavos de un sistema que promete pero que jamás cumple, cuya soberbia no leda para pensar que estamos rodando en un foso lleno de patria, que hiede a ella, que ha logrado pervertir eso tan bonito de país, patria, cuidadania y hasta la vida en un barrial apestoso pleno de anaqueles vacíos, de gente con hambre, miedo, desesperanza, asco e impotencia.


viernes, junio 26, 2015

Posibles "negocios" para acortar la crisis

Es innegable, aun para los oficialistas que en el país hay una crisis profunda a todo nivel, hablar detalles de ese asunto nos deprimiría todavía más, mejor hagamos propuestas basándonos en nuestras posibilidades, explotemos lo que el galáctico nos ha heredado y saquemos brillo a ese “Hombre nuevo” producido por la revolución del siglo XXI.

Como gran parte de la crisis económica que vivimos se debe a la ausencia de divisas para la importación pues igualmente nada producimos a pesar de las promesas de ser potencia en alguna cosa, creo que lo primero que debemos apuntalar es crear alguna industria que promueva el ingreso de divisas extranjeras que le permitan al país generar el ingreso suficiente para importar desde materia prima hasta bienes suntuarios que estén al alcance de todos.

Una de las grandes industrias endógenas que ha producido la revolución ha sido la violencia, el hampa se ha organizado hasta niveles asombrosos, se ha enraizado hasta en las cúpulas militares, en el congreso y dicen por ahí que hasta la presidencia está inmersa, además de asociados con multinacionales del crimen organizado. Esa gentuza hace lo que le viene en gana mientras que los ciudadanos se deprimen esperando el día de su cédula para poder comprar papel higiénico, las cárceles que siempre fueron centros para que los delincuentes probasen su capacidad de maldad, ahora son los institutos de  formación superior en ciencias y artes criminales, amén de ser los epicentros del poder criminal.

Hablando de los criminales, pensando en cómo ellos podrían colaborar en el avance de nuestra economía nacional creo que esta propuesta podría tener futuro. Hay por lo menos tres grandes plazas de toros en el centro del país, estas, debido a las restricciones de divisas, los derechos de los animales  y la aparición de la televisión por cable, ya no se llenan con regularidad, si acaso hacen una corrida al año, teniendo ese espacio baldío y en desuso por mucho tiempo. Gran parte de esa  juventud que  ahora vive en las barriadas pobres del país, sabe que es más rentable ser malhechor que profesor universitario y muchos de estos alevines de hampones terminan graduándose con honores en algunas cárceles del país, quien quita también pertenezcan a la alta oficialidad de los pranatos regionales o nacionales.

En fin, creo que una manera de capitalizar esta violencia y generar divisas, sería la de organizar campeonatos de chuzos, machetes, puñales y chopos en las cárceles, los campeones irían directo a las eliminatorias regionales que se harían en las plazas de toros.

Imagínense vender publicidad en esos espacios, hacer de paso una franquicia con las grandes cadenas televisivas, lo podríamos nombrar “Los gladiadores del siglo XXI” y los “gimnasios” se harían en las cárceles de máxima seguridad, con algunos centros de entrenamiento en algunos puntos neurálgicos del terror, esos que llaman “zonas de paz”, creo que el ingreso de divisas se dispararía hasta dejar pálido al Béisbol o al Futbol como deportes nacionales, igual con 25.000 muertes al año por efectos de la violencia callejera no creo que armar esto de los gladiadores fuese la gran cosa, si acaso bajará la violencia desorganizada para dejar como mucho la ínfima suma de  un par de miles de muertos al año, pero en vivo y directo, con anunciantes, patrocinantes, espectáculo y ninguna inocencia pues los competidores se presentarían por voluntad manifiesta, en vez de la impotencia sangrienta que sufrimos la mayoría de los ciudadanos victimas de esos seres que parecen gente pero que no lo son.
Imaginemos solamente todos los negocios alrededor de este gran “invento”, desde el perfeccionamiento de la crueldad hasta el descenso de la criminalidad pues siempre será mejor matar por un par de miles de dólares que por unos míseros millones de bolívares que valen más como pulpa para reciclaje que como moneda. El turismo crecería de modo exorbitante, recordemos que el morbo de las masas por la sangre, aunque repugnante, es una constante y la masificación de la información por obra y gracia de las redes digitales harían el trabajo de estimular ese turismo que traería al país las tan ansiadas divisas, amén de acabar con la funesta costumbre de las corridas de toros.

