Desde
hace algún tiempo hay mucha gente yéndose del país, de hecho me he quedado sin
amigotes pues muchos ya están viviendo en otras tierras, esos detalles hacen
que uno se cuestione la razón del apego, no tiene muchas vueltas, si estás
varado acá es por varias razones, la primera es que el terruño a decir verdad
no tiene sustituto, si acá creciste, estudiaste, te enamoraste, tuviste hijos y
tienes además tu familia e historia, despegarse para replantearse todo lo que
queda de vida en tierra extraña es complicado hasta inventárselo. En segundo
lugar la edad y aptitudes, creo firmemente que la gente con oficios inútiles no
debe inventar a salir del país así de gratis, toca hacer un plan detallado con
contactos previos incluidos, posibles contratadores y hasta un fondo de ahorro
para no pasar hambre por mucho tiempo, si eres menor de cuarenta mejor aún pues
tienes energías de sobra para hacer cualquier cosa mientras encuentras lo que
buscas, de otra es difícil la cosa.
Todo
eso sin olvidar el asunto este de la legalidad en materia migratoria, ser
inmigrante ilegal es una cosa espantosa pues jamás vas a tener ni los mismos
derechos y mucho menos los mismos beneficios de un migrante legal con visa de
trabajo y demás, por ultimo (creo yo) eso de irse y dejar acá a los hijos debe
ser un asunto espantoso, yo no podría, aunque me niego a calificar a quienes lo
hacen por la razón que sea, no puedo aplaudirlos tampoco, uno debe ser
responsable hasta en las crisis más horrorosas y hacer de tripas corazón por
los hijos, ellos no piden ser traídos al mundo para luego dañarles la infancia
con la tristeza de un padre o madre ausente.
Ahora,
quien aún evaluando todo lo que he escrito en los párrafos superiores se va, la
verdad me da hasta envidia. Cuando hice mi primer intento de migración la
verdad no me he vuelto a sentir tan calmado desde aquellos días, eso de levantarse
sin que las noticias te alarmen, caminar a cualquier hora de la noche, ir al
mercado sin susto y escogiendo que me iba a comprar para la cena, saber que mi
(poco realmente, los mesoneros no ganan la gran cosa) sueldo me iba a alcanzar
para comprar lo necesario como colofón escogiendo marca, procedencia y hasta
precio para comprarlo sin este eterno buscar de por estos lados. Esa calma es difícil
de imaginar para quien no la ha sentido.
Como
siempre he pensado que uno debe ser consecuente con sus creencias aunque jamás
debe dejar de soñar. Igual a diario escribo por acá para no terminar de
paciente psiquiátrico, vivo soñando otras cosas, escribiendo a cuanto aviso me
tropiezo por las redes, uno nunca sabe cuándo las buenas oportunidades tocan a
tu puerta, aunque tampoco van a tocarte si no te haces el suficiente ruido a
ver quién te escucha.
Lo
único malo que debo hablar de los compatriotas en el extranjero es de su poca
solidaridad, los vi en México y la verdad me espantó ver cuanta soberbia,
cuanto mojón mental tienen muchos, tanto así que son hasta desagradables, no
todos la verdad pero si un buen lote, con lo de la solidaridad es que mientras
uno ve a otras colonias de emigrantes que se apoyan entre sí, bien sea dando
empleo bajo condiciones decentes o hasta un plato de comida a quien de verdad
lo necesita, estos “panas” les sacan el cuerpo bajo cualquier pretexto a todos
y si pueden darle la zancadilla lo harán a menos claro que el compatriota le de
algún beneficio inmediato, por supuesto, eso no es de gratis, también hay mucho
compatriota que se va y se piensa “vivo” para andar portándose mal con quienes
le dan la mano, eso es espantoso también. Si se van del país, por lo general lo
hacen todos buscando el mismo fin, no entiendo la razón de irse matando las
posibilidades solo por dárselas de vivos y cerrándose puertas, a los amigos que
pueden ayudar tampoco entiendo la razón de que le nieguen toda ayuda a todos.
Como
sé que buena parte de mis lectores está en otros países y algunos hasta son
activistas políticos, tengo la impresión que la mejor forma de hacerle daño a
este régimen es organizar modos de dar acogida a los emigrantes que puedan
aportar cosas, sin intereses escondidos, asociaciones organizadas para dar
empleos, gestionar visas, organizar hasta ayuda legal para la inmigración y
desde allí dar la batalla con todas las herramientas posibles que van desde
libros, blogs, videos , programas de TV, hasta publicaciones periódicas cuyo
contenido estoy seguro que hará más creíble a la opinión mundial este
desbarajuste que acá vivimos todos.
Seria
un buen ejercicio de lucha organizarse para lograr algo de esto que estoy
proponiendo, es el momento de dejarse de egoísmos para lograr objetivos claros
y beneficios para muchas familias que acá están viviendo al borde de la miseria
en condiciones que de verdad son casi de indigencia, aun teniendo profesiones
nobles que de seguro en otros destinos podrían serles de más provecho.
Saludos
desde mi esquina.
José
Ramón Briceño, 2014
@jbdiwancomeback