El odio es una emoción de profunda antipatía,
rencor, disgusto, aversión, enemistad o repulsión hacia una persona, cosa, o
fenómeno, así como el deseo de evitar, limitar o destruir el objeto odiado
Anoche veía en el noticiero al canciller pidiendo
que dejaran el odio hacia el comandante, que dejasen los malos augurios y el
cotilleo alrededor de la salud del supremo salvador de la raza humana, sonaba
como una orden o una advertencia, no en balde estaba rodeado de los ministros
más cercanos, todos con cara de pocos amigos, solo faltaba un pelotón que
representase a cada rama de sus adoradas fuerzas armadas.
No entendí que parte de que han vuelto mierda el
país no entienden, hasta donde se, no es la oposición quien mantiene unas
milicias, ni hace pactos con la guerrilla, crean un movimiento armado (Ejercito
Bolivariano de Liberación Nacional), dejan libres y de su cuenta a los
colectivos como “La piedrita”, el “Fabricio Ojeda” y otros tantos con chapa y
protección oficial, quien adoctrina niños con el manejo de armas incluido (Infringiendo
en flagrancia la LOPNA) quienes han convertido en los beneficios del estado en
trueques con que apestan a chantaje, quienes han chantajeado sin ningún disimulo
a los empleados del estado para obtener votos, quienes mantienen grupos de
choques y comités de defensa de la revolución en cada esquina del país para
supervisar con sapos incluidos la conducta de sus ciudadanos.
Ahora pregunto
yo y basándome en la definición con la que abro este artículo, si cualquier
humano que se respete no sentiría aversión por quien por tanto tiempo se ha
defecado en el alma de tantos, por los miles de muertos que cada día amanecen
en las calles de este país, por quien a pesar de la constitución promovió el
uso de una lista infame (lista Tascón) para filtrar a los empleados del
gobierno, dio instrucciones para que desalojasen y expropiasen millones de hectáreas
( muchas productivas) a punta de pistola para que terminasen en la nada
productiva y de paso como para más “delicadeza” nunca pagaron las
indemnizaciones dejando familias enteras en la calle, además de expropiar
terrenos en zonas urbanas trayendo miseria a quienes vivían de esos pues tampoco
los indemnizaron.
Díganles a los familiares y amigos de Franklin
Brito, los de la jueza Afiuni, los de los profesores (universitarios y de los
otros niveles educativos) cuyo sueldo es de miseria y según me han dicho ni
seguro privado tienen ahora, de los enfermos que no encuentran o les toca pedir
limosna para una operación pues en los hospitales no hay nada ,los dueños de
inmuebles que construyeron para asegurar una vejez tranquila y ahora se
inventan una ley para que los inquilinos se adueñen del espacio alquilado y no
exista manera de sacarlos a pesar de que quienes invirtieron tiempo y esfuerzo
en construir fueron los dueños de ese inmueble alquilado.
Dígales a las madres que no encuentran lo básico en
los supermercados, a quienes el sueldo no les alcanza para comer más allá de
Harina Pan, margarina y queso (si los encuentran). Dígale, a quienes en su
derecho a la protesta pacífica han recibido planazos y “gas del bueno” o a
quienes con esfuerzo han estudiado para encontrarse sin esperanza y con un título
universitario como bello adorno en la sala de su casa.
A los miles que han dejado todo para emigrar a otras
tierras pues en esta se sienten personas no gratas ni aplican a ningún empleo,
a quienes han sido ofendidos por los miles de “simpatizantes” armados que a
nombre de la roboilusión hacen valer su ley sin que valga nada y con la ceguera
de quienes deberían ser los garantes de los derechos de todos. Quien en vez de
invertir en el país regala a manos llenas el dinero de la nación a otros países,
que a pesar de tener un petróleo groseramente caro mantiene una devaluación
perenne en la economía de este país mientras los grandes cacaos del gobierno
viven como jeques y con muestras más que evidentes de malversación y jamás les
pasa nada, en este país donde solo los pendejos pagan cárcel y los “vivos” pues
se ríen de todos ya que de paso los premian con alguna embajada para alejarlos
de las malas vibras de la ley.
Pero a pesar de todos estos detalles, sigue habiendo
odio en las calles en contra del “amado líder supremo y salvador de la raza
humana”, no me joda canciller, la vaina está rejodida para todos, no hay
empleo, todos los día uno reza para que no le pase nada a ningún familiar, no
solo por el hampa desbordada, también por que como el dinero no vale un carajo,
los hospitales son un caos y nunca jamás hay nada, ni radiografías tan
siquiera, además quienes tienen seguros dependientes de algunos ministerios (
el de educación por ejemplo) saben que está suspendido por falta de pago pero
todos los meses le descuentan ese seguro del sueldo, entonces hasta una caída se
vuelve una tragedia eso sin contar una apendicitis o algo peor.
Entonces no hay espacio para las broncas, solamente
la oposición somos una suerte de malvados de la película que nos aprovechamos
del dolor de una pobre familia para hacer un circo de odio, como si ellos
tuviesen alguna palabra de consuelo para los miles de venezolanos que están
jodidos pero sin aviones privados y juntas medicas internacionales para buscar
la vuelta para su salud, no me jodan, la bronca ha de seguir, solo las focas
(muy raras en sitios tropicales) desde hace 14 años han tomado este país como
su hábitat, con todo y un extraño comportamiento ultra cursi que ha recrudecido
en estos últimos días.
No se, yo creo que esa arrechera (cuando no odio)
tiene raíces muy fuertes, las cuales difícilmente podrán ser extirpadas, a
menos claro que desde el gobierno dejen de mariqueras y refloten el país que
está nadando en una cloaca con todo y moscas, el único problema es que a muchos
nos gustaría poder olvidarnos de la política y trabajar para vivir pero cada
día estamos peor, una desmejora continuada que una parte del país no mira, pero
imagino que de tanto vivir entre la mierda ya ni les hiede.
Hay motivos para la bronca, muchísimos y por cierto
se supone que los Marxistas no creen en dios, así que sus rezos de embuste se los
pueden meter en el bolsillo. Claro, como ser humano el sufrimiento de otros no
debe dar alegría, pero después de tantos años imagino que el sufrimiento, la
impotencia y la desesperanza han terminado por ser tan comunes que ya ni
afectan, así que desde mis líneas le pido a ustedes (el gobierno) que se dejen
de tanta payasada y dejen eso así pues uno nunca sabe que puede pasar con tanta
gente descontenta y arrecha, aunque estoy seguro que todos sueñan con ser
guerrilleros adalides de la libertad y matar a cuanto carajo no piense que la
felicidad está en ser pobre y miserable con el añadido que por acá no hay balsa
que valga.
José Ramón Briceño Diwan 2012
@jbdiwancomeback