Aunque parezca una sátira bastante agria, mientras escribía esto me he sorprendido pues me pareció factible, sorprendiéndome con la posibilidad de pensar en la muerte de otros seres humanos para el disfrute, la cosa de la violencia nos ha calado tan profundo en la psique que terminamos asumiendo como algo “normal” en vez de temblar de espanto, amanecerá y veremos , saludos desde esta esquina, luego seguiré expresando algunas ideas descabelladas, he decidido que si la razón no importa mucho, un poco de humor negro quizás nos haga reflexionar, lástima que sigo pensando en que deberemos estar peor antes de comenzar a estar mejor como país.
José Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback

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viernes, junio 12, 2015

Partidos, oposición y resistencia

Desde hace rato he visto con estupor  como antiguos partidos políticos, otrora poderosos, no son más que ruinas donde solo militan unos pocos, quizás alguien que me lea se espante de lo que digo y me contradiga en mis apreciaciones como siempre alguien lo hace, cosa que me parece muy sana pues lograr que alguien se moleste tanto como para refutar con argumentos de peso ya es un avance, significa que algo estoy haciendo desde mi esquina.

Esto viene a colación cuando leo en tantas partes tanta grima en contra de antiguos socialistas, como Teodoro Petkof por nombrar alguno, creo que todos deberían saber que los próceres de la era democrática comenzaron militando en la izquierda más ultrosa que se puedan imaginar, tengo la impresión que hasta se creían Bolcheviques en sus primeros tiempos, aquellos de grillos y generales que mandaban a su antojo como si de una finca sin ley se tratase el país.

Otra cosa, aquellos hombres y mujeres fueron gente con guaramo, que no tenía posibilidades de andar con huelgas de hambre, tampoco negociaban con el enemigo, además eran militantes de partidos que tenían reglamentos bastante definidos, cuya militancia siempre tenía sentido pues más allá de cualquier simpatía estaba la organización y la valentía en sus acciones. Tengo la impresión de que los militantes de las diferentes agrupaciones partidistas desconocen realmente en que consiste eso de ser militantes, jamás se han leído los fundamentos de sus respectivas agrupaciones , si es que existen tales documentos, se abrogan una línea política sin definirse muy bien desde la teoría, a los que les he preguntado, sobre todo a los muy jóvenes, no salen de la perorata antichavista, del relato de horror que ya todos conocemos, de la misma paja que de tanto escucharla ya me obliga a pensar en una lluvia en la montaña cuando abren la boca ciertos personajes.

Creo que la política necesita un poco más de formación, tengo la impresión de que los 16 años de bombardeo ideológico antipartidista ha calado tan hondo entre las viejas y nuevas generaciones que ya todos funcionan como autómatas, se resisten casi que por imitación, sin pararse mucho a pensar en nada más que en la resistencia misma sin caer en cuenta que mientras sigamos siendo así jamás saldremos del marasmo militarista de pobreza e ignorancia.

Básicamente soy un anarquista pues pienso que todos deben saber que hacer sin que se les tenga que obligar, nadie debería estar pasando trabajo pues para eso está el estado que debe asegurar estabilidad económica junto a la seguridad jurídica, sin descontar la personal de bienes y ciudadanos, lo otro, eso del trabajo, del ahorro, de la salud, del estudio con ahínco para superarse, debe ser obligación de cada quien, no este eterno esperar que alguien nos resuelva la vida para después quejarnos en el bar, la licorería, el bus o adonde nos escuchen, solo para volver cada noche a casa y horrorizarse por tanto gasto y tan poca plata.

Creo que a partir de algún momento histórico entre los ochentas y los noventas, se perdió el rumbo de la política y todos se volvieron locos a robarse lo que sea, el oficio del político mutó de ser un asunto honorable a ser un oficio de lacayos más pendientes del provecho propio que del bienestar general. Siempre ha existido cierta manera de enriquecerse sin dañar mucho el erario público, los políticos jamás han sido del todo honestos, de otra no serían políticos.

Yo, que no creo más que en el sol que me alumbra y la sonrisa de mi hija, estoy esperando que los políticos de cualquier tolda declaren en público su ideología, que los partidos políticos comiencen la tarea de establecer un piso ideológico lo bastante fuerte como para comenzar a creer en ellos, que se dejen de esa tontería de asumirse todos como de “izquierda moderada”, que salgan del closet y se asuman en una corriente específica de pensamiento. Está bien , todos queremos salir de estos animales parlantes, pero de verdad si siguen imitándolos con conciabulos de botiquín para ganarse tres dólares más que su competencia, negociando con el enemigo, haciendo guerra de tuits y dejándose acusar de terroristas cuando si acaso han tirado un par de cohetones que ya no asustan a nadie pues todos están acostumbrado al sonido de las balas, no llegaremos a ningún lado y en cualquier momento se montan en la presidencia otros animales iguales pero con distinto disfraz.
José Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback




jueves, junio 11, 2015

Obsceno pensamiento de la desesperanza

Tengo dos días intentando escribir un texto decente para publicarlo en mi blog, la verdad son tantas las cosas que la desesperanza me ha obligado a pensar que no he encontrado ni el tono ni el verbo para expresarlo de manera que se entienda, así que me dejaré llevar por mi pensamiento gris del día e intentar compartir mi preocupación. Realmente repetir nuestra situación ya suena redundante, decir cosas que nadie haya dicho es una complicación pues al leer lo que gritan las redes, sabemos que pasa y si hacemos un mínimo esfuerzo de imaginación sabremos hacia dónde vamos.

Creo que TODOS debemos salir de la “zona de confort” dejarnos de pendejadas y saber que en cualquier momento nos termina de caer el cepo y nos quedaremos encerrados en este país, sin posibilidades ciertas de hacer nada más que rezar a la divinidad que les provoque rezar, no solo para amanecer al día siguiente, también para comer, vestirse, salir y hasta tener pareja o mantener a los hijos, no hay forma fácil de predecir el futuro ni manera amable de decirlo.

Tengo la esperanza de que en alguna parte una camada de hombres y mujeres valientes estén conspirando, que de alguna manera algún país esté colaborando con fondos, armas y especialistas para que esa labor se lleve a cabo, quizás también sueño con que en caso de darse esa asonada pueda colaborar con algo y algunos de ellos me lean para que por lo menos sepa que aunque sea con mis letras he colaborado con su labor. Como sé que en alguna parte algún esbirro de los muchos “patriotas cooperantes” con  sin sueldo me lea, sepa que también espero que por lo menos sea un creyente y su culpa pueda ser atribuida a la sobredosis de ignorancia típica de gentuzas obtusas como ese tipo de gente.

Quizás alguien más sensato que yo, se persignará y me insultará por desear la muerte de tanta gente, sin embargo quiero decirle que no me interesa saber que estoy haciendo mal, les voy a enumerar mis razones. Antes de hablar de cosas que le interesan al colectivo les voy a contar por qué he decidido pensar como pienso, la verdad estoy harto de que mi sueldo sea una entelequia, sabemos que en ninguna parte del mundo los maestros son millonarios, es más, si ponemos atención a lo que el cine y la televisión nos muestran, podemos ver que en cualquier parte del mundo los maestros somos mal pagados, lo que de verdad me indigna es que ni siquiera alcance el sueldo para comprar un mercado medio decente, mucho menos ropa y zapatos, pensar en vacaciones es una vaina sacrílega a menos claro que le atornilles la familia a algún familiar que viva en alguna zona turística y ni así te libras del incordio de contar las monedas para completar una comida.

En otro orden de ideas, si hablamos de que espantoso es hablar de la violencia, bástese con darse una vuelta por las estadísticas de muertos y compararlas digamos con la guerra de la franja de Gaza, donde aviones de guerra bombardean , soldados profesionales contra milicianos se destripan a bala todos los días del mundo, pero a fin de mes tienen apenas la cuarta parte de los muertos que hay en este país donde supuestamente tenemos más de cien años sin guerras declaradas, dense una vueltica por los barrios de sus ciudades y descubrirán más de una calle custodiada por fulanos que portan armas y se les nota a leguas que jamás han pasado ni siquiera por un periodo de instrucción militar, es más su catadura grita a leguas una boleta de captura sin que los organismos de (in)seguridad del estado digan ni mú, busquen entre sus amistades cuantos han sido extorsionados por los hampones , con el agravante de que las mismas autoridades les aconsejan ubicar algún contacto que conozca gente de las altas esferas del intra-gobierno de los penales, esos que llaman PRANES.

Hace tiempo tengo una teoría muy fea, creo que en los países donde hay paz y el hampa no es tan ruda como por acá, es donde la guerra les recuerda cada tanto tiempo cuanta maldad encierra la gente en sus corazones, vean la historia de nuestro país, antes de 1970 los crímenes eran si bien algo que sucedía con más o menos regularidad no eran tan espantosos ni al por mayor como ahora, los que adoran Europa lean por favor los relatos de las dos guerras mundiales y verán como los ahora ultra pacíficos y respetuosos de la ley , destriparon gente al por mayor hasta hartarse de sangre y asco por su pasado histórico, quizás quienes vean en USA el mayor ejemplo, tengan que recordar que sus ciudadanos han estado en cientos de guerras desde finales del siglo XIX cuando se acabaron las internas vieron en el extranjero sitios fértiles para liberar los demonios nacionales.

Venezuela no es la excepción estamos a las puertas de un conflicto que ha sido asordinado por el aparato estatal, que además nos tiene encerrados desde temprano, sin contar claro con que las economías de casi todos están en el mínimo, cosa que no permite de ninguna manera ser la mitad de lo fiesteros que fuimos alguna vez, aunque tengo fe en que algunos valientes andan por ahí burlando la “seguridad del estado” también quiero creer en que necesariamente tengo que estar equivocado, nadie me va a tocar el hombro jamás para pedirme que tome algún partido en una guerra que no quiero, pero de la cual (al parecer) toda esta historia me quiere mostrar que no la podremos evitar.
 José Ramón Briceño, 2015

@jbdiwancomeback

